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El prisionero de Aranjuez

Imagen de archivo de Carlos Fabra. / Efe

Antón Losada

Este año el anuncio de la Lotería debería haberlo protagonizado Carlos Fabra. Dada su acreditada condición de serial winner en toda clase de sorteos loteros, desde el Niño al de agosto, una buena forma de reparar el daño causado a la sociedad sería compartir con nosotros cómo lo hace, qué variables maneja para acertar tanto, qué señales deberíamos buscar a la hora de elegir un décimo. Sería una modalidad de redención de la pena por el trabajo muy al 'estilo Fabra'.

Once años después de haberse iniciado las investigaciones, varios jueces y juzgados más tarde, Carlos Fabra da con sus huesos entre rejas sentenciado a cuatro años por cuatro delitos fiscales. De cuatro en cuatro y tiro porque me toca. La paciencia es una virtud revolucionaria y, por lo visto, también penal.

Ingresó por sorpresa. Pareciera que en vez de entrar en la cárcel se hubiera pasado a la clandestinidad o a La resistance de South Park. No existen fotografías que inmortalicen el momento. En eso ha estado más listo que Isabel Pantoja. Ni el Mariano Rajoy que le calificaba de ciudadano ejemplar ni el Alberto Fabra que le llamaba gallardamente “corazón de león” pudieron acudir a despedirle ante las puertas del penal, como seguramente habría sido su deseo. Tuvieron que conformarse con acompañarle en espíritu.

Sincronicemos nuestros relojes. A ver cuánto tarda en salir por buena conducta, porque lo dicta la ley y porque a este Gobierno no le queda más remedio que darle el tercer grado muy a su pesar. Como a Jaume Matas, que también había que dejarle salir porque era la ley y lo contrario sería prevaricación; hasta que vino un juez y mandó parar tanto cachondeo con la separación de poderes de Montesquieu.

Carlos Fabra es hoy el prisionero de Aranjuez sin que sepamos aún de dónde obtuvo los cientos de miles de euros que le llevaron a prisión, a cambio de qué y con la complicidad de quién.

Carlos Fabra es hoy el prisionero de Aranjuez a pesar de su partido, que le amparó y protegió hasta el infinito y más allá, y sin haber perdido una sola elección en Castellón.

Carlos Fabra es hoy el prisionero de Aranjuez pese a la falta de medios para investigar la corrupción denunciada a diario por los jueces y mientras, por ejemplo, el juez de la Audiencia Nacional Santiago Pedraz pregunta si debe archivar ocho querellas por la gestión del Banco de Valencia porque lleva un año esperando a que alguna Administración le envíe dos peritos para tasar las operaciones irregulares investigadas.

Que nadie se confunda. Hay poco que celebrar.

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