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ENTREVISTA
Estibador y sindicalista de Génova

José Nivoi: “Europa se dirige hacia un empobrecimiento social para avanzar en la militarización y la guerra”

José Nivoi, con la relatora de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, y la activista Greta Thunberg, hace tres semanas, en la huelga de Génova, Italia
21 de diciembre de 2025 22:29 h

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José Nivoi es integrante del sindicato Unión Sindical de Base (USB) de Génova y portavoz del Colectivo Autónomo de Trabajadores Portuarios (CALP). Ambas agrupaciones han impulsado protestas y huelgas, en varias ciudades italianas, contra el aumento del gasto militar, los recortes sociales y la complicidad europea con el genocidio israelí en Gaza.

El pasado 28 de noviembre su colectivo protagonizó otra jornada de movilizaciones en Génova, con una huelga de trabajadores y una manifestación en la que estuvieron presentes la relatora de la ONU para Palestina, Francesca Albanese, la activista Greta Thunberg, el exministro griego Yanis Varoufakis, el periodista estadounidense Chris Hedges o el activista brasileño Thiago Avila, uno de los organizadores de la Global Sumud Flotilla a Gaza.

Todos ellos acudieron para apoyar las acciones de estos sindicalistas, y el 29 de noviembre se trasladaron a Roma con Nivoi y otros trabajadores, para asistir a una gran manifestación contra el genocidio en Gaza y el aumento del gasto militar europeo. Albanese, Thunberg, Avila y Nivoi, así como portavoces de estudiantes italianos, tomaron la palabra ante miles de personas al final de la protesta.

“Hemos acudido a la llamada a la huelga de los trabajadores del puerto de Génova, gracias, Génova”, dijo la relatora de Naciones Unidas en su discurso, junto a Nivoi. Tanto en la ciudad portuaria como en la capital italiana las pancartas y las consignas se centraron en la solidaridad con Palestina y en la crítica “a la economía de guerra” y a los recortes en políticas sociales.

elDiario.es estuvo con ellos allí y ahora entrevista al portavoz de USB Génova, José Nivoi.

¿Cuáles son las razones por las que se han impulsado estas movilizaciones?

Las razones de la huelga son claras: oponernos a la financiación de la guerra. Cada año, el Gobierno italiano aprueba planes económicos a varios años vista y ha dado el visto bueno a un aumento descomunal del gasto militar. Hemos llegado ya a un gasto militar de 34.000 millones de euros y en los próximos años llegaremos a los 100.000 millones.

Eso significa una cosa muy concreta: dinero público destinado a la industria militar, dinero de todos que se recorta de lo que sostiene la vida cotidiana: de la sanidad pública, de la educación, de las pensiones, pero también de los servicios a nivel local. Es decir, el transporte público, la seguridad de las ciudades frente a riesgos y emergencias, el mantenimiento de las escuelas, todo aquello que forma parte del interés público.

Este desplazamiento de recursos provoca un empobrecimiento generalizado, tanto de los trabajadores como del conjunto de la ciudadanía. Por eso la principal razón de la huelga del pasado día 28 es esa.

José Nivoi, con un integrante de colectivos de judíos antisionistas de EEUU, con Thiago Avila y con Greta Thunberg, en Génova, hace dos semanas

El rearme significa que luego tendremos que vender armas a Israel, a Ucrania y, en general, a todos los escenarios de guerra en los que existe una complicidad activa de la OTAN, de la que formamos parte

En sus protestas relacionan la economía de guerra, los recortes y el genocidio en Gaza

Es que el aumento del gasto militar provoca empobrecimiento porque tiene que ir acompañado de recortes en otras áreas, que son las políticas sociales. Y esto a la vez está vinculado directamente con la segunda cuestión, el genocidio, porque el hecho de que Italia esté eligiendo financiar aún más el sector militar implica que esas armas luego habrá que usarlas o vendérselas a alguien: sin duda, a Israel, sin duda, a Ucrania y, en general, a todos los escenarios de guerra en los que existe una complicidad activa de la OTAN y, por tanto, también de nuestro país como miembro de la OTAN.

