Mendizorroza se queda muy lejos de los datos de asistencia que se vendieron para justificar una ampliación millonaria
Los pocos asientos azules que, aparentemente, quedaban vacíos en Mendizorroza partido tras partidos llevaron al Deportivo Alavés, ahora capitaneado por Josean Querejeta, a buscar -y encontrar- la complicidad de las instituciones para ampliar el estadio municipal, lo que supondría una inversión de 22 millones a las arcas públicas. Sin embargo, esas cifras de asistencia que justificaban las obras de ampliación el recinto no se han alcanzado en los partidos de la presente temporada que se han disputado hasta el momento. El dato con el que se justificaba una “intervención a corto o medio plazo” al impedir “a un buen número de aficionados alavesistas disfrutar del fútbol en directo” era una ocupación del 92% y queda muy lejos del recuento oficial de La Liga (66%) e incluso de más generoso recuento del club (81%).
En sus informes, el Ayuntamiento hizo suyo el proyecto de ampliación de Mendizorroza planteado por el Deportivo Alavés, el único usuario privado de las instalaciones municipales. Las obras, cuyo coste total asciende a los 55 millones de euros, estarían justificadas debido a que “en este momento y en los eventos deportivos ya se supera el 92% de ocupación del campo, siendo el segundo equipo de la liga con mayor índice”. Sin embargo, el 92% no se ha superado en ninguno de los partidos disputados por el momento en la temporada 2019/20. Según los datos ofrecidos por la Liga de Fútbol Profesional (LFP), el promedio de ocupación es del 66%, con un techo del 82% en la visita del Real Madrid. De hecho, en tres de los nueve partidos jugados hasta ahora (contra Levante, Espanyol y Leganés) ni siquiera se ha alcanzado el 60%, con un suelo del 50,67% en el encuentro con los valencianos. A Mendizorroza, que una vez reformado podría albergar a unos 27.000 espectadores según el proyecto planteado, han acudido de media esta temporada 13.009 (lo que supone un promedio de 6.831 asientos vacíos por partido).
Los datos de asistencia ofrecidos por el club (que comunica por megafonía en el descanso de cada partido y publica en su página web y sus redes sociales) son muy diferentes a los que proporciona la LFP. Pero ni siquiera con este recuento más generoso se llega al 92%. De media, la diferencia entre una cifra y la otra es de 3.094 espectadores. Tan solo hay un partido, el que enfrentó a los 'babazorros' con el Sevilla, en el que los datos coinciden. En total, son 27.846 los 'espectadores fantasma' que se han sentado a lo largo de la presente temporada en las gradas de Mendizorroza.
Este periódico se ha puesto en contacto con el Deportivo Alavés, que ha confirmado que “las cifras pueden varias”. El club explica que “La Liga sólo refleja los datos de los tornos” porque son máquinas conectadas a una base de datos a la que tiene acceso este organismo. Sin embargo, siempre según estas fuentes, hay otra bolsa de espectadores que no supera los preceptivos controles de acceso y que explicaría las diferencias. “Hablamos de empresas, patrocinadores, compromisos del club, grupos o equipos de fútbol base. Hay muchos supuestos”, indican portavoces de la entidad.
En este sentido, la plataforma Munizipalistok denunciaba a raíz de la publicación del informe municipal en el que se asumían las cifras del club la “habitual” práctica del “maquillaje” por parte del Deportivo Alavés. Hablaba también del reparto de “un número elevado de entradas gratuitas para que las gradas no se vean vacías o con huecos”. Esta plataforma impulsó alegaciones a la reforma.
22 millones de euros de las arcas públicas
Bajo el mando de Josean Querejeta, el grupo Baskonia-Alavés, que aglutina a los dos principales equipos deportivos de Vitoria, consiguió el año pasado que las instituciones comenzaran a costear parte de las obras de ampliación. El proyecto costará a las arcas públicas un total de 22 millones de euros, a pesar de que el estadio lo utiliza el Alavés en régimen de exclusividad. Ya sucedió algo similar con la ampliación del Buesa Arena, donde disputa sus partidos como local el Baskonia y que es propiedad de la Diputación. Se esperaba que las obras de remodelación y ampliación de Mendizorroza (que lo convertirán, según el informe municipal, en “una nueva seña de identidad de la ciudad”) pudieran completarse en 2022, pero lo cierto es que no acaban de arrancar. Ni siquiera están hechos algunos trabajos de reforma estructural del recinto actual, remodelado hace dos décadas.
Reunidos en Junta de Accionistas, los propietarios del Deportivo Alavés lamentaron hace unos días no haber podido emprender aún las obras en el estadio al faltar la firma de un nuevo acuerdo. El alcalde, Gorka Urtaran (PNV), respondió, sin embargo, que el trabajo podría haber comenzado el pasado verano “según las condiciones en las que está cedido el estadio en estos momentos porque son actuaciones de refuerzo estructural”. Y zanjó el asunto al asegurar que si las obras no han comenzado es porque “el Alavés no ha considerado interesante hacerlas este año”.
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