Un Assange muy reservado
Julian Assange es sinónimo de polémica. Y como también es una de esas personas que provoca sentimientos radicales, no le faltan detractores. Uno de los últimos es Alex Gibney. El director de cine estrenó We Steal Secrets: The Story of WikiLeaks, un documental sobre Assange y su web de filtración de información clasificada. Durante el rodaje, Gibney acudió al ex pirata informático para entrevistarle y lograr su colaboración en el desarrollo del proyecto. En un primer momento se entendieron: “Si lo pillas en momentos desprevenidos, puede ser un ser humano terriblemente encantador, autocrítico y cautivador”. Sin embargo, al poco tiempo Assange se sintió acorralado y se cerró en banda. Desde entonces, la animadversión que el cineasta siente hacia el famoso personaje ha ido en aumento, y por eso llevó la película adelante sin la participación de su protagonista y desde otra perspectiva, cosa que este tampoco se tomó muy bien.
En el documental, la historia de Assange se desarrolla a la par que la de WikiLeaks, y culmina con su entrada en la Embajada de Ecuador en Londres con el fin de evitar su extradición a Suecia. Allí dos mujeres lo acusan de abusos sexuales. Gibney logró que una de ellas participe en el film.
Alimentando así el mito, es fácil dejarse llevar por el recelo. ¿Será un documental sobreactuado?
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