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ENTREVISTA José Ramón Saiz-Viadero, escritor

“Perdimos en los años 80 una ocasión de oro para enfrentarnos con una realidad lacerante que aún tenía vivos a muchos de sus protagonistas”

José Ramón Saiz-Viadero, en la biblioteca que lleva su nombre en Toranzo.

Javier Fernández Rubio

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José Ramón Saiz-Viadero (Santander, 1941) es uno de los grandes referentes de la izquierda cultural en Cantabria. Retirado en el municipio de Santiurde de Toranzo, a sus 80 años, que acaba de cumplir, sigue sin ser una persona ociosa. Escritor de amplísima bibliografía, conferenciante, dinamizador cultural y exconcejal de Santander por el PCE en los primeros años de la Transición, Saiz-Viadero es una persona activa. Y no hay asunto o campo de actividad que le sea ajeno. Ha escrito y escribe sobre arte, en especial sobre literatura, pintura y cine, sobre historia y sobre costumbrismo, está pendiente de la biblioteca pública que lleva su nombre en el municipio en que reside y además alimenta un Archivo Documental para investigadores con su obra, escrita y gráfica, y los documentos en su poder. También mantiene activa su visión política. Pese a que aún está pendiente la “cicatrización” de la herida del franquismo, sigue creyendo en el igualitarismo es “una meta a alcanzar sin grandes violencias, aunque con enormes dificultades”.

Usted acaba de cumplir 80 años. Desde esa atalaya de la edad, ¿qué vista se alcanza de esos años transcurridos?

Si miro hacia atrás, una sensación de vértigo; si miro hacia adelante, un sentimiento de frustración; si me miro hacia adentro, que me quede como estoy. 

El año en que usted nació había una guerra mundial y el Oscar a la mejor película se lo llevó ¡Qué bello es vivir! en vez de Ciudadano Kane. Las luchas ideológicas y el cine han sido dos referentes en su vida.

Fueron, y son, las contradicciones del mundo del espectáculo, algo de lo cual Hollywood no ha podido sustraerse, aunque a veces lo intenta con más o menos empeño.

Aunque no haya ninguna guerra ahora en nuestro país, sigue apegado a sus ideas y sus querencias, me imagino.

En lo sustancial, creo que soy la misma persona; en lo accesorio, me he ido adaptando a mi alrededor, como casi todo el mundo. Y así he logrado sobrevivir, para mi asombro.  

Dice el dicho que todo hombre o mujer nace pirómano y muere bombero. ¿Cuánto de pirómano le queda?

Bastante más escéptico es el que nos habla de que quien no ha sido revolucionario de joven, no tiene corazón; y si de mayor lo sigue siendo es que no tiene cabeza. Creo que fue acuñado por Winston Churchill: yo prefiero seguir la máxima del doctor Madrazo, lúcido hasta su final en edad longeva. Así le fue.

En los albores de la Transición, fue usted concejal por el Partido Comunista. ¿Sigue activa su militancia? ¿Cree todavía posible un cambio social drástico?

Orgánicamente la abandoné en el año 1982, pero sigo siendo una persona de formación comunista que siente el igualitarismo como una meta a alcanzar sin grandes violencias, aunque con enormes dificultades.

Tras su etapa como concejal, se mantuvo en el Ayuntamiento como asesor cultural, siempre con equipos de gobierno conservadores, hasta que el exalcalde Íñigo de la Serna prescindió de sus servicios. ¿Cómo se es de izquierdas y se trabaja para una institución gobernada durante décadas por la derecha?

Pese a que el cargo era un nombramiento de confianza de la Alcaldía, siempre procuré ser asesor municipal más allá del partido que gobernara la ciudad. 

De los alcaldes con los que trabajó, desde Juan Hormaechea, a Manuel Huerta, Gonzalo Piñeiro o Íñigo de la Serna, ¿con cuál se quedaría?

