Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.
La portada de mañana
Acceder
La confesión de la pareja de Ayuso desmonta las mentiras de la Comunidad de Madrid
El plan del Gobierno para indemnizar a las víctimas de abusos agita la Iglesia
Opinión - El pueblo es quien más ordena todavía. Por Rosa María Artal

The Guardian en español

Los menores refugiados de Calais ya no quieren entrar en Reino Unido

Muchos de los niños no acompañados no encuentran sitio en los nuevos contenedores del campo de refugiados y tienen que dormir en tiendas o cozs.

Amelia Gentleman

Calais —

Los servicios sociales de Francia tienen problemas para sobrellevar el dramático aumento de menores refugiados no acompañados que han desistido de sus planes de viajar al Reino Unido y ahora quieren quedarse en el país.  

En los últimos tres meses, los empleados de la principal organización benéfica francesa trabajando con niños refugiados en Calais han tenido que rechazar a entre 15 y 35 menores no acompañados por día: ya no quedan camas en el refugio de emergencia. 

Según el director del centro de niños refugiados de la organización benéfica, Jean-François Roger, alrededor del 95% de los menores no acompañados que se acercaron desde julio a pedir asistencia dijo que quería quedarse en Francia de forma permanente. Un gran cambio en comparación con el año pasado, cuando solo el 15% del total de los 1.483 menores no acompañados registrados en el refugio de emergencia de la ONG France Terre d'Asile en Saint Omer dijo que quería quedarse; el 85% restante regresó al campo de refugiados en Calais tras cinco días de descanso para intentar llegar al Reino Unido. 

Según Roger, “han sucedido varias cosas que han provocado que los niños decidan quedarse aquí”. “A partir de julio y desde el voto por el Brexit, los inmigrantes se preguntan qué les pasará si se presentan en el Reino Unido; no estamos seguros de que esté relacionado con el Brexit, pero hay temor por el recibimiento que darán a los extranjeros en la isla a partir de ahora”.

El aumento en la cantidad de personas que deciden quedarse en Francia también es un reflejo del aumento en la seguridad y los vallados cerca del puerto. Cualquier intento de cruzar hacia el Reino Unido de manera ilegal se ha hecho mucho más difícil y peligroso. Esta semana, los obreros empezaron la construcción de un muro de cuatro metros de alto y un kilómetro de largo, entre el campamento y la autopista, con un coste aproximado de 2,2 millones de euros.  

También influye el esfuerzo conjunto de las organizaciones benéficas que trabajan en el campamento de Calais, que informan a los niños de que –además de los peligros de cruzar de forma ilegal– muchas veces es más fácil obtener un permiso de largo plazo para permanecer en Francia que para el Reino Unido.

El viernes de la semana pasada un joven afgano de 14 años se cayó de un camión y fue atropellado por un coche en la autopista que lleva hasta el puerto. Se convirtió así en el tercer joven en busca de asilo que pierde la vida en Calais en 2016. 

Niños de solo ocho años

“Cada vez se hace más difícil cruzar la frontera, hay mayor presencia policial y controles, y las barreras son mayores”, asegura Roger. “Siempre fue peligroso, pero ahora es mucho más peligroso para los niños y por eso se ven forzados a arriesgarse mucho más”. En su opinión, dentro del propio campamento de Calais, la situación también es más peligrosa. “Hay 10.000 personas confinadas en un espacio reducido, la tensión empeora y los niños son los más vulnerables”.

Según un censo de esta semana de la ONG Help Refugees, la población del campamento de Calais ha aumentado hasta un total de 10.188 personas, un incremento de 12% con relación a la de un mes antes. Hay 1.179 menores, y el 87% de ellos viaja sin compañía. El más joven penas supera los ocho años. 

Casi el 33% de los niños proviene de Afganistán, un 25% proviene de Sudán y otro 25% de Eritrea. El miércoles pasado hubo enfrentamientos entre la policía y los habitantes del campamento, en los que incluso se utilizaron granadas de gas lacrimógeno. Estos estallidos de violencia ocurren cada vez más a menudo.