Para nosotros, hoy, defender a Palestina significa ante todo trasladar la cuestión al interior de los Estados que apoyan a Israel, tanto militar como políticamente. Por eso podemos decir que no son cuestiones separadas: forman parte de la misma responsabilidad.

Este contexto requiere que los trabajadores nos coordinemos a nivel europeo para construir respuestas ante la guerra y la economía que la sostiene

¿Qué papel pueden tener las protestas y huelgas ante este aumento del gasto militar, los recortes y las alianzas de Europa con Israel?

En este contexto, los trabajadores desempeñan un papel central a la hora de impulsar un boicot real contra los conflictos armados. El caso palestino tiene, sin duda, una urgencia específica, pero hablamos en general del modelo económico de nuestros países.

Hoy, el hecho de que trabajadores de sectores estratégicos, especialmente el portuario, se movilicen permite pasar de la teoría a la práctica, bloqueando físicamente el tránsito de armas. Pero, sobre todo, nuestro esfuerzo se está concentrando en el ámbito industrial: en aquellas fábricas que hoy producen componentes de armamento o armamento completo.

Centro social en Roma, reunión de activistas a su llegada de Génova, 29 de noviembre de 2025

Hoy en Italia un trabajador que gana menos de 2.000€ pertenece a una categoría social empobrecida, según los estándares europeos.

¿Por ejemplo?

Un ejemplo claro es lo que ocurrió en Porto Sant’Elpidio, un puerto pequeño de la región de Las Marcas, donde existe una pequeña industria que fabrica piezas tanto para bombas como, sobre todo, componentes de drones que son utilizados por el Ejército israelí. Este caso ilustra con precisión el sentido de nuestra intervención.

Desde el mundo del trabajo hoy es posible construir un planteamiento político, no solo reivindicativo, situando a los trabajadores en primera línea del boicot contra Israel y contra los distintos escenarios de guerra. Y esto es así también porque son ellos quienes sufren después las consecuencias: el aumento de la inflación, la falta de subidas salariales y el consiguiente estancamiento de los salarios generan una precarización económica crónica, que en Italia se arrastra desde hace más de treinta años, y que en esta fase se está agravando aún más.

Hoy en Italia, quien gana menos de 2.000 euros puede considerarse un trabajador pobre; es decir, aunque tenga empleo, pertenece a una categoría social empobrecida, según los estándares europeos.

Nuestro esfuerzo de movilización se está concentrando en aquellas fábricas que hoy producen armamento o componentes para el mismo

Un comunicado de CALP y USB del 31 de julio celebra “otra victoria significativa en la lucha contra el tráfico de armas en los puertos italianos”. ¿Qué resultados tangibles han conseguido?

La movilización del 31 de julio tiene un significado profundamente positivo. La definimos como una victoria histórica porque marca un punto de inflexión respecto a experiencias anteriores. Hasta entonces, para lograr el bloqueo del envío de armas no bastaba con declarar una huelga: era necesario acompañarla de acciones de lucha adicionales, en algunos casos incluso muy duras.

En esta ocasión fue distinto. El bloqueo del buque COSCO, que transportaba tres contenedores de armas con destino a Israel —y que fue detenido también por los trabajadores del Pireo, en el marco de una coordinación internacional—, produjo un resultado sin precedentes. Tras sufrir bloqueos tanto en Grecia como en Italia, la naviera nos comunicó que el buque no solo no descargaría las armas en ningún puerto europeo, sino que las devolvería al remitente, en este caso Singapur, el principal puerto del mundo.

Estamos, por tanto, ante una victoria histórica en el bloqueo del envío de armas, conseguida gracias a la movilización y la acción directa de los trabajadores. Un resultado de enorme importancia, que demuestra que la organización y la coordinación internacional pueden tener efectos reales y concretos.

El sindicalista José Nivoi, en una conferencia en la Universidad Roma Tre, hace unos días

Nos hemos coordinado trabajadores portuarios de varios países para parar barcos con armas a Israel

En junio en Francia los trabajadores portuarios de Marseille-Fos lograron detener un cargamento de armamento destinado a Haifa, Israel. En Génova colectivos como el suyo organizaron entonces otro bloqueo, seguido de otro en Salerno. ¿Cómo se gestó esta coordinación?

