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¿Hay espeleólogos de segunda categoría?

  • Ignacio Escolar, Director de eldiario.es, nos aporta un punto vista de vista distinto, y ajeno a la montaña, sobre el accidente de los tres espeleólogos españoles en el Atlas marroquí

El viernes pasado saltaba la noticia sobre la desaparición de tres espeleólogos españoles que se encontraban de viaje por el sur de Marruecos, en la región del Atlas, entre Marrakech y Uarzazate, en una zona montañosa donde abundan las cuevas. Los tres espeleólogos, que formaban parte de un grupo mayor de nueve personas, no acudieron a la cita con el resto de compañeros dos días antes (miércoles) por lo que empezaron las tareas de búsqueda. Finalmente fueron localizados en el fondo de un barranco, heridos tras sufrir un grave accidente. Después de varios días de indecisiones, demoras y trabas políticas, el rescate se saldaba con un solo superviviente y dos fallecidos. La actuación del Gobierno Español y el Gobierno Marroquí, así como la organización y premura del dispositivo de rescate ha creado cierto malestar entre familiares, amigos, montañeros, espeleólogos e incluso entre el ciudadano de a pie ajeno a este tipo de actividades. Mucho se está hablando y escribiendo estos días al respecto, pero Ignacio Escolar, Director de eldiario.es, nos aporta, mediante esta nota que reproducimos a continuación, un punto vista de vista distinto, y ajeno a la montaña, sobre lo acontecido estos días.

"¿Hay espeleólogos de segunda categoría?

Cuando un alpinista o un espeleólogo español tiene un accidente en alguna cueva o alguna montaña en el extranjero, ¿debe el Estado hacerse cargo de su rescate o tiene que salir del atolladero por sus propios medios, sin apoyo del dinero público?

Personalmente, creo que salvar una vida siempre merece el esfuerzo, y que el Gobierno debe de colaborar con todos los recursos de los que disponga. Es pura humanidad, a pesar de que hay quien sostiene que el Estado no está para salvar la vida de alguien que la pone consciente y voluntariamente en peligro, practicando un deporte extremo. Es un debate complejo y hay argumentos válidos para defender ambas posturas. Pero lo que es indefendible es que el mismo Gobierno haga dos cosas distintas, dependiendo de quién sea el afectado.

Hace unos meses, otro espeleólogo español tuvo que ser rescatado en el fondo de la cueva Intimachay, en Perú. Falló uno de los amarres y cayó cinco metros y se rompió una de las vértebras. No podía mover las piernas. Cecilio no estaba en Intimachay solo por deporte: estaba colaborando con la Universidad de Lima en la exploración de esas cuevas, donde se han encontrado restos arqueológicos de la cultura Chachapoya.

Cecilio López pasó en el fondo de la cueva 13 días hasta que fue rescatado… por voluntarios que financiaron la operación de salvamento con un crowdfounding. El Gobierno se negó a movilizar a los GREIM –el grupo de rescate en montaña de la Guardia Civil–. Tampoco puso ningún avión para trasladar a los 58 voluntarios que se pagaron el billete de su bolsillo. El rescate costó unos 100.000 euros. El Estado no puso un duro.

“Mi país no ha aportado nada, si es por ellos estoy en el fondo de la cueva”, aseguró el espeleólogo al llegar de vuelta a España. El Gobierno de Perú sí colaboró con el rescate, e incluso fletó un avión medicalizado para mover al espeleólogo desde Intimachay hasta Lima. Mientras tanto, la principal aportación del Gobierno español fue buscar una oferta para los vuelos, que resultó ser mil euros más cara que la que encontraron por su cuenta los propios voluntarios.

Nada que ver con lo que ocurrió la semana pasada, cuando otros tres espeleólogos tuvieron otro accidente en un barranco en el Atlas, en Marruecos.

A las 24 horas, ya estaba listo un avión con un equipo de rescate del Gobierno. No solo se movilizó a los GREIM de la Guardia Civil, sino que también se envió a un grupo de los GEO de la Policía Nacional, a pesar de que entre las funciones de este grupo de elite no está el rescate en montaña. Lamentablemente, Marruecos no fue tan diligente y la ayuda española no llegó a tiempo y solo se salvó uno de los tres espeleólogos, pero nadie puede criticar que en esta ocasión el Gobierno español no puso todos los medios a su alcance para intentar salvar sus vidas.

¿Por qué en este caso sí y en el otro no? ¿Por qué razón se movilizó incluso a los GEO? ¿Tiene que ver con el hecho de que dos de estos tres espeleólogos que tuvieron el accidente en Marruecos eran policías?

Lo vuelvo a repetir: el Estado está para salvar vidas. Jamás criticaré a un Gobierno que ponga todos los medios a su alcance para rescatar a un compatriota en peligro, sea un periodista secuestrado por el ISIS, un pescador en el océano Índico, un misionero con ébola o un espeleólogo atrapado en el fondo de una gruta. Pero estaría bien que el Gobierno explicase por qué la vida de algunos españoles es de segunda categoría.“

Ignacio Escolar

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