Hacernos catalanes/2

Aragón ha desaparecido, o siempre ha estado desaparecido en España. Para que salga, aparte sucesos, los gobiernos han de comprar espacios más o menos publicitarios. 

La iniciativa para asociarse o ser opado o absorbido por Catalunya le daría algo de visibilidad, sería una novedad que daría para una década de monsergas. 

A falta de ímpetu propio hay que asociarse. Es una medida empresarial básica. Ya tenemos reconocido y legalizado el catalán en el poniente y es fácil y bonito, así que no sería tan arduo como aprender euskera, por ejemplo. 

Los centros de datos y las renovables que los van a alimentar ya están adjudicados y echando los cimientos, y la nueva metrópoli no los quiere, las granjas de cerdos ya son seña de identidad y fuente de riqueza o al menos de supervivencia. 

Lo mejor es que tendremos salida al mar, Salou ya es nuestro, de acuerdo, pero ahora podremos votar en las locales y autonómicas. Con el exilio y emigración de décadas anteriores hay mucho Aragón ya infiltrado o empotrado en Catalunya, etc.

Es verdad que perderíamos el gobierno autonómico, que sería una subdelegación de subdelgaciones, vaya lío para recolocar a tanta gente. Por eso no se hará esta propuesta por los canales oficiales, pero al final la realidad se impone. 

La iniciativa podría partir de la sociedad civil si la hubiera o de una simple OPA catalana. A fin de cuentas las autonomías ya son simples gestoras de empresas y en cualquier momento se habilita esta medida en la Constitución para que la dispersión y la locura de un sistema ya escacharrado no vaya a más, o sea, a menos. 

El único problema es que Catalunya no quiera aceptarnos, aunque obtendría muchas ventajas, algunas nombradas en el artículo anterior. Quizá podría temer ser abducida por la parte menor, a veces ha pasado que el colonizado impone su cultura o permea al colonizador. 

En todo caso eso sería beneficioso para la endogamia y la postración que padecen nuestros vecinos, siempre viene bien un millón y pico de personas con sus resquemores y sus esperanzas.