He mantenido una buena relación con los cuatro, además de con la actual alcaldesa, Gema Igual. Ideológicamente nos encontramos, si no en las antípodas, por lo menos bastante alejados, pero he de decir que conmigo se han portado bastante bien y nunca tuve imposiciones personales durante los casi treinta años que me mantuve en el cargo, disfrutando de la presencia de excelentes colaboradores y colaboradoras. El de Hormaechea fue un periodo muy rico en actividad, porque estaba todo por hacer. 

¿Y de los que estuvieron enfrente? ¿De los eternos opositores a la Alcaldía, de quienes aspiraban a conquistar los cielos?

No tengo buen criterio sobre la actuación de los mismos, casi siempre muy mediatizados por las ejecutivas que los nombraban y que les cambiaban en cada legislatura. De todas formas, tampoco creo que en algún momento quisieran asaltar los cielos; bastante tenían con cuidar que no se les cayeran encima.

¿Por qué en Santander no ha habido alternancia política ni se espera que la haya a corto plazo?

Hubo una oportunidad en el año 1979 que se perdió por la torpeza de la oposición [el PRC no apoyó al socialista Jesús Cabezón e hizo posible que Juan Hormaechea fuera alcalde], algunos de cuyos miembros todavía siguen en política. Desde entonces, la oposición ha apostado por el conservadurismo y, en ese campo, siempre tiene más posibilidades el gobierno. 

Desde 1979 la oposición en Santander ha apostado por el conservadurismo y, en ese campo, siempre tiene más posibilidades el gobierno

¿Qué piensa cuando oye que la palabra libertad es utilizada como un artículo de Vending? ¿Qué es para usted la libertad?

Decía Cervantes, por boca de don Quijote, que la libertad es el don más preciado. Y yo lo asumo, aunque ahora esté de rebajas precisamente por aquellos que no se sintieron desposeídos de ella y hayan descubierto un término antiguamente maldito, y por ello perseguible, vendiéndolo como etiqueta de la futilidad. 

¿Sigue vinculado a Santander Film Bureau, que fue una criatura suya? ¿Y a la Fundación Bruno Alonso?

Santander Film Bureau fue un proyecto mío bien acogido por el alcalde De la Serna, muy aficionado al cine, pero que duró lo que yo duré con él en mi cargo. Ahora lo llevan desde la Consejería de Cultura, como debe ser, y yo no tengo ninguna relación. Sigo vinculado a la Fundación Bruno Alonso en calidad de patrono, como corresponde a quienes hemos sido sus presidentes. 

¿De aquella generación de cineastas, de los Viota y Garay, qué queda ahora? ¿Hay motivos para la esperanza o la desesperación en cuanto a la creación cinematográfica se refiere?

Viota y Garay, como algunos otros nombres, son producto específico de un tiempo suyo y de su entorno. Si volviéramos hacia atrás, quizás tuvieran un sitio en el panorama actual, porque siempre hay un sitio para los jóvenes. Pero, de todas formas, la cosa no pinta nada bien. 

¿Tal vez la situación actual derive del apoyo político y de una Filmoteca que nunca fue lo que debió de ser?

El cine en nuestra Comunidad nunca ha tenido el apoyo político que demanda su importancia, y cuando lo ha tenido ha sido un desastre tan grande que nadie se ha atrevido a asumirlo. En cuanto a la Filmoteca, transcurridos treinta años aún no ha logrado convertirse en lo que debe ser una Filmoteca, lo cual dice bastante de los políticos que ha estado al frente de la misma.  

Actualmente hay en trámite en el Parlamento una Ley de Memoria Histórica que tiene enfrente a los tres partidos de la foto de Colón: PP, Ciudadanos y Vox. ¿Tantos años después y este país no puede afrontar con normalidad su pasado?

Perdimos en los años 80 una ocasión de oro para enfrentarnos con una realidad lacerante que aún tenía vivos a muchos de sus protagonistas. La oposición frontal de los herederos del franquismo y la apatía de quienes debieron haber llevado a cabo esa tarea nada fácil, nos ha traído hasta donde nos encontramos: nada en dos platos.

