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Los nuevos fondos europeos: ¿dónde está la transparencia?
Llevamos nueve meses escuchando hablar de los cuantiosos fondos europeos, al rescate de Europa; hemos oído y visto en la televisión, en la prensa y en los boletines oficiales que estamos preparándonos para su llegada… pasan los meses y aún no están aquí.
Buscamos en la prometida plataforma Web única del Gobierno sobre este tema algo de información que nos explique en qué momento de la espera nos hallamos; tampoco encontramos esa Web. Encontramos sin embargo una espléndida plataforma sobre este asunto realizada por la CEOE, lo que nos anima a creer que algo al menos funciona en este país, cada día más extraño.
Nos llegan confusas noticias de la Moncloa, de los Ministerios, de los gobiernos regionales, con mensajes equívocos: habrá transparencia, publicidad y concurrencia para acceder a los recursos; las ayudas vienen para reformar a fondo nuestra actividad económica (nuestro “modelo” económico); se activarán reequilibrios territoriales…Y, en paralelo, se abren en noviembre y diciembre oscuros pasillos por los que empresas y administraciones regionales hagan llegar al gobierno propuestas de proyectos, pasillos nunca descritos en boletín oficial alguno; aparecen distribuciones a los Ministerios de los recursos que vendrán, sin apenas haberse dicho para qué servirán y menos aún, sin haberse señalado esas asignaciones en los canales y plataformas de participación y codecisión aparentemente generadas; es presentado a bombo y platillo por el Presidente del Gobierno un Plan de Recuperación, Transformación y Resiliencia, nacido como de la nada, del que se olvida decir que es un mero avance, y además que es un documento incompleto, al que le falta nada más y nada menos que las Reformas que han de acompañarlo para ser tenido en cuenta por Bruselas; se da amplia cobertura a supuestos compromisos del Gobierno para llevar a cabo determinados grandes proyectos de pomposos acrónimos (PERTE, PIIECE) y con grandes empresas, sin haber seguido en lo más mínimo los pasos formales que el propio Gobierno se ha dado a través de un Real Decreto-ley para elegirlos y para seleccionar a las empresas con las que van a hacerlos…
La descoordinación efectiva, en asuntos críticos para España y las CCAA, conduce a pensar que muchos de los actores en liza están empleando su relación con los fondos europeos en clave de campaña electoral
Se publican decretos leyes por el Gobierno y por las regiones, prometiendo introducir cambios organizativos en las administraciones públicas y en el marco normativo español (o regional) para quitar la burocracia y la desorganización a la que se le atribuye que España sea el país de la UE que menos emplea los recursos financieros que Europa le ha aportado en los años pasados (tasas de compromiso de menos del 50%; tasas de pago de menos del 40%...tasas de justificación que a duras penas alcanzarán el 35%)… En dichas normas vemos que se crean un sinfín de instrumentos de coordinación y transparencia que no terminan de activarse; vemos que se levantan controles del buen hacer público que nada tienen que ver con la burocracia; vemos que la “desregulación” abre la senda para la práctica del delito ecológico, del amiguismo en la asignación de ayudas…; vemos que están lejos de generarse los ejercicios necesarios para afrontar la mala calidad de la gestión pública española y regional, cuya causa no siempre radica en la mayor o menor proliferación de las normas sino en una pésima organización de las tomas de decisiones y en la capacitación de muchas de las instituciones y personas que tienen que hacerlas efectivas… …
Todos entendemos, con más o menos agrado, que la complejidad y urgencia de las actuaciones que han de consensuarse con las autoridades europeas exige una cierta centralización de la elaboración de las propuestas que se lleven. Pero todos esperábamos que, precisamente por ello, se activaran sólidos mecanismos de información y trabajo compartido entre los diferentes niveles de la administración española y de ésta con los agentes sociales y económicos Poco ha de haber en ese sentido, en particular en lo que a las AAPP se refiere, cuando todas las CCAA, las provincias y ayuntamientos, se quejan sin recato de estar ayunos de cuanto se cuece en Madrid. Consulten los que duden de esta imagen lo que dice a ese respecto el Consejero de Hacienda de la Junta de Andalucía en su intervención ante la Comisión de Asuntos Europeos del Parlamento de Andalucía del pasado 16 de febrero.
Una descoordinación efectiva, en asuntos críticos para España y para las CCAA, que conduce a pensar que muchos de los actores en liza están empleando su relación con los fondos europeos en clave de campaña electoral: unos para mostrar su poder, otros para demostrar a su electorado su interés por el tema y el desinterés de otros por informarles…Nada nuevo por otro lado en el comportamiento de la mayoría de nuestros actores políticos.
Y comprobamos, con igual perplejidad, que más allá de las grandes palabras (sostenibilidad, sociedad digital…) buena parte de las propuestas de las que se habla poco tienen que ver con medidas que cambien a fondo nuestra actividad, y de que poco se dice sobre qué va a llevarse a cabo. De los Planes de Recuperación, Transformación y Resiliencia que cada Ministerio debería ir haciendo (y que en buena lógica, deberían ir haciendo también los gobiernos regionales) poco o nada se sabe y sólo de manera subrepticia. Ni tampoco hay un alineamiento respecto a las metas a la que aspiran dichos planes: hay regiones (como la andaluza) que se fijan como meta el aumento de la “Formación Bruta de Capital Fijo”, más gasto público en “piedra”; otras más sensibles a la cualificación de las personas para la nueva economía; otros, a favor de activar varios grandes proyectos empresariales que arrastren cambios en el conjunto…
En fin, Míster Marshall no viene envuelto sólo en un gran ruido, al igual que hace casi ochenta años; viene envuelto en una espesa niebla, de la que poco cabe esperar. Quizás, entre tantos territorios aspirantes a recibirlo, Míster Marshall se haya perdido. Mientras tanto, el tiempo pasa.
Sobre este blog
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