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Denuncian la muerte de aves migratorias por culpa de las obras de la ciudad deportiva del Arraijanal

Ejemplar de ruiseñor común, en El Arraijanal

Néstor Cenizo

Las asociaciones y activistas que piden que se pare la obra de la futura ciudad deportiva del Málaga CF alertan de que la valla que se ha colocado en el perímetro de la parcela está matando a ejemplares de aves de distintas especies, entre ellas alguna protegida. Las asociaciones Arcusves, Ciriana y Torrevigía han denunciado ante la Guardia Civil que la alambrada está actuando “como una trampa para las aves migratorias” que hacen parada en Arraijanal desde el norte de África. Numerosas fotos corroboran esta denuncia.

“Están llegando aves de África, cansadas y a un sitio que conocen y se encuentran que está trastocado y además tiene barreras”, explica Felipe Román, biólogo especializado en zoología y activista en El Arraijanal. “Están haciendo las obras en el peor momento posible, en plena temporada de cría y de llegada de migradores estivales que vienen a nidificar”, añade.

Las muertes de pájaros no se están produciendo por la tala de eucaliptos, donde raramente nidifican, sino por los choques con la valla perimetral de la obra, una trampa mortal. Entre las aves muertas hay especies protegidas de insectívoras como el alcaudón, en declive, o el ruiseñor. También hay alcaravanes, que solían nidificar en los prados y el matorral de la zona, la última playa virgen de Málaga y muy cercana a la desembocadura del Guadalhorce. En la zona hay también ejemplares del sapillo de espuelas, casi exclusivo de la Península.

Las asociaciones pusieron la denuncia el pasado 21 de abril ante la acumulación de pruebas gráficas de aves que se estrellan contra la alambrada. Mari Cruz Torres, portavoz de Ciriana, siente que está ocurriendo lo que ya advirtieron. “Las aves recuerdan las rutas, tienen una especie de ADN histórico. Han entrado por el mismo sitio de siempre”, lamenta. La activista advierte de que los obreros “están recogiendo pájaros y tirándolos a la basura” cada día. “Llamamos a la Policía Local y no han aparecido. La respuesta fue que hay una patrulla para toda Churriana [el distrito de Málaga donde está El Arraijanal]”. La presencia de la Policía Local para identificar a los activistas que acampan en el lugar es, por el contrario, diaria.

Según advierten los ecologistas desde hace semanas, El Arrijanal es zona de paso y parada para distintas especies de aves migratorias por su cercanía a la desembocadura del río Guadalhorce y su particular ubicación como vía de entrada a la sierra. Se trata de arenales húmedos, ya parcialmente urbanizados, que se convierten en zona de reposo de varias especies migratorias en una ruta que a veces llega hasta Polonia.

La desembocadura, apenas a unos cientos de metros de donde ahora se quiere construir una ciudad deportiva, es un paraje protegido. “Pero, ¿cómo adiestras a un pájaro?”, se pregunta Torres. “Eso es lo que pretendía el plan especial, como si tuvieras un perrito al que reeducas: entra por aquí al lado. Pero eso no lo hacen las aves, que tienen en su ADN histórico este corredor verde natural”, explica. “Si se reconoce la desembocadura y se datan 265 aves, es zona inundable de charcas y humedales, donde se produce la conectividad entre agua dulce y salada en Málaga... No le puedes cambiar la ruta a las aves”, lamenta.

La asociación quiere ampliar la denuncia argumentando por qué esta situación incumple las normativa estatal y autonómica de conservación de la fauna y flora silvestre, las directivas europeas sobre conservación de aves silvestres (2009/147/CE) y de hábitats naturales y fauna y flora silvestres (92/43/CEE), así como instrumentos internacionales como el Convenio de Bonn, relativo a la Conservación de Especies Migratorias.

Denuncias que no consiguen paralizar la obra

Ya el 23 marzo, Arcusves, Ciriana y Torre Vigía entregaron a la delegación de Medio Ambiente y a Urbanismo varios informes de profesores de la UMA, entre ellos uno firmado por el profesor de Biología Vegetal Federico Casimiro-Soriguer, en el que se asegura que en la zona existen tres hábitats de interés comunitario y se constata un vacío en los instrumentos cartográficos de protección. Según los ecologistas, esa es la razón de que no se haya considerado correctamente su valor ambiental.

Esta nueva denuncia se suma ahora a la carta conjunta dirigida por Amigos de la Tierra, WWF, Seo/Birdlife, Ecologistas en Acción y Greenpeace, al alcalde, Francisco de la Torre, y el consejero de Medio Ambiente, José Fiscal, en la que muestran su “preocupación” por el impacto de la construcción en un “entorno asfixiado por la urbanización” y proponen un “corredor ecológico” que “conectaría la Costa del Sol con el interior de la provincia y la Sierra de Churriana”.

Desde hace semanas hay un campamento permanente para protestar y dificultar la obra. También algunas asociaciones de vecinos se oponen a la construcción de la ciudad deportiva en este lugar, con el respaldo de los grupos Málaga para la Gente, Málaga Ahora y el concejal no adscrito.

Además, este medio adelantó que la Fiscalía investiga si se ha respetado la protección ambiental y arqueológica de la parcela y ha pedido información a Urbanismo, Junta de Andalucía y Seprona.

Sin embargo, ninguna de las denuncias ha servido de momento para paralizar la obra, que aparentemente tiene los permisos en regla. Este martes, La Opinión de Málaga adelantó que el Seprona ya ha descartado que se hayan cometido delitos en el comienzo de las obras después de visitarlas a mediados de marzo.

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