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Sabemos que Pablo Echenique tiene uno, pero ¿qué son los préstamos P2P?

Los préstamos P2P se gestionan 'online'

Lucía Caballero

Desde el pasado mes de diciembre, cualquiera puede consultar las cuentas de los eurodiputados de Podemos. Una oportunidad para saber que Pablo Iglesias es fan de las motos y del campo abulense, y de conocer el interés de Pablo Echenique por la economía virtual. En su declaración de bienes figura un montante en bitcoines (4,515) y otro en litecoins (27,90), además de varios préstamos P2P (del inglés ‘peer to peer’) valorados en 586,52 euros.

No es la primera vez que escuchamos hablar de préstamos P2P. En vez de acudir al banco, para conseguir uno de estos productos necesitas una conexión a internet: una plataforma ‘online’ sirve de intermediaria entre particulares que prestan su dinero y aquellos que lo necesitan. La idea parece buena, pero ¿son de fiar? ¿Qué ventajas ofrecen a inversores y prestatarios?

“El préstamo P2P es una alternativa al préstamo bancario sin garantía hipotecaria”, asegura Pau Monserrat, economista de iAhorro.com, una web que orienta a las familias sobre ahorro e inversión. El experto aconseja acudir primero al banco en el que está domiciliada nuestra nómina para tener una referencia y saber cómo están los tipos de interés en el mercado financiero. Es importante “obtener la visión de un profesional de análisis de crédito”, explica.

Si la respuesta es negativa, “deberíamos pensar si estamos pidiendo algo que está por encima de nuestra capacidad de respuesta o queremos endeudarnos con finalidades que no nos convienen”, advierte el economista. Aunque lo que dice el banco no va a misa, y menos teniendo en cuenta la actual coyuntura económica. “Hoy en día deniegan muchos créditos que tienen sentido y el solicitante puede devolver porque tienen un riesgo alto”. Si es nuestro caso, al menos el rechazo nos servirá para no perder tiempo de oficina en oficina y estudiar directamente otras opciones, como el P2P.

Si el banco nos da el visto bueno, podremos comparar las condiciones con la alternativa de las plataformas web: los intereses, las concesiones del préstamo y el plazo máximo de devolución (que afecta a las cuotas que pagamos).

Los intereses dependerán del tipo de cliente que pide el préstamo: los más solventes “pueden conseguir condiciones casi igual de buenas en un banco que en los servicios ‘online”. Para los que necesiten liquidez o cuyo nivel económico sea peor, “depende de la capacidad de negociación que tenga con su banco y del importe que pida”. En general, “suelen ser más baratos los préstamos bancarios que los P2P, pero no es una regla fija”.

El proceso ‘online’

En las plataformas P2P, lo primero es rellenar un formulario de solicitud a través de la web y acompañarlo con documentos que acrediten tu identidad y tus ingresos. “Unas exigencias bastante parecidas a las del banco, aunque la gestión es más rápida”, aclara Luis Reig, CEO de Zank, una empresa española que gestiona préstamos entre particulares.

En Zank, los certificados pueden entregarse en papel o a través de una compañía con la que tienen un acuerdo para que, con el permiso del cliente, acceda a su banca ‘online’. “Verificamos su identidad, el teléfono y el email, además de los datos bancarios como la nómina o si tiene otros préstamos”, explica el responsable.

Después, analizan las solicitudes una a una y les otorgan una puntuación en base a su modelo de riesgo. Evalúan, según Reig, “hasta 300 criterios”, y tienen los mismos proveedores de riesgo que los bancos. “Nunca aceptamos a nadie que esté en una lista de morosos”, afirma. Además de las condiciones del formulario y la información bancaria, tienen en cuenta otros datos: desde la dirección IP del cliente hasta su navegador o su perfil en Facebook, para corroborar que la persona es quien dice ser.

Según la puntuación que obtenga, le aplican un interés entre el 7 y el 25%. Solo queda publicar la petición en la plataforma y esperar a que los inversores cumplan su papel. “Un banco suele fijar un tipo de interés y dar préstamos solo a quien pueda cumplirlo”, asegura Reig. Hoy en día, “hay mucha gente que no cumple con sus requisitos, con lo que los bancos solo dan préstamos a un pequeño grupo de la población”.

Tiene que haberse reunido al menos el 80% de la cantidad solicitada para que el cliente pueda cobrar el dinero; si no, se devuelve a los inversores. En Zank, las cantidades oscilan entre los 1.000 y los 10.000 euros. Cuentan con unos 1.200 inversores que aportan el dinero, pero aún son una ‘startup’ y necesitan más. “No todo el mundo entra a diario y una persona no puede estar esperando meses por un préstamo”, explica el CEO.

También se encargan de pagar a la persona que ha puesto su capital. “Todos los meses le pasamos una domiciliación a su cuenta para devolverle lo que le corresponde”, aclara Reig.

Ellos, por supuesto, se llevan su parte. La plataforma de préstamos P2P cobra una comisión de administración a los prestamistas por el uso de la plataforma y una comisión de apertura de los solicitantes de financiación.

