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Griñán demanda a Rajoy una nueva conferencia de presidentes contra la exclusión social

Griñán afirma que piensa "poco" en Zoido, que "no quiere ser candidato a la Junta porque no le interesa nada Andalucía"

Charo Solís

El decreto-ley contra la exclusión social ya está listo para su aprobación el próximo martes y tan convencido está de la bondad de su contenido el presidente de la Junta, José Antonio Griñán, que propuso hoy a Mariano Rajoy que lo estudie para el resto del país. Así se lo intentará transmitir si accede a la reunión que tiene previsto solicitarle en unos días y, además, propone otro escenario: una nueva conferencia de presidentes. Tras el éxito de la anterior, que se celebró a instancias de Griñán el pasado octubre, el andaluz quiere repetir la cita pero centrando esta vez el debate en medidas que ayuden a la supervivencia de un alto porcentaje de esos 6,2 millones de parados que arroja hoy la EPA. El objetivo: ayudas para los que ya han traspasado el umbral de la pobreza y para los que pueden estar a punto de hacerlo.

La idea de Griñán no es otra que lo que vale para Andalucía pueda servir de base para una “estrategia nacional”. Los pilares sobre los que asienta esta propuesta son regular el salario social, es decir, establecer una renta básica, reforzar la aplicación de la Ley de Dependencia en colaboración con los ayuntamientos con el fin de generar empleo y la creación de una red de solidaridad alimentaria, siendo la propuesta estrella que los escolares en riesgo de exclusión tengan garantizados tres comidas al día en sus colegios.

Otro pilar de este plan, pero que parece quedar fuera ya de las competencias del Gobierno andaluz y también del decreto que se aprobará el martes, es una normativa para los deudores vulnerables. Consiste en fijar un mínimo inembargable a los ciudadanos para que les quede algún recurso con el que vivir, perdonar la deuda a las pymes y los autónomos cuando liquiden sus bienes, es decir, una medida parecida a la dación en pago de la vivienda, y por último, en el caso de empresas en concurso de acreedores, lo primero sea el pago de salarios atrasados e indemnizaciones a los trabajadores.

Este ofrecimiento, formulado durante la sesión de control en el Parlamento andaluz, llega justo 24 horas antes de que el Gobierno central anuncie nuevos ajustes, y ante la posibilidad de que pueda ser entendido en términos de “confrontación institucional”, Griñán se adelantó: “se persigue una movilización política y pública para que la riqueza de todos esté al servicio de los que más lo necesitan, es decir, la economía al servicio de la democracia”.

Sin embargo, la propuesta no deja de ser un intento de marcar la agenda a Moncloa, de hecho, no es la primera vez que Griñán utiliza esta estrategia de brindar sus ideas a Rajoy. Ya lo hizo hace apenas quince días con el decreto-ley de función social de la vivienda: la norma que permitirá a la Junta expropiar temporalmente durante tres años la vivienda a los bancos en casos de desahucios que conlleven la exclusión social de los afectados, y que permite sancionar a la banca por tener viviendas vacías y no sacarlas al mercado del alquiler. Primero dejó espacio a que lo hiciera su socio de gobierno, IU, principal artífice de la medida, a través de la consejera de Fomento y Vivienda, Elena Cortés. Y luego lo hizo él: invitó al Gobierno central a que lo aplicara (la única respuesta, por ahora, es que se estudia recurrirla ante el Tribunal Constitucional).

El PP consideró que sus propuestas carecen de calado, porque emanan del modelo “fracasado” del PSOE durante 30 años en Andalucía, al que se añade ahora “su entrega a los radicales de IU” dando como resultado un gobierno “vacío, extremista y sin rumbo”. Su portavoz y presidente regional, Juan Ignacio Zoido, consideró que sus ideas no se pueden “exportar”, porque no son más que “pobreza, paro y tres comidas al día”, y lamentó que no haya admitido ninguna de las reformas que el PP ha puesto encima de la mesa. También invitó a Griñán a “despertar de su sueño” porque “ni Obama ni Merkel le van a llamar para que les dé soluciones”.

Griñán defendió la “estabilidad” del Ejecutivo “bipartito”, como le gusta llamarlo al PP, que toma decisiones “pensando en los que más padecen la crisis”, frente a una oposición “en simulación diferida” que carece de propuestas más allá de los ERE. Una oposición que, además, está liderada por alguien, Zoido, en el que “piensa poco” porque no quiere ser candidato a la Junta al “no interesarle nada Andalucía” ya que “sólo le interesa Sevilla”.

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