Has elegido la edición de . Verás las noticias de esta portada en el módulo de ediciones locales de la home de elDiario.es.

El laureado jefe de protección civil que fue descartado como auxiliar de playa de Andalucía

Antonio Cerván, que acumula medallas al mérito por su labor al frente del servicio de protección civil de Marbella, no superó el periodo de prueba como auxiliar de playa de la Junta de Andalucía, sin más explicaciones

Néstor Cenizo

17 de julio de 2020 20:55 h

4

A Antonio Cerván no le ha servido la medalla de Oro al Mérito de la Protección Civil para trabajar como auxiliar de playa en Estepona. Tampoco, su contrastada experiencia al frente del servicio de Protección Civil de Marbella, el primero que se creó en España, según cuenta. Después de tres semanas trabajando en la playa de El Saladillo, el lunes 13 de julio recibió de la Junta de Andalucía un escueto burofax: “Comunicación de finalización de relación laboral por no superación del periodo de prueba”. La administración no le explica por qué, pero es probable que su edad haya sido determinante. El laureado Cerván no tiene sitio como informador de playa.

A este hombre que el jueves cumplió 65 años sus compañeros lo llamaban “el abuelo”. Era el más veterano y el más experimentado de todos los auxiliares de playa, enrolados por la Junta de Andalucía para garantizar la seguridad de las playas ante la epidemia. 3000 personas con la misión de informar sobre accesos y aforos de las playas, velar por el cumplimiento de las medidas de seguridad e informar a los usuarios. Nada que no pudiese hacer Cerván, que acumula décadas de experiencia en tareas de rescate y salvamento.

En el plazo establecido, presentó su solicitud, y más tarde aportó su DNI y su titulación básica. “No pedían nada fuera de lo normal”, recuerda. El criterio de selección, como en todos los procesos exprés abiertos por la administración autonómica, era el orden de llegada.

Cerván fue seleccionado, superó el curso en la Escuela de Seguridad Pública de Andalucía y el 19 de junio empezó a trabajar en las playas de Estepona. El 12 de julio recibió una nueva acreditación, además de crema de protección solar, mascarillas para la semana…

Sin embargo, ya estaba “despedido”. El burofax en el que la Junta de Andalucía le comunica la “finalización de relación laboral” está firmado el 9 de julio, “con efectos del día 10 de julio”. Cerván, que ha fichado todos los días, asegura que trabajó el 10, el 11 y el 12 de julio, hasta que el 13 recibió en su casa el burofax. El mismo 13 de julio fue también dado de alta en la Seguridad Social, con efectos desde el 19 de junio. Este viernes fue dado de baja, con efectos desde el 10 de julio.

Un burofax que no aclara el motivo

El burofax sólo señala que Cerván no ha superado el periodo de prueba, sin explicar por qué. También le dicen que le pagarán el tiempo trabajado. Según los datos aportados por la Consejería de Presidencia y Administración Pública, hay otras siete personas que no han superado el mes de prueba.

Es probable que en su caso haya tenido mucho que ver la edad. En su momento, todos los auxiliares firmaron una declaración responsable de que no pertenecían “a ninguno de los colectivos incluidos en el apartado tercero de la Resolución de la Secretaría General para la Administración Pública de 13 de marzo de 2020”, sin especificar cuáles son. Esta resolución se aprobó con el fin de garantizar que los trabajadores de la Junta incluidos en una serie de grupos de riesgo teletrabajaran en los peores momentos de la pandemia.

Ahora, la Junta de Andalucía está usando la norma para excluir a esos mismos grupos de riesgo de sus procedimientos de contratación exprés, tal y como informó eldiario.es/Andalucía: de esta forma, se rechaza a mujeres embarazadas o en periodo de lactancia, enfermos crónicos, portadores de VIH o mayores de 60, entre otros. En las últimas convocatorias (para ingenieros de minas, arquitectos técnicos o archiveros, entre otros), esta exclusión se recoge expresamente a pesar de que podría ser inconstitucional, según explicó Jesús Cruz Villalón, catedrático de Derecho del Trabajo.

En cambio, la convocatoria para auxiliares de playa (la primera tipo exprés) no especificaba ninguna condición de edad. Decía: “Estar en posesión de nivel de formación equivalente a Educación Secundaria, Certificado de Escolaridad o acreditación de los años cursados y de las calificaciones obtenidas en la Educación Secundaria Obligatoria”. Nada más. Pero el criterio de edad se incorporaba mediante la remisión genérica a la norma del 13 de marzo.

Él asegura que no sabía y que nadie le dijo que por ser mayor de 60 no pudiera solicitar el trabajo. A Cerván, que nunca ha ocultado sus años y entregó su DNI, y que luego realizó el curso y firmó su contrato, nadie le puso objeción alguna. Por eso dice que no entiende este problema. Sólo este martes, una vez recibido el burofax, le dijeron verbalmente que el motivo probablemente sería la edad. “Son muchos años de experiencia para que ahora te digan que se han dado cuenta de que tengo 64 años. Después de un mes de trabajo, ¿ahora se dan cuenta? No es justo”.

Preguntada por los motivos que pueden motivar que no se supere el periodo de prueba y si la edad está entre ellos, la consejería no ha respondido.

El hombre que salvó a un niño de asfixiarse con una gominola

Cerván está dolido, y se presenta a la cita con el periodista armado de un arsenal de documentos: recortes de prensa, carnés profesionales, nombramientos oficiales, diplomas y hasta tres medallas. La de Oro al Mérito de la Protección Civil se la concedieron por el rescate de un joven en un barranco de Sierra Blanca. La última, de la ciudad de Marbella, se la impuso la alcaldesa Ángeles Muñoz el 1 de junio de 2018.

Entre medias, salvó a una niña de morir ahogada por una gominola. “El antiguo jefe de Protección Civil de Marbella, ya prejubilado, salva a un niño de morir atragantado con una gominola”, tituló Sur el 20 de octubre de 2015. Cerván necesita consultar en una libreta cómo se llama “esa maniobra de nombre raro” (maniobra de Heimlich) que ejecutó aquel día, pero está claro que sabe cómo aplicarla. Desde entonces, entre los contactos de su móvil está “Mamá de Luisito el niño que salvé”.

De los recortes de prensa, destaca el que da cuenta de su participación en el rescate de las víctimas del accidente aéreo del vuelo de Spantax en Málaga, en 1982. “Nos llamaban los butanitos, porque íbamos de naranja”, recuerda. Ese año se creó la primera agrupación de Protección Civil de España, con Cerván al mando y bajo dependencia del Ministerio del Interior. Su primera gran misión fue atender a los encuentros de fútbol que se celebraron en La Rosaleda durante el Mundial de Fútbol. Fue jefe de protección civil de Marbella hasta la llegada a la alcaldía de Jesús Gil.

“Tengo un currículum buenísimo”, lamenta Cerván, a quien todavía nadie le ha explicado por qué su experiencia no es suficiente para ser uno de los auxiliares de playa de la Junta de Andalucía. 

Etiquetas
stats