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“La educación no es hacer empleados dóciles, sino ciudadanos activos y libres”

El exministro de Educación, Ángel Gabilondo.

Eduardo Azumendi

El exministro de Educación y portavoz socialista en la Asamblea de Madrid, Ángel Gabilondo, no acepta que España necesita un gran cambio en la educación “porque no es un desastre”. Pero alerta de la progresiva mercantilización de la educación, donde se está imponiendo de manera “peligrosa” términos como competitividad y rentabilidad. “Claro que estoy a favor de la excelencia, pero desde la igualdad de oportunidades. La educación tiene que fomentar el derecho a la diferencia, pero sin diferencia de derechos”.

Gabilondo ha lanzado estos mensajes durante su conferencia Humanizar la vida, con la que ha cerrado en Bilbao una serie de mesas redondas organizadas por la Federación de Enseñanza de Comisiones Obreras Euskadi bajo el lema¿Qué sociedad, qué educación, qué sindicato?. El exministro ha comentado sobre la situación de la educación en España: “El desafío que tenemos, ya que se ha logrado la universalización, es hacerla compatible con la calidad, mejorando el proceso educativo pero sin perder lo que tanto ha costado lograr, un sistema educativo inclusivo, diversificado, universal, una gran conquista social”. Sobre la situación de la educación en España, Gabilondo lleva mal las comparaciones que de manera recurrente se hacen, por ejemplo, con Finlandia. “En 1900, en Finlandia no había analfabetos. En España, hace 40 años un 30% de la población no sabía leer ni escribir. Hay que tener en cuenta el esfuerzo que han hecho tantos maestros y maestras, a los que a veces se desanima diciendo que esto es un desastre. Hay mucho que mejorar, el sistema de formación del profesorado, sus incentivos, pero yo no acepto la tesis de que España necesita un gran cambio en la educación porque esto es un desastre”.

“No es un desastre. Se puede hacer mejor pero no es un desastre. No desanimemos con encuestas de organismos que dicen cosas que a veces no son solamente educativas. PISA es una evaluación que se hace desde la OCDE, que es una organización económica que tiene una visión determinada de la educación, que yo respeto pero yo tengo una distinta. La educación no es hacer dóciles empleados, sino ciudadanos activos y libres”, ha recalcado.

Huir del resentimiento

Huir del resentimientoGabilondo ha apostado por un futuro pacto educativo, que es “indispensable; es una demanda social extraordinaria, hay más de un 90% de los ciudadanos que quiere un pacto social y político sobre educación. Primero el social, con las comunidades educativas, familias, profesores, estudiantes, agentes sociales... el pacto ocurrirá, que no sea como la LOMCE”.

El exministro también abogó para que la educación sirva para huir del resentimiento y de la venganza. “Sobre el resentimiento no se puede construir nada, jamás. Nunca hay que olvidar, siempre hay que preservar la memoria, pero nunca desde el resentimiento”.

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