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En primera persona

“Me siento engañada: me hicieron creer que mi mamografía me la hacía la pública y fue una subcontrata privada”

Documentos del SAS sobre la detección precoz de cáncer de mama y unidad móvil para mamografías

María Iglesias

13 de octubre de 2025 21:52 h

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Las cinco amigas que somos íntimas desde el instituto tenemos un grupo de WhatsApp y este 2025, que cumplimos 49, además de usarlo para quedadas, comentarios y felicitaciones de cumpleaños, nos hemos dado el parte de las citas del cribado de cáncer de mama, porque estábamos deseando pasarlas.

Yo, que cumplo el 20 de julio, tenía especial ansiedad, pues el 7 de ese mismo mes murió, como ya os conté en su obituario, mi añorada amiga, fundadora y directora de elDiario.es Andalucía, Lucrecia Hevia Bertrand, víctima de un cáncer de mama diagnosticado en otoño de 2023 que, hecho metastásico, acabo con su vida en año y medio.

El 15 de julio por la mañana, a la semana de morir Lucre, me llegó un SMS “Invitación Programa Detección Precoz Cáncer Mama” para el 29 de julio, a las 08:50 en “Unidad Móvil Mama Centro salud La Plata”. Que ese no sea mi centro de salud no me puso sobre aviso de nada ya que, en otras ocasiones, para pruebas radiológicas como de columna vertebral completa, nos han citado en centros de salud de otros barrios, como el de Las Letanías Dra. Inmaculada Vieira, con maquinaria espectacular en las Tres Mil Viviendas.

El mensaje que me comunicaba la cita solicitaba “confirmar asistencia respondiendo SI/NO al SMS”. Por supuesto envié “Sí”. Y, como no suelo borrar mi histórico de mensajes, ahora he podido releerlo y comprobar que nada consignaba que fuera un mensaje del Servicio Andaluz de Salud. Yo lo di por hecho al referirse al “Cribado de cáncer de mama”, al citarme en el centro de salud público, el de La Plata, y no mencionar a ninguna empresa privada.

Aparente atención de la pública

Llegado el 29 de julio me desplacé al barrio de Rochelambert en el distrito Cerro-Amate y al entrar al ambulatorio de La Plata me lo encontré a rebosar ya a esa primera hora de la mañana. Esperé mi turno en la cola de información para preguntar por la consulta y planta donde se hacían las mamografías, que no figuraban en el SMS, pero, para mi sorpresa, el personal me indicó que siguiera un pasillo hacia una zona exterior, trasera, del ambulatorio. Al salir entendí que me iban a hacer la mamografía en aquel camión que me recordaba a los que usa el Centro de Transfusiones Sanguíneas del Hospital Virgen del Rocío cuando promueve la donación de sangre en puntos estratégicos de la ciudad, o recorriendo las facultades universitarias. En mi relectura actual del SMS veo que desde el principio ponía “Unidad Móvil Mama CS La Plata”, pero para mí la referencia importante ahí era el centro de salud y lo anterior lo eludí.

La identificación del camión con la mamografía fue inmediata porque, además de la foto de una sanitaria con bata blanca, fonendo y lazo rosa, tenía escrito bien grande “Unidad móvil. Detección precoz del cáncer de mama” junto al logo y sintagma “Junta de Andalucía”, al letrero “Consejería de Salud y Familia” y a dos webs cribadoandalucia.com, centrodiagnóstico.com y un hashtag #tocacuidarte que, para mí, no dejaban lugar a segunda interpretación.

Nada, en el SMS que me citó a la mamografía, ni durante la prueba, en el recinto de un ambulatorio público, ni en la carta con el informe que luego me envió el SAS me reveló que mi caso era una externalización a una subcontrata privada. Y que lo es porque la sanidad pública andaluza, con la gestión de la Junta que hace el PP de Moreno, es incapaz de asumir por sí misma los cribados de cáncer de mama.

Dentro del camión me recibió una joven profesional con bata blanca que me esperaba, pues yo figuraba en la lista de confirmadas del día. Ella me invitó a sentarme y recabó mis datos personales, así como los antecedentes familiares de tumor. No dijo ser del SAS, pero tampoco lo contrario y, concluido su trabajo, me hizo pasar a la cabina donde otra joven compañera procedió a hacerme las pruebas de imagen de ambos pechos.

Al salir de la cabina, pregunté a la primera: “¿Y ahora qué?” Ella contestó sin asomo de duda: “Usted tranquila que si se ve algo malo la llamamos inmediatamente. Si no, es que está todo bien y recibirá usted una carta confirmándolo”. Bajé la escalera metálica del camión, hasta llegar a ras de suelo en esa especie de parking trasero del ambulatorio, y lo hice con la sensación de “deberes hechos” frente al traicionero cáncer –que ya mató a mi padre en 1996 por vía de un linfoma combinado de hodking y no hodking–.

