Denuncian “graves impactos” en un afluente del Saja de talarse un pinar
El representante de grupos ecologistas y conservacionistas de Cantabria en el Patronato del Parque Natural Saja-Besaya y Ecologistas en Acción han denunciado “graves impactos” en un afluente de un río que a su vez desemboca en el Saja de llevarse a cabo el proyecto de tala “a matarrasa” del pinar de Alceo.
Las quejas, presentadas ante la Confederación Hidrográfica del Cantábrico, las consejerías competentes del Gobierno de Cantabria, la Dirección del Parque, el Ayuntamiento de Los Tojos y la Junta Vecinal de Bárcena Mayor, avisan de esos “graves impactos” en la cuenca del río Queriendo, afluente del Argoza, que a su vez lo es del Saja, en su tramo alto, dentro de los límites de la Junta Vecinal de Bárcena Mayor del Ayuntamiento de Los Tojos.
Dichos impactos se producirían si se lleva a cabo el proyecto de tala “a matarrasa” del pinar de Alceo, tras el anuncio de licitación y la adjudicación, mediante subasta, con el aprovechamiento forestal de maderas en el monte de utilidad pública número 11, Colladas y Collugas, en la margen izquierda del río Queriendo en el tramo comprendido entre Avellaneo y Puente Bujén.
En este punto, la “accidentada” orografía, las “pronunciadas” pendientes, los movimientos de tierras, el uso de maquinaria pesada y las pistas de acceso para proceder a la saca, y el propio perfil del río pueden acabar convirtiéndose en “factores de riesgo” para desencadenar “alteraciones” hidrológicas, procesos de erosión, argayos y deslizamientos de ladera sobre el ecosistema fluvial y su entorno.
Esto podría provocar “afecciones irreversibles” a la flora y la fauna silvestres que “aún resiste” en este lugar, “degradar” los variados y singulares paisajes y micropaisajes de la cuenca y afectar al camino histórico de origen bajo medieval, entre Bárcena Mayor, la Venta del Mobejo y la Venta de Tajahierro en el puerto de Palombera y la ruta a Campo y Castilla.
Las alteraciones hidrológico-forestales y las agresiones ambientales “se multiplicarían”, según los ecologistas, con las “interacciones y sinergias” que se producirían con la tala de cientos de hayas prevista en el bosque caducifolio colindante de la ladera norte del monte Colladas-Collugas, en la margen derecha del río Queriendo y frente al pinar de Alceo.