Según Roger, la actual provisión de emergencia, de solo 45 camas para los niños refugiados en Saint Omer, resulta completamente insuficiente. Otros dos centros de emergencia, uno con 70 camas y otro con 75, abrirán sus puertas en noviembre y a principios de 2017, pero Roger cree que no será suficiente para albergar a un número cada vez mayor de personas. Con el tiempo, los niños terminan en programas de acogida temporal o en hogares permanentes pero, a menudo, deben quedarse en refugios de emergencia durante semanas mientras se procesa su solicitud de permanencia en el país. 

“Realmente nos sentimos impotentes. Psicológicamente, es muy duro para mis colegas, que tienen que rechazar a los refugiados. Se hace muy difícil explicarles por qué no hay más lugar”, cuenta Roger. “La situación será peor cuando haga más frío; cuando en el campamento el agua llegue hasta las rodillas”. 

Dormir en tiendas o chozas

Cuando las organizaciones benéficas no aceptan niños, los empleados alertan a los servicios sociales locales. Pero por lo general ellos tampoco pueden ofrecer un lugar para dormir, así que los niños se ven forzados a regresar a las tiendas o chozas del campamento de Calais o, si tienen un poco más de suerte, a los nuevos contenedores de metal.   

Durante meses la organización benéfica ha estado haciendo campaña para conseguir más camas de emergencia, pero se ha enfrentado a una considerable hostilidad por parte de los políticos. A Roger le llevó tres años encontrar un alcalde dispuesto a aprobar la creación de un centro para niños refugiados. Con la creciente presencia del Frente Nacional en la región ha aumentado también la resistencia a aumentar las instalaciones para los refugiados, aunque sean niños no acompañados.

Según Roger, “la gente no los trata como niños, sino como extranjeros y migrantes”: “También se teme que la creación de mejores condiciones de alojamiento provoque un efecto imán que atraiga a más personas”.

Para Roger, las autoridades francesas no respondieron a la crisis con la rapidez necesaria. “Desde 2014, los números sólo van en aumento. Los 45 espacios que tenemos aquí ya no se corresponden con la realidad de la situación en Calais. Este sistema fue creado en 2009, cuando sólo había 1.500 personas en el campamento, y tal vez alrededor de 100 niños (…) Nunca hemos tenido un plan ambicioso y a largo plazo. Es frustrante”.

Según Roger, el Reino Unido y Francia deben encontrar de forma conjunta una solución permanente al problema. “Este es un problema europeo, necesitamos una solución conjunta”. Esta semana, Nicolas Sarkozy, el ex presidente francés, visitó Calais y dijo que no era el trabajo de Francia “ser el guardia de las fronteras de Inglaterra”.

Cansados de esperar

Aunque a principios de año el gobierno británico aprobó la enmienda Dubs de la Ley de Inmigración y se comprometió a ofrecer refugio a parte de los 95.000 niños refugiados no acompañados de toda Europa, ningún niño ha sido enviado aún al Reino Unido bajo esta legislación. 

Por lo general, los niños que no quieren permanecer en Francia y siguen intentando llegar al Reino Unido tienen fuertes conexiones familiares por las que están decididos a cruzar el canal y solicitar asilo. El joven que murió esta semana en la autopista tenía familia en Reino Unido y, por ello, el derecho legal a reunirse con ellos. Pero por la lentitud del proceso burocrático se había cansado de esperar.

El jueves de la semana pasada, la diputada laborista Stella Creasy inició un nuevo intento de enmendar la legislación migratoria para forzar al gobierno a que asuma la responsabilidad de los menores no acompañados de Calais. Esta semana, el comisionado británico contra la esclavitud, Kevin Hyland, criticó al gobierno de su país por la lenta respuesta ante la crisis.  

En una carta a la ministra de Interior, Amber Rudd, Hyland escribió: “Es totalmente inaceptable que se deje a estos niños en el campamento a merced de las redes delictivas. Los niños continúan arriesgando su vida día a día para llegar a las costas del Reino Unido”.

Traducción de Francisco de Zárate

Etiquetas
stats