La oposición frontal de los herederos del franquismo y la apatía de quienes debieron haber llevado a cabo esa tarea nada fácil, nos ha traído hasta donde nos encontramos: nada en dos platos

¿Y cómo lo afronta Cantabria? ¿Por qué hay tanta resistencia a 'reabrir heridas'? ¿Por qué no hay una catarsis?

Si se asume la falacia de que se trata de reabrir heridas en lugar de cauterizarlas, siempre será imposible llegar a esa catarsis a la que han llegado otras sociedades.

Recuerdo una descripción de Dos Passos sobre la salida de los obreros de un mitin en la plaza de toros en Santander y de la mirada de odio que se les lanzaba desde las terrazas del centro de Santander a su paso. Los hijos y nietos de unos y otros siguen en la misma ciudad, pero ¿sigue el odio?

La recuerdo bien, porque la leí en su libro de memorias titulado De brillante porvenir, y contada así, como lo haces, parece una secuencia extraída de Novecento, la película de Bertolucci. El odio es el arma que tradicionalmente ha servido para diferenciar las clases que, colocado en manos de los impulsivos o descerebrados, puede llegar a ser un arma de destrucción masiva. Ninguna sociedad puede permanecer ajena a esa amenaza, disfrazada de diferentes ropajes.  

¿Qué espera usted de las nuevas generaciones?

Mala pregunta para formularla en estos días de amenaza pandémica, así que permíteme que lo contemple, más que con la esperanza que siempre mantuve en ellas con el escepticismo de quien de vez en cuando desempolva la vieja frase que dice: “la juventud es una cosa maravillosa, lástima que se la den a los jóvenes para que la malgasten”. 

La juventud es una cosa maravillosa, lástima que se la den a los jóvenes para que la malgasten

Usted tiene una vastísima bibliografía en la que aborda la historia, con especial hincapié en la República, la Guerra Civil y el Exilio, la Prehistoria, la Cultura, la Mitología, numerosos escritores y artistas como Galdós, Hierro, Cancio, Alberti, Pardo Bazán, Dúo Vital, Quintanilla, Zapata. ¿A qué este afán totalizador?

Más que una intención totalizadora por lo enciclopédica, se trata de un propósito de cubrir ausencias y llenar vacíos. De ahí la variedad de temas que, con mayor o menor fortuna, he ido abordando tanto en mis libros como en mis artículos y en mis charlas. 

¿Quedan secretos en Santander para seguir reeditando su guía?

En las sociedades, sobre todo en las conservadoras, siempre hay secretos guardados relacionados con cadáveres escondidos en los armarios de los que suele salir del todo. 

Tengo entendido que hay un Archivo Documental y una Biblioteca pública que llevan su nombre. ¿Puede contarme cómo surgieron estas iniciativas y en qué consisten?

La Biblioteca pública que lleva mi nombre es un proyecto puesto en marcha por algunos vecinos y vecinas de la localidad en la que resido tratando de poner al alcance de las gentes el gran almacén de libros con que se cuenta. En cuanto al Archivo Documental, en él se recoge debidamente catalogada y digitalizada no solamente la totalidad de mi producción bibliográfica y hemerográfica, sino también una importante colección de documentos gráficos y literarios que pronto se irán poniendo al alcance de quienes se dediquen a la investigación.  

Si tuviera que elegir a uno de los personajes que ha biografiado, ¿con cuál se quedaría y por qué?

Es difícil para un biógrafo decidirse por uno de sus personajes. Pongamos que el autor es el compendio de todos los estudiados y que con cada uno se siente identificado por distintas razones. 

¿Quién es Mari Loly?

La Mari Loly era un personaje que apareció en mi vida literaria en los albores de mi etapa como escritor, sirviéndome a través de sus confesiones para destripar los entresijos de una sociedad muy viejuna como era entonces la nuestra. No se olvide que la primera edición de este libro llevaba como subtítulo Cuarenta años de prostitución en España

¿Y quién es Saiz-Viadero?

Yo respondo a ese nombre y de mis actos también respondo yo, pero bajo una misma apariencia han coexistido diversos personajes sirviéndose para ello de diferentes seudónimos apropiados para cada ocasión. Creo que son una docena, más o menos. 

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