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Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

La pandemia sigue siendo el gran problema de 2021

Una enfermera administra a un paciente la vacuna de Pfizer-BioNTech contra el coronavirus. EFE/ Sebastien Nogier
11 de enero de 2021 22:47 h

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El Gobierno cumple estos días un año y lo hace con más claros que oscuros pese a las dificultades con que se ha encontrado en el camino recorrido. Han sido 12 meses mucho más duros de lo previsto. En enero de 2020, la cohesión interna entre los socios de coalición, la bisoñez de uno de ellos en tareas de Gobierno, la debilidad parlamentaria, la excesiva dependencia en el Congreso de fuerzas –como los independentistas catalanes, con otra agenda y otras prioridades– y la extrema dureza de la oposición de derechas parecían escollos mayúsculos, difíciles de sortear. 

El coronavirus dejó todos ellos pequeños. La pandemia se convirtió de pronto, en marzo pasado, en el gran problema. Su impacto en la salud, la economía y la vida de todos está siendo demoledor, catastrófico. Y pese a ello, el Gobierno sigue en pie, ha aprobado unos Presupuestos Generales del Estado, ha sacado adelante leyes tan relevantes y complicadas como la de educación y la de eutanasia, las encuestas no le auguran por ahora un gran desgaste y, aunque tensionado y a veces con clamorosas grietas internas (por el rey emérito, por el SMI, por las pensiones, por la reforma laboral del PP, por el grado de intensidad de las medidas económicas y sociales antipandemia...), mantiene aún una cierta cohesión entre los socios. Hasta la relación y confianza mutua entre el presidente Pedro Sánchez y el vicepresidente Pablo Iglesias ha mejorado.

El problema catalán, otro de los que en su día pusieron en diferente longitud de onda a PSOE y a Unidas Podemos, está en modo reposo. Volverá presumiblemente a primer plano en poco más de un mes, tras las elecciones previstas para el próximo 14 de febrero. Una mayoría parlamentaria de las formaciones independentistas y una ausencia de alternativa transversal –en forma de tripartito de ERC, PSC y En Comú Podem– tensionarían de nuevo el debate. Dentro del Gobierno, y del Gobierno con los independentistas.

La dureza de la oposición de derechas no tiene visos de cambiar. Vox –y en ocasiones también algunos dirigentes del PP– la lleva al extremo de seguir cuestionando aún hoy la legitimidad del Ejecutivo. La aventura del viaje al centro y distanciamiento respecto al PP del Ciudadanos de Inés Arrimadas, cuyo intento de apoyo a los Presupuestos no salió muy bien, sobre todo por los palos en las ruedas que le puso la formación de Iglesias, tendrá su siguiente prueba de fuego en las urnas catalanas. Un desplome como el que auguran algunas encuestas puede provocar una sangría en el proyecto que lo convierta en inviable.

La negativa del PP a renovar el CGPJ, incumpliendo un mandato constitucional, es uno de los escollos no resueltos que más duelen en Moncloa. Las diferentes estrategias que ha emprendido Sánchez han fracasado. Las duras, las semiduras y las blandas. Las de imposición y las de diálogo. “El acuerdo está hecho, incluso con nombres; solo falta encontrar el momento de anunciarlo”, han contado, en privado, en el frente gubernamental repetidas veces desde el verano pasado. Pero el momento no acaba de llegar.

¿Y la COVID-19? “Estamos en el principio del fin de la pandemia”, decía Sánchez el pasado 25 de noviembre. Un exceso verbal del presidente, como algunos otros suyos al final del confinamiento de la primavera pasada. La pandemia está aún en momentos muy delicados. La tercera ola, que apunta a que puede golpearnos aún más que las dos anteriores; la situación gravísima en otros países de nuestro entorno; la insuficiente conciencia de peligro en parte de la población; el relajamiento navideño ante la llegada de las vacunas; el retraso en las primeras semanas de la campaña de vacunación; las incertidumbres sobre mutaciones y nuevas cepas del virus; las dudas sobre la eficacia a medio plazo de las diferentes vacunas... La pandemia seguirá siendo el gran problema de 2021 y la principal tarea para el Gobierno en su segundo año de mandato. Tanto en su vertiente sanitaria, que no está ni mucho menos controlada, más bien al contrario, como en su impacto económico y social. El gran remedio en esto último, los fondos europeos, aún tardará en llegar a la economía real. El primer semestre será muy duro. Y relajarse pensando que en verano todo se arreglará como por arte de magia sería un error tan grave como lo fue hace un mes relajarse en las medidas de protección de la salud pensando que la vacuna remediaba todo de golpe.

Sobre este blog

Arsenio Escolar es periodista y escritor. Con sus 'Crónicas lingüísticas del poder' –información, análisis y opinión de primera mano–, entrará semanalmente en elDiario.es en los detalles del poder político, económico, social... y de sus protagonistas. Con especial atención al lenguaje y al léxico de la política.

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