En junio dimos un paso decisivo, junto con trabajadores franceses. El 28 de febrero de 2025, en Atenas, después de más de un año y medio de encuentros con trabajadores portuarios de distintos países, decidimos crear la Coordinación Internacional de los Puertos. Es una herramienta que hoy nos permite colaborar de forma directa y compartir información sobre la posible llegada de buques cargados de armas.

Eso es precisamente lo que ocurrió con los trabajadores portuarios de Fos-sur-Mer. Nos coordinamos en relación con un mismo buque que transportaba tres contenedores de armamento y conseguimos bloquearlo allí. Posteriormente, avisamos al puerto de Salerno. Comunicamos la llegada del buque, que finalmente atracó sin carga, porque las armas ya habían sido bloqueadas en Fos-sur-Mer.

En Génova, por nuestra parte, bloqueamos tanto el buque como, en tierra, la entrada de los camiones. Y en Salerno se volvió a bloquear también el acceso de los camiones. Fue una acción coordinada en distintos puertos que demuestra que, cuando existe organización internacional, el bloqueo del envío de armas no solo es posible, sino eficaz.

En el Mediterráneo se cruzan dos realidades: el tráfico de armas y el drama de personas que huyen de conflictos armados

En un contexto de incremento del gasto militar, exigido por la OTAN y Estados Unidos, su sindicato se centra en actuar contra el belicismo creciente, en el plano europeo.

El contexto europeo es central para llevar las luchas a un plano verdaderamente internacional. Y lo es porque la industria armamentística y la guerra tienen un carácter estructuralmente internacional. Por eso debemos organizarnos necesariamente a nivel europeo, en primer lugar, pero también a nivel internacional.

En esta fase, creemos fundamental otorgar una centralidad específica al Mediterráneo, un espacio donde hoy se cruzan dos realidades inseparables: el tráfico de armas y las personas que huyen de los conflictos. Por el Mediterráneo —y especialmente por el canal de Suez— transita aproximadamente el 12% del comercio mundial. Mantener activa una coordinación en esta zona significa disponer de una palanca de presión de enorme alcance.

Por eso debemos concentrar esfuerzos en este eje y ampliar la coordinación a distintos sectores: la industria, las escuelas, los ferrocarriles, los aeropuertos y los puertos; es decir, a todos aquellos ámbitos que hoy mantienen vínculos directos o indirectos con la guerra, ya sea a través de la producción de armamento, de los ejércitos o de los Estados que la impulsan.

Manifestación en Roma contra "la economía de guerra, los recortes y el genocidio en Gaza". En la cabecera, la relatora de la ONU, Greta Thunberg, José Nivoi, artistas y escritores italianos

La economía de guerra en Europa, los recortes y el genocidio israelí en Gaza están estrechamente vinculados

¿Cómo afecta el rearme a los intereses de las poblaciones?

Europa, en su conjunto, se dirige a un proceso de empobrecimiento social para avanzar en la militarización y la guerra. Aunque existen diferencias entre países, derivadas de políticas y economías internas específicas, la tendencia general es clara: recortes sociales, aumento del gasto militar y preparación para escenarios de guerra. Ese es el rumbo que hoy está tomando Europa.

Este contexto no hace sino reforzar la necesidad de que los trabajadores nos coordinemos a nivel europeo, para construir respuestas comunes ante la guerra y la economía que la sostiene.

Estas semanas ha habido más protestas en Génova.

Génova está asumiendo —o, mejor dicho, ya ha asumido— un papel importante a nivel internacional en el terreno de las movilizaciones. Aunque a menudo se la perciba como una ciudad de segundo plano, hoy desempeña un rol clave, especialmente en lo que respecta a la solidaridad entre trabajadores, una práctica que durante años se había debilitado y que estamos logrando reactivar.

Hace pocos días, por ejemplo, estuvimos en la calle junto a los trabajadores metalúrgicos, codo con codo con sindicatos que históricamente habían sido considerados incluso “enemigos”. Pero cuando se pone en el centro el apoyo a los trabajadores, la lógica de la competencia sindical pierde sentido. El respaldo mutuo se convierte entonces en el verdadero punto de encuentro entre realidades diversas del mundo del trabajo.

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