Juan Manuel Moreno se la juega con Ciudadanos en las elecciones generales
“Nuestro reto es que Andalucía sea la que más diputados aporte en las elecciones generales”, ha dicho en más de una ocasión las últimas semanas el presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno, cuando se le ha preguntado por el resultado tras las elecciones generales que le obligaría replantearse las cosas, es decir, por ese peor escenario posible. Una frase que, pese a estar cargada de obviedades, tiene dos lecturas más allá: por un lado, la preocupación en el seno del PP-A porque efectivamente eso no ocurriera, lo que sería histórico, y por otro, el interés del líder por reivindicarse con peso en el partido, donde ya se ha subido al carro de Alberto Núñez Feijóo de que lo que necesitan es la “renovación”, consigna que intentan imponer para la elaboración de las listas -donde Mariano Rajoy tiene la última palabra- pero también de cara al futuro de la organización si pierden el 20 de diciembre.
Partamos de que Andalucía es la comunidad autónoma más poblada y a la que más escaños le corresponden en el Congreso de los Diputados (61). Y partamos también de que, por mucho que piense Juan Manuel Moreno que no siempre ha sido este territorio donde más diputados ha sacado el PP, porque “está el tirón de la Comunidad Valenciana y de Madrid”, lo cierto es que hay que remontarse a las elecciones generales de 1989 -que fueron las primeras en las que concurría con estas siglas- para encontrar la vez en que no fue Andalucía la que más sumó. Pero casi. Porque ese año fueron 12 los escaños que ganó el PP por Andalucía, los mismos que por Madrid.
Dicho esto, hay que recordar que, tras año y medio como presidente del PP-A, Juan Manuel Moreno ha tenido que encajar dos derrotas consecutivas de los suyos que además suenan a debacle: en las elecciones autonómicas del 22 de marzo, donde de los 50 diputados que había dejado Javier Arenas -el mejor resultado de la historia de la formación- bajó a 33, y en las elecciones municipales dos meses después: los populares pasaron de tener las ocho alcaldías de las capitales de provincia con mayoría absoluta -igualmente un control sin precedentes- a ceder la mitad y ya hubo voces que comenzaron a plantear el problema de liderazgo e incluso si era o no necesario un congreso.
¿Cuántos diputados del PP aportará Andalucía?
Hay miedo -lo confiesan muchos en el PP-A- a lo que se les puede venir en encima con las elecciones generales. Donde también parten de un logro histórico, porque en 2011 el PP ganó por primera vez en Andalucía en las generales, con 33 diputados que además supusieron una subida muy importante porque venían de los 25 en 2008. Nadie le va a pedir a Juan Manuel Moreno que mantenga esa cifra con el nuevo contexto -son las primeras elecciones generales de fenómenos políticos como Podemos y Ciudadanos (C's)- pero la cuestión está en ver cuánto va a caer. Hay pavor no por volver a sacar esos 25 de 2008, sino incluso por debajo, teniendo en cuenta que desde 1993, las segundas elecciones generales a las que concurrió el PP como tal, se ha mantenido siempre por encima de los 20 diputados por Andalucía.
En este contexto, hay voces que hablan de pronósticos con muchas dificultades para llegar a esos 25 escaños por Andalucía, donde C's se convertiría en tercera fuerza a costa sobre todo de los votos de los populares. En el PP-A insisten en desmentir que manejen este tipo de encuestas a nivel interno, y que no empezarán con estos estudios hasta finales de octubre. Pero no les hace falta para sacar conclusiones claras. “No ha ocurrido lo que esperábamos, porque parece que el pacto de C's con el PSOE-A no les ha erosionado como preveíamos”, confiesa un dirigente del PP-A. El propio presidente del PP-A lo decía la pasada semana en una entrevista, no ya en referencia a Andalucía, sino con carácter general: “Pensamos que era flor de un día y no ha sido así. Está siendo un partido decisivo”.
El PSOE-A no es ya el principal objetivo, el principal rival, el próximo 20 de diciembre, porque el PP-A entiende que su capacidad de desgaste es mínima. Tampoco Podemos, porque los populares o ignoran a esta formación o intentan valerse de sus votos en el Parlamento de Andalucía cuando les interesa. El enemigo a batir en Andalucía es C's, y no su líder en la región, Juan Marín, sino su presidente y candidato para las elecciones generales: Albert Rivera. Por ello, hay una estrategia a la defensiva, que es vender la gestión de Mariano Rajoy como garantía de que España “podrá seguir por la senda de la recuperación” y la “estabilidad” que España necesita. Y por otro, a la ofensiva: contra C's, y sin renunciar al discurso del miedo a lo que puede ocurrir si no sigue el PP en el poder.
Los populares miran con más que preocupación la posibilidad de que pueda exportarse el modelo de Andalucía y gobernar Pedro Sánchez con respaldo de C's. Y por eso, en el caso de Andalucía, la orden es dinamitar su credibilidad y reforzar el argumento de que no sólo no contribuyó a ese cambio que era su lema -porque facilitaron la investidura de Susana Díaz y la perpetuación del PSOE-A en el poder- sino que están contribuyendo a proteger a sus socios de la corrupción. La secretaria general del PP-A, Dolores López, no se mordía la lengua este fin de semana en una entrevista con Europa Press: “C's entrará en el Gobierno de Andalucía independientemente de los resultados del 20D”. Cree que ese pacto está hecho, pese a que de momento Albert Rivera haya dado la orden a los suyos de mantener “distancias” para guardar “apariencias” hasta que pase el 20D. El tiempo dirá si las palabras de Dolores López son fruto del conocimiento o una pata más de la estrategia de desprestigio a C's con la que los populares quieren defenderse del fenómeno naranja.
Es también el discurso usado en la constitución de la comisión de investigación para el fraude de la formación, “donde la presidencia estaba pactada de antemano” entre el PSOE-A y C's. Y se potenciará todavía más, como dejó claro Juan Manuel Moreno en el último pleno donde volvió a la corrupción como arma con más saña que nunca, pero no con el PSOE-A como objetivo, que no le está funcionando como quisiera, sino para colateralmente ir contra C's. De hecho, después del pleno no dudaba en poner el siguiente comentario en Twitter, con aviso a Albert Rivera:
Y horas antes ya había lanzado este otro, también para Albert Rivera:
En medio, el sueño del PP-A de que en precampaña puedan obligar a comparecer a Susana Díaz en la comisión de investigación, que si C's no da marcha atrás, está hecho. Y si todo esto no vale y se produce un tercer mazazo en las urnas este año -el cuarto si se cuentan las elecciones europeas de 2014- “algo tendremos que hacer porque el partido no puede seguir así”, en palabras de un exparlamentario del PP-A, para quien la formación no puede arriesgarse a jugarse su supervivencia.