Una oportunidad para las ‘startups’

“Cuando el mercado se asiente, puede que las empresas también puedan obtener recursos” por esta vía, prevé Monserrat. Si a un inversor le interesase un proyecto, podría aportar una cuantía para financiarlo. “El P2P es un tipo de ‘crowfunding’, solo que a cambio del dinero se reciben intereses”, continúa. Plataformas como Arboribus y Comunitae ya caminan en esta dirección.

Esto supondría una oportunidad para las ‘startups’ que buscan fondos para comenzar su actividad, un campo en el que, según el economista de iAhorro, “los bancos españoles nunca han sabido entrar”. Además, permitiría que cualquier persona pudiera invertir en su desarrollo. Las pequeñas empresas “son un producto muy interesante, también para un consumidor que solo pueda aportar 2.000 o 3.000 euros”, asegura Monserrat. Es una forma de “democratizar las ‘startups'” y abrir la puerta a pequeños inversores.

Si ponemos como símil una aceleradora, “sería como hacer de cada ahorrador un ‘business angel”. No todo el mundo puede acceder a estas plataformas y tampoco resulta fácil entrar en el negocio. “Las aceleradoras acaban siendo para inversores especializados y ‘startups’ de un cierto nivel”, afirma el economista.

Instrucciones para inversores

“Muchas veces se trata de pequeños inversores que tienen unos pocos miles de euros” y buscan rentabilidad, explica Monserrat. En vez de comprar acciones o emplear su dinero en un depósito a plazo fijo, lo meten en una plataforma P2P.

No obstante, aquí corren el riesgo de no recibir nada de vuelta. No hay garantías, pero si hay un impago la plataforma pone en marcha un mecanismo similar al de los bancos. “Si la situación continúa más allá de un mes, pasamos el caso a una agencia de recobros, la misma a la que recurren La Caixa y el banco Sabadell”, asegura Reig. La persona ingresaría en una lista de morosos y se podría llegar a juicio.

“Advertimos a los inversores de que van a perder dinero, pero que lo importante es la rentabilidad neta”, afirma el CEO de Zank. El elevado riesgo es lo que hace precisamente que los intereses sean tan altos. “Lo mejor es invertir una cantidad suficiente para que el dinero esté diversificado en 50 o 60 préstamos”. Así, si uno falla, no le afectará demasiado.

Regulación existente y por llegar

De momento, las plataformas P2P no están reguladas específicamente por ninguna norma, pero hay una en camino: el pasado 17 de octubre se aprobó el proyecto de Ley de Fomento de la Financiación Empresarial donde, entre otras actividades, se regulan estos servicios.

Con lo que ya debe cumplir su actividad es con las disposiciones de la ley de 2009 que regula la contratación de préstamos y los servicios de intermediación de contratos de préstamo, así como con la ley que defiende los derechos de consumidores y usuarios.

Mientras que los bancos están supervisados por el Banco de España, si el Congreso aprueba el futuro edicto (lo que es casi seguro por la mayoría absoluta del PP), las empresas que ofrezcan los préstamos ‘peer to peer’ pasarán a estar controladas por la Comisión Nacional del Mercado de Valores. El organismo tendrá un papel similar al del Banco de España, que supervisa las entidades financieras tradicionales.

Además, “el Código Civil regula los contratos de préstamo y estipula que el que obtiene el dinero tiene que devolverlo en igual cantidad y calidad”, explica Marina Franganillo, abogada del despacho ECIJA, especializado en derecho tecnológico. En el caso de que una persona no devolviera el importe prestado junto con los intereses, se aplicaría el principio de “responsabilidad patrimonial universal” incluido en la norma, es decir, tendría que pagar con sus bienes tanto presentes como futuros.

Como la regla se aplica a cualquier entidad, un banco puede llevarse tus cosas si no puedes devolverle el dinero, pero pasa lo mismo con un prestamista privado o una plataforma P2P. “Si un inversor presta una cantidad y no se le devuelve, puede ponerle una demanda al deudor”, añade la abogada.

Las compañías deben tener un seguro de responsabilidad civil que, junto con la legislación de blanqueo de capitales, impide que se produzcan situaciones fraudulentas. “Tienen que ser transparentes y saber de dónde viene el dinero y a dónde va”, asegura Monserrat.

Un futuro prometedor, pero lo justo

“Para pedir dinero no hay problema”, opina Monserrat. Los que determinarán el futuro de las plataformas son los inversores. “La cultura de dejar tu dinero a otras personas de esta forma es todavía marginal”. Aun así, si nos fijamos en la evolución que ha tenido el producto en otros países, su uso tenderá a generalizarse. “Aunque no va a ser una bomba, sí va a ir en aumento porque es una alternativa que tiene el inversor para rentabilizar su capital”. Según el economista, eso sí, no va a convertirse en un competidor para la banca.

Para conseguir un préstamo bancario tienes que ser solvente, para obtenerlo de una plataforma P2P también. En ambos casos tienes que pagar intereses parecidos y entregar tus bienes si no puedes devolver el dinero. ¿La diferencia? Quién se lleva las comisiones y los intereses. Si estás cansado de los bancos, quizá ya sepas qué prefieres.

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Las imágenes de este reportaje son propiedad, por orden de aparición, de Arkangel, Nacho, Sento, Francisco Jesús Ibáñez

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