Dentro de unos días, concretamente el 1 de enero, entrará en vigor el nuevo convenio suscrito entre el Servicio Cántabro de Salud y el Hospital Santa Clotilde que supondrá un salto cualitativo en la promiscua relación público-privada de la sanidad cántabra. Gracias a la periodista Olga Agüero sabemos que costará 256 millones durante los próximos 16 años... si todo va según lo previsto.
Llevo más de 30 años en esta bendita profesión y no conozco un solo caso de previsión administrativa que, más allá de las citas electorales, se haya cumplido. Da igual que sea una carretera o un edificio o un plan estratégico. En las administraciones regional y local las previsiones se incumplen gozosamente, lo que sale gratis. Así que estamos asistiendo en directo a un salto cualitativo histórico, a una ayusización de la sanidad cántabra que, espero equivocarme, hará añorar los viejos y caducos tiempos en que uno acudía al Hospital Valdecilla o a un centro de salud, era recibido y hasta le curaban sin tener que hipotecar la casa.
Por de pronto, el convenio con uno de los principales hospitales privados de Cantabria, Santa Clotilde, llega con cambios de previsiones antes de nacer. De los 216 millones de euros previstos inicialmente al final serán 256, lo cual no es un pequeño ajuste que digamos, máxime cuando ni siquiera se ha puesto en marcha. Por supuesto, queda abierta la puerta a ampliar servicios y cotes si la demanda así lo aconseja en el sentido de tener que derivar cada vez más pacientes desde el Hospital Valdecilla. Estoy por apostar que así será, algo de lo que se dará cuenta públicamente, como es habitual, una vez sea un hecho consumado.
16 millones anuales, el doble de lo que venía recibiendo el centro privado en la anterior legislatura PRC-PSOE (8,4 millones).
Hay para justificarlo dos argumentos, los cuales hay que coger con pinzas, a saber:
Si Mahoma (privatización) no va a la Montaña (Valdecilla), la Montaña irá a Mahoma. Si no se pueden privatizar los servicios públicos de un hospital, algo que tendría una oposición frontal de la ciudadanía, la manera sibilina de hacerlo es tan sencilla como trasladar dichos servicios a un hospital privado... durante 16 años, gobierne quien gobierne. Voilà! Aunque nominalmente sigan siendo públicos, en la práctica habrán caído en el pozo opaco de la gestión privada.
Empieza el desfile con mamografía y cribados de colon, que se sumarán a la hospitalización de larga estancia, procesos quirúrgicos, radiología, rehabilitación y lo que pueda venir.
Santa Clotilde como nuevo Valdecilla B. Dos hermanos siameses que como los siameses crecerán de forma asimétrica: uno se desarrollará a costa del otro, el cual acabará como un apéndice raquítico de aquel. ¿Cuál de los dos será el raquítico en 2042?
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Primera Página es la sección de opinión de eldiario.es Cantabria. En este espacio caben las opiniones y noticias de todos los ángulos y prismas de una sociedad compleja e interesante. Opinión, bien diferenciada de la información, para conocer las claves de un presente que está en continuo cambio.
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