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José Luis Serrano: un andaluz como el que más

José Luis Serrano.

Olga Granado

“Lo que más me preocupa es justo esto: el paso del tiempo y su aceleración. Cada vez los años son más rápidos, cada vez los inviernos son más largos y la primavera se retrasa, cada vez te jode más la flecha del tiempo y su irreversibilidad”, decía José Luis Serrano cuando no sabía todavía que un cáncer cronometraba sus últimos meses. El grupo de Podemos en el Parlamento de Andalucía se queda huérfano sin su presidente mientras la institución en sí misma pierde, sin apenas haber tenido tiempo de escucharla, la voz de un hombre que había devuelto a muchos la ilusión en la política con mayúsculas, de un debate de altura.

Y había una idea que obsesionaba a José Luis Serrano que era la de hacer calar -comenzando por las filas de Podemos- la necesidad de que Andalucía no se quedara fuera de la llamada a ser la segunda transición, desde una reivindicación de su papel el 4 de diciembre de 1977 no ya sólo olvidado fuera del territorio, sino también en muchas ocasiones, dentro. Y lo hacía desde un convencimiento profundo, con un mensaje que consiguió que Podemos hiciera suyo y que no tendrá su presencia para recordarlo.

Catedrático de Filosofía del Derecho en la Universidad de Granada (UGR) y escritor (ha firmado cinco novelas de las que su favorita era Brooklyn Babilonia, numerosos relatos y otras publicaciones), se sumó al proyecto de Podemos para las elecciones autonómicas del pasado 22 de marzo, donde tras las primarias fue el cuarto más votado de toda Andalucía, por lo que lideró la lista por su provincia.

No era nuevo en la política. Basta recordar su papel en la conformación de Izquierda Unida Los Verdes Convocatoria por Andalucía, como miembro de su comisión negociadora. Pero sobre todo, deja una extensa trayectoria en la investigación, si bien recordaba que el premio que había recibido era a la excelencia docente tras más de tres décadas en la UGR, donde se caracterizó por el respeto a sus alumnos. “Me abstengo de hacer juicios como profesor acerca de la formación de las nuevas generaciones. Con respecto a su nivel de información, cada año son mejores. Sé que esto no es compartido por la inmensa mayoría de mis compañeros que andan diciendo que cada año llegan peor de la secundaria, más ignorantes. No es cierto. Nunca ha habido una generación con mayores niveles de información que la actual y cada año mejoran”, contaba en una entrevista sobre su vocación.

Y mientras, confesaba que todavía se desorientaba en las dependencias de la UGR, igual que con el dilema de ser filósofo entre juristas y abogado entre filósofos. Decidió perderse también en la inmensidad del Hospital de las Cinco Llagas, donde tomó posesión como diputado en abril de 2015, apenas nueve meses. Le tocaba nacer cuando se ha ido como político entre profesores y profesor para muchos políticos.

Hace unos meses firmaba este artículo para eldiario.es/andalucia con la secretaria general de Podemos en Andalucía, Teresa Rodríguez. Hablemos de federalismo, hablemos de Andalucía donde resumía su compromiso con esta tierra: “El 4 de diciembre de 1977, millón y medio de andaluces salieron a la calle para exigir igual trato en la futura constitución española. Ese día, Andalucía reivindicaba lo que hoy llamaríamos su 'derecho a decidir': quería ser como la que más, no como las demás, sino como la que más”, expresión esta última firmada con su amigo Antonio Manuel Rodríguez, que se encargó de popularizar. “El 4D Andalucía reivindicó su derecho a decidir, el 28F lo ejerció”, repetía.

Como presidente de grupo tenía la potestad de interpelar a la presidenta, y Teresa Rodríguez decidió que así fuera cuando el pasado mes de octubre la formación había planteado preguntar a Susana Díaz sobre los estados federales y la autonomía de Andalucía. Un gesto de ceder la portavocía por parte de la líder de Podemos que provocó múltiples interpretaciones, pero que para Teresa Rodríguez suponía el reconocimiento al hombre del partido que de verdad entendía de la materia y cuya dolencia comenzaba hacer sobrevolar malos augurios sobre el grupo. Esa intervención, que el propio presidente del Parlamento de Andalucía Juan Pablo Durán (PSOE-A) elogió pese a que no compartiera todo su contenido, no pasó desapercibida. Ha sido de las que ha tenido más nivel -sino la que más- en los últimos años en la cámara:

Unas tesis que ya defendía en otra intervención unas semanas antes, donde marcaba -todavía sin saberlo- una clara distancia con los planteamientos posteriores de Pablo Iglesias focalizando el debate territorial en Cataluña.

Todo este pensamiento se plasmaría en la proposición no de ley presentada por Podemos en el 38 aniversario del 4D en defensa del patrimonio constitucional de Andalucía y que fue debatida el pasado mes de diciembre y aprobada en su mayor parte con los votos también del PSOE-A e IU. Un contenido que había trabajado José Luis Serrano con Antonio Manuel Rodríguez y que contaba con la autoría del colectivo Más Andalucía. Pero no pudo defenderla él porque la flecha del tiempo ya lo había alcanzado y herido de muerte. Tenía 55 años, tres hijos, escribió varios libros y seguramente plantó más de un árbol. Descanse en paz.

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