Tras alejarme unos pasos, volví atrás y, no sé por qué razón fotografié el camión. Igual que tampoco por qué, un mes y medio después, guardé la carta, esta sí con membrete del Servicio Andaluz de Salud (SAS), que me indicaba: “nos es grato comunicarle que en estos momentos no se ven imágenes que hagan sospechar la existencia de lesión maligna”. A principios de septiembre, cuando me llegó la carta, fechada a 9/9/2025, me quedé tranquila y ni entré a ver las imágenes ni a consultar el informe a través del QR que traía, ni llamé al teléfono que ponía para “cualquier aclaración o duda” y que es el 677007017.

Negligencias, mentiras e inquietud

Andaluzas como yo, conscientes e indignadas con el deterioro de la sanidad pública por el gobierno del PP de Moreno Bonilla en la Junta de Andalucía, aún creíamos pese a todo en el programa de cribado de cáncer de mama. Hasta que nuestra confianza saltó en pedazos hace dos semanas, cuando la perspicaz periodista Mercedes Díaz, de Radio Sevilla (SER), destapó la negligencia de la Junta al no informar durante meses y hasta años de posibles lesiones tumorales detectadas gracias a estas mamografías.

La reacción de la consejera de Salud, Rocío Hernández, minimizando este horror al reducirlo a “tres casos puntuales” cuando ahora la Junta ya reconoce 2.000 es escalofriante. Pero el presidente Moreno, tras destituirla el miércoles 8 coincidiendo con la multitudinaria manifestación de denuncia en Sevilla, el jueves 9 respondió alterado en el pleno del Parlamento andaluz al portavoz de Adelante Andalucía, José Ignacio García, que sereno le exigía cuentas: “¿Usted sabe cuantas mamografías hemos derivado a la sanidad privada? Cero. Cero, cero, cero”. Ahí de nuevo Moreno nos mintió, de forma tan descarada como incomprensible, pues, como han desvelado los sagaces compañeros de elDiario.es Andalucía Dani Cela y Néstor Cenizo la Junta deriva más de 300.000 mamografías a la privada por falta de medios públicos.

Yo leí esa información de nuestra redacción andaluza y, aun así, no relacioné la privatización de las mamografías conmigo, pues estaba segura de haber sido atendida por la sanidad pública. Hasta que en su indagación para la noticia del sábado, los compañeros preguntaron si alguna habíamos sido atendidas en remolques aparcados en centros de salud.

A estas alturas ya sabéis todas y todos mi respuesta, igual que ahora yo me siento engañada porque me dejaron creer que me estaba atendiendo el Servicio Andaluz de Salud cuando lo cierto es que ganó dinero conmigo una empresa granadina cuyo nombre llama a confusión pues se trata de “Centro de Diagnóstico”, lo que, coincidiréis conmigo, en que no es propiamente una marca sino una descripción de servicio.

“Dr. NoDisponible Radiólogo”

Mención a "Dr. No disponible Radiólogo" en un informe radiológico de la Junta de Andalucía

Al recuperar esa foto del camión que por impulso hice el 29 de julio veo e identifico ahora el logo que la empresa tiene en su web, cuatro pétalos azules y un punto rosa al centro, y entro, ahora sí, en mi informe a través del QR y no me genera ninguna tranquilidad que en la firma final donde debería identificarse el radiólogo responsable ponga: “Dr. NoDisponible Radiólogo”, ni que al llamar al 677007017 me salte: “El teléfono marcado no se encuentra disponible en este momento. Por favor inténtelo de nuevo más tarde o envíe un SMS que el destinatario recibirá en cuanto esté disponible” y, peor aún, cuando llamo al teléfono desde el que me mandaron la cita por SMS (955 160 007) me salte: “El número marcado no existe. Por favor, compruébelo y marque de nuevo”.

Consultando a mis amigas a quienes hicieron sus radiografías, a ellas sí, en centros de salud y no en estos camiones subcontratados a la privada, compruebo que sus SMS e informes son iguales que los míos, los teléfonos de contacto los mismos y hasta igual ese “Dr. NoDisponible Radiólogo” tan inquietante.

