La Muela reduce a la mitad su deuda por sentencias judiciales derivadas de la gestión de Pinilla
- La deuda se situará en 7 millones de euros –frente a los 14 de principio de legislatura– procedentes de sentencias judiciales de la gestión de la exalcaldesa María Victoria Pinilla, condenada en la mayor trama de corrupción de Aragón
El municipio de La Muela (Zaragoza) comienza a respirar después de 10 largos años de duros ajustes. La deuda derivada de las sentencias judiciales de la gestión de la exalcaldesa María Victoria Pinilla, condenada en la Operación Molinos, la mayor trama de corrupción en Aragón, ha lastrado la actividad del consistorio. Esto ha afectado a sus vecinos, que han visto como las nuevas inversiones en el pueblo se aplazaban sin fecha. “Desde el 2008 hasta 2016, no se había asfaltado una calle en el pueblo ni arreglado una tubería, hemos pasado una travesía por el desierto”, explica su alcalde Adrián Tello, de CHA.
Este joven alcalde, que no cobra un sueldo por su trabajo al frente del Ayuntamiento, lo que le obliga a vivir en casa de sus padres, ha reducido a la mitad la deuda del Consistorio en apenas tres años. Cuando el actual equipo de gobierno llegó, tras las pasadas elecciones municipales de 2015, se encontró con una deuda de unos 14 millones de euros. Ahora esa deuda suma 7 millones, es decir, se ha reducido a la mitad, aunque sigue siendo un montante elevado para un municipio de 5.000 habitantes asolado por las consecuencias de la corrupción.
Pero el horizonte comienza a vislumbrarse con cierto optimismo, ya que, según asegura el regidor, el Ayuntamiento está en condiciones de amortizar toda la deuda en los próximos tres años.
“En principio, tal como va el asunto, y con la liquidación de este año, que esperamos cerrar con un remanente de unos 3 millones de euros, en dos o tres años podemos haber pagado todo”, indica, “pero con mucho esfuerzo. Ahora hemos priorizado el pago de la deuda y las facturas pendientes obligados por la situación, sin que hayamos podido destinar esos beneficios a los vecinos, que es lo que nos gustaría ir haciendo”, comenta.
Una gestión eficiente y austera, un aumento de la recaudación, la elaboración de los planes económicos y financieros y el acceso a subvenciones de la Diputación Provincial de Zaragoza con las que han podido hacer pequeñas inversiones, explican el cambio en las maltrechas cuentas del municipio. “La situación todavía no es idónea, pero no tiene nada que ver con la que nos encontramos, con las cuentas bancarias embargadas”, puntualiza.
La Muela salda una deuda 14 años antes
La próxima deuda que saldará el Ayuntamiento de la Muela a finales de verano asciende a 4 millones de euros procedentes del préstamo del pago a proveedores, que fue solicitado en 2012 por el anterior equipo de Gobierno. Se concedió por una duración inicial de diez años, hasta 2022, pero más tarde se amplío a otros diez, por lo que el pago se retrasó hasta 2032.
Cuando el actual equipo de Gobierno llegó al Ayuntamiento todavía no se había comenzado a pagar esta cantidad, ya que el inicio se había retrasado también a 2016 ante la estrechez económica. Ahora, dos años después, este préstamo quedará totalmente amortizado a finales de verano: “14 años antes del plazo previsto”, recalca Tello.
Este adelanto ha sido posible gracias al saldo positivo de 4,5 millones de euros con el que se ha cerrado al ejercicio 2017, un remanente que se ha destinado a pagar la deuda, y que va a suponer un ahorro de medio millón a las arcas municipales, indica.
De esta forma, el Ayuntamiento de La Muela habrá reducido a la mitad su deuda, pero tendrá que hacer frente todavía a otros 7 millones de euros. Corresponden a préstamos bancarios firmados por el Consistorio para pagar las sentencias judiciales derivadas de la época de María Victoria Pinilla con cargo al Fondo de Ordenación de 2016 del Ministerio de Hacienda.
La más elevada deriva de la sentencia judicial del Tribunal Superior de Justicia de Aragón que condenaba al Ayuntamiento a indemnizar a la constructora Nyesa con 4,1 millones de euros por una urbanización de 96 pisos que finalmente no se pudo llevar a cabo. Pinilla autorizó edificar en unos terrenos afectados por una cabañera.
A esta deuda se suman otros 2,7 millones de euros de otra sentencia que obligó al Ayuntamiento a indemnizar a Grupo Caja 3 por el impago de un préstamo de tesorería solicitado también por Pinilla, además de convenios urbanísticos que tampoco se llegaron a abonar, lo que fue denunciado por los promotores.
Otro de los prestamos pendientes, firmado con Bankinter a cargo del Fondo de Ordenación de 2016 por un importe de casi otro millón de euros, se destina a pagar los intereses legales derivados de las sentencias judiciales y los costes de procedimientos.
Pequeñas inversiones
En esta legislatura, el Consistorio ha podido hacer pequeñas inversiones con subvenciones del plan unificado de la Diputación Provincial de Zaragoza. Ahora el futuro se ve de otra manera, aunque con precaución, dice Trello, quien desea que los vecinos comiencen a notar esta mejoría de las cuentas. De momento, entre sus planes, figura ampliar poco a poco la residencia de mayores. En 2008 se hizo un nuevo edificio para dotarla de 70 plazas más que se iban a sumar a las 35 existentes. Pero finalmente no se pudo llevar a cabo.
Otra asignatura pendiente en el municipio es la depuración de aguas de nuevas urbanizaciones. Actualmente no están conectadas a la red de vertidos, explica Trello, porque en su día no se hicieron “las cosas bien”. “Ahora es el momento de mirar las cosas que se han quedado estancadas por la situación”, añade.
“Estoy meditando si presentarme a las próximas elecciones”
Lidiar con esta situación es satisfactorio cuando se comienzan a ver resultados, pero también desgasta debido al esfuerzo que conlleva. Por ello, Tello, quien con su equipo de Gobierno renunció a cobrar un sueldo por su trabajo porque sencillamente no había dinero para ello, medita estos días su futuro. Superó también el intento de una moción de censura lanzada por los concejales del PP y el PAR y un edil no adscrito, de la que salió reforzado.
“Estoy pensando si presentarme o no, por ahora no he tomado ninguna decisión, es un trabajo que requiere dedicación exclusiva y meter muchas horas y supone un esfuerzo importante”. De momento, continuarán sin cobrar hasta finalizar la legislatura. “Eso ya será una decisión que deberá tomar la próxima corporación”, concluye.