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Rajoy frena la discrepancia para salir del Congreso del PP sin “perdedores”

María Dolores de Cospedal, Mariano Rajoy y Cristina Cifuentes durante un acto del Partido Popular.

Rodrigo Ponce de León

Génova toca a retreta. Mariano Rajoy no quiere aguas revueltas en el próximo Congreso Nacional del Partido Popular que se celebrara entre el 10 y el 12 de febrero en Madrid bajo el lema España adelante! El presidente del Gobierno y del PP ha dado la orden de cerrar el cónclave “sin perdedores” por lo que los responsables de las cinco ponencias “están trabajando para conseguir acuerdos con los autores de las enmiendas ya sea a través de acuerdos transaccionales o de la admisión de las mismas”. 

Rajoy tiene la lección aprendida. El político gallego ya sabe lo que es sufrir un Congreso dividido, a pesar de que siempre ha sido el único candidato a la presidencia cuando se ha presentado. En 2008, en el cónclave de Valencia, con unas elecciones perdidas dos meses antes, un grupo de dirigentes englobados en el aznarismo como Esperanza Aguirre y Jaime Mayor Oreja, entre otros, pusieron en duda el liderazgo de Rajoy con el apoyo de varios medios de comunicación.   

Fueron tiempos de negociaciones internas bajo cuerda, con Javier Arenas moviendo los hilos dentro del partido, y peticiones de favores a determinadas figuras del PP que, posteriormente, le costaron caro a Mariano Rajoy. Para entender el grado de adhesión que se exige en el PP solo hay que recuperar las palabras de denostado presidente de la Generalitat valenciana, Francisco Camps, para cerrar el congreso en Valencia: “Haremos todo lo que nos diga la dirección que hagamos, diremos lo que nos digan que tenemos que decir y propondremos desde las organizaciones territoriales todo lo que la dirección nacional considere que hay que proponer por el interés general de todos los españoles”. 

Para este Congreso, la dirección quiere acabar con la visión de partido dividido que ha tenido su cenit con la renuncia de José María Aznar como presidente de honor del Partido Popular el pasado 20 de diciembre. Los miembros de la formación conservadora asumieron como otro golpe bajo que el presidente que primero llevó al PP a la Moncloa se convirtiera en un militante más el día que era presentada la ponencia Política y de Estatutos, que marcará el funcionamiento y la línea ideológica del formación para los próximos años. 

“Con el clima interno que hay pero sobre todo con el ambiente externo, solo hace falta mirar la situación de los otros partidos, Génova tiene claro que tiene que ser un Congreso sin perdedores, que consolide la imagen de unidad de partido”, admite un dirigente regional.

Rajoy designó a personas de su máxima confianza para elaborar las ponencias del Congreso. Además de Javier Arenas, uno de los pocos dirigentes históricos que entraron en el Gobierno de Aznar y que sigue con Rajoy, los nuevos vicesecretarios del partido -Andrea Levy, Javier Maroto, Pablo Casado y Fernando Martínez Maillo- diseñaron las nuevas líneas maestras que conforman el partido del futuro para que todo siga igual.

El presidente del PP quiere evitar imágenes como la desbandada de la que fuera presidenta del Partido Popular del País Vasco, María San Gil, que abandonó la redacción de la ponencia política a pocos meses del Congreso de 2008 “por diferencias de criterio a su juicio fundamentales”

Primarias

Ha sido en esta ponencia donde más se ha levantado la polémica en las semanas anteriores al Congreso de febrero. La presentación de una enmienda por parte del PP de Madrid de Cristina Cifuentes con la petición de primarias a doble vuelta en la que votarán los militantes abrió la caja de los truenos. La mayoría de los barones territoriales salieron en tromba contra de la propuesta del PP madrileño. El presidente del PPdeG y de la Xunta, Alberto Núñez Feijóo, apuntó que en los actuales Estatutos hay una “democracia interna intensa” y que “copiar lo que funciona mal no es buen planteamiento”.   

Para evitar que se llegase al Congreso con el debate abierto sobe la democracia interna del PP, Martínez Maillo cerró este viernes un acuerdo con el número dos de Cristina Cifuentes en el Gobierno regional, Ángel Garrido. Ambos acordaron mantener el sistema de votación del presidente del partido como recoge la ponencia Política redactada por el vicesecretario de organización: votación a doble vuelta, con una primera ronda de voto por los militantes, y una segunda, en la que votaría solo los compromisarios. A cambio, habrá primarias de militantes en los congresos regionales. Debate zanjado. No habrá perdedores en el Congreso.

“Cristina Cifuentes ha sido inteligente al aceptar este acuerdo, su enmienda no iba a prosperar. Aunque se hubiera dejado claro que el rechazo de su propuesta no era a su persona, se hubiera hecho la lectura de que ha perdido la batalla”, añade un dirigente popular.  De hecho, la mayoría de las organizaciones territoriales han optado por dejar libertad a los militantes para mandar enmiendas a las ponencias pero han recalcado que como órganos del partido no enviarían propuestas.    

Rajoy quiere reeditar el triunfante Congreso Nacional que se celebró en Sevilla en 2012: Un paseo con mayorías del 97% a favor del líder de la formación. En Madrid no habrá perdedores.    

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