Luz y rectificación urgente

Frente a ello, al habla con María, hermana mayor de nuestra recordada Lucre, mujer que fue también paciente oncológica de mama en el País Vasco, curada hace seis años, y me autoriza a referiros lo que hemos comentado, me indigno porque ella me habla de que en su ciudad, Bilbao, la Osakidetza, Servicio Vasco de Salud, hace las mamografías en instalaciones del Hospital de Basurto y, si las mamografías se hacen de mañana, los oncólogos las ven e informan a la paciente antes de la hora del almuerzo y si se hacen por la tarde, al día siguiente las llaman tanto si no hay rastro de tumor, como si se ha localizado y hay que tratarlo o si se necesitan pruebas complementarias a las que se cita en el plazo máximo de una semana (ecografías, biopsias…).

Esto aviva en mí el recuerdo de conversaciones con médicos del Virgen del Rocío, durante los ingresos de Lucrecia, donde hablaban tan bien de la hospitalización domiciliaria vasca, incluso en muchas zonas rurales (la noticia allí es que no se dé en todas) y hasta de sus programas de quimioterapia a domicilio. ¿Por qué se pierde tanta energía política en azuzar el choque entre autonomías en vez de aprender de lo que cada una hace mejor para aplicarlo a la ciudadanía?

¿Qué tranquilidad podemos tener hoy andaluzas como yo sobre quién y cómo ha analizado nuestras mamografías? ¿Por qué se ha contratado a esta empresa de Granada? ¿Es la mejor posible o la más barata, como pasa con los comedores escolares de los colegios públicos pese a los informes negativos que firmamos en los consejos escolares? ¿Cómo se lanza el nuevo consejero de Salud Antonio Sanz a prometer ahora que van a tener todos los resultados pendientes a 30 de noviembre por la contratación de 119 profesionales, y además anuncia que esta semana el Consejo de Gobierno andaluz aprobará un plan de acción integral de cribado de cáncer de colon y de cuello de útero y que el de mama lo van a ampliar por debajo y por encima de la franja 49-70 años? Sería fantástico, salvaría vidas que hemos perdido y lloramos cada día, pero si no han sido capaces de gestionar menos, si no han detectado aún donde están los fallos, ¿con qué dinero, con qué médicos, cómo van a garantizar la buena atención pública que prometen y merecemos?

Cuando lo que está en juego son vidas de habitantes de su tierra, ningún representante político debería dedicarse a inflar el negocio de empresas sanitarias privadas (por más que el presidente andaluz esté casado con la gerente de relaciones institucionales de una farmacéutica con las ramificaciones de intereses que eso conlleva). Sobre todo no debe priorizarse el negocio en ámbitos como el cáncer donde este año la Sociedad Española de Oncología Médica ha denunciado presiones de las aseguradoras privadas para que no usen terapias clave porque son caras. 

El presidente Moreno debe dejarse de tretas para ocultar que faltan personal, medios y dinero para proteger la salud de los andaluces. Un deterioro de la sanidad pública ante la cual son ofensivas sus rebajas fiscales por mascota y gimnasio y su rechazo a la quita de la deuda de 19.000 millones de euros que ofrece el gobierno central y que necesitamos ya para salvar vidas en Andalucía.

Al faltar profesionales sanitarios, de medios y de dinero para cuidar la salud de tantas y tantos andaluces, un presidente autonómico responsable no puede, por más que estemos en año electoral, dedicarse a hacer rebajas fiscales de bienqueda por tener mascota o ir al gimnasio, ni enrocarse en el rifirrafe político con el gobierno central del PSOE y Sumar para  rechazar el perdón de 19.000 millones de euros de la deuda que se deben destinar a salvar vidas, de todas nosotras, con independencia de nuestra ideología o simpatía política, también de votantes del PP porque cuando la cosa se pone fea todo el mundo corre a la pública a intentar salvar su vida.

Yo, que siendo progresista, siempre he defendido, incluido en mi artículo de hace dos semanas, que Moreno es una alternativa de relevo a Feijóo más demócrata y civilizada que Ayuso frente al avance neofascista, me siento legitimada para exigirle que se deje de frivolidades y trucos, como el de estos camiones que enmascaran la subcontrata de mamografías a la privada o el de la publicación de sus memorias para empapelar Andalucía de carteles propaganda burlando la prohibición de publicitarse fuera de la campaña electoral. Que se deje de artimañas y dedique, pero ya, el dinero de las y los andaluces a lo que más queremos: proteger nuestra salud y la de los nuestros. Seguro que puede entenderlo. Si no, la población andaluza, verá que no le importa que carguemos con gravísimas consecuencias por sus manejos. Y no lo permitiremos. Sienta fatal que le tomen a una el pelo, jugando con su salud. Verdad, justicia y reparación para las fallecidas y las víctimas de esta bárbara negligencia y solución ya para que no seamos ni una más.

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