Propietarios y ocupas suman fuerzas contra la injusticia de la vivienda en un edificio de Puerto Real
Un edificio de viviendas de Puerto Real está siendo escenario de una situación dantesca. Propietarios que aún no han estrenado sus pisos unidos con las personas que han ocupado algunos de ellos en contra de las injusticias relacionadas con el tema de la vivienda.
En el edificio Antares, dentro del barrio de Casines, se ha producido la ocupación de varias viviendas, algunas de ellas con propietarios que esperaban entrar a vivir en ellas en los próximos días. Llevan desde 2013 esperando para poder tener las llaves, pero al retraso de la constructora se une el hecho de que por el camino perdieron la condición de VPO y, con ello, las ventajas económicas que tenían, lo que ha prorrogado la espera para la entrega de las casas.
Muchos de ellos han desembolsado ya unos 30.000 euros y esperaban trasladarse a vivir allí durante el verano, pero se han encontrado con que algunas casas han sido ocupadas por personas sin techo que aseguran que han dado el paso por la iniciativa de una Plataforma creada por Podemos de Puerto Real, que ahora está en la alcaldía.
Los primeros días fueron de enfrentamientos entre propietarios y ocupas, pero con el paso de las horas han llegado a la conclusión de que se sienten víctimas comunes del sistema y hacen turnos para evitar que lleguen más personas al edificio mientras esperan que las administraciones tomen cartas en el asunto.
“Casi todas son parejas jóvenes y ahora ven que las ayudas que iba a dar la Junta no llegan y tienen que pagarlo todo de su bolsillo cuando ya estaba todo listo para darles las llaves. La burocracia ha hecho que los pisos lleven cerrados dos años. A través de una plataforma de Podemos ha corrido el rumor de que los pisos están desahuciados y han llegado muchas criaturas a meterse. Ahora, después de la que se ha liado, los de Podemos no quieren saber nada”, comenta José Benítez, padre de una propietaria.
Desde bien temprano hacen guardia para evitar que entren más ocupas en las casas. Entre ellos, los mismos que llevan una semana viviendo en las casas de otros. María José Prior está con su hija y varias personas más en una vivienda que no le pertenece, pero considera que es lo justo después de haber visto cómo se derrumbaba el techo de su casa en 2013 por el pésimo estado en el que se encontraba. “Mi hija podía estar ahora bajo tierra. Estamos hartos de vivir entre cucarachas y ratas y hemos dado este paso, pero no queremos quitarle la casa a nadie, sólo pedimos que nos den un techo donde vivir y pagar lo que sea justo dentro de nuestras posibilidades”, afirma.
Su pareja llega y le trae agua y algo de comida. Han estado despiertos hasta la cinco de la mañana vigilando que no entrara nadie más en las casas porque saben que si hay desperfectos, ellos serán señalados como culpables. Los propietarios, paralelamente, han presentado denuncias porque es el único modo de que el seguro se haga cargo de los daños que se han podido sufrir por esta ocupación.
“Es el único modo de que nos escuchen. No he matado a nadie, sólo busco una vivienda digna. Queremos que les den sus viviendas a los propietarios porque también han sido engañados y queremos para nosotros una casa donde vivir a gusto sin ropa con agujeros por los bocados de las ratas”, reclama María José.
Alcalde de Puerto Real: “Dar una patada en la puerta no va a garantizar el alquiler social”
El alcalde de Puerto Real, Antonio Romero, hace hincapié en que Podemos, su partido, no tiene nada que ver con la ocupación de estas viviendas y deja claro que “dar una patada a una puerta no va a garantizar el alquiler social a las personas que lo necesiten porque no son las maneras”.
Sin embargo, José Benítez mantiene que “a los propietarios los reunió la Plataforma de Podemos antes de que entraran en el Ayuntamiento y se les aconsejó que entraran dando una patada en sus propias puertas. Nosotros dijimos que no, que queríamos una solución por lo legal. Llevan dos años dándonos coba el banco, la Junta no aparece y el Ayuntamiento tampoco”.
Casi una semana de pesadilla y las posturas están muy claras: los ocupas esperan una solución a su indefensión para no volver a la calle y los propietarios desean disponer ya de las viviendas que llevan esperando y pagando desde hace años.