“Espero que en Europa se den cuenta de la necesidad de proteger al turismo”

Eva Bartolomé (Polanco, 1961) tiene ante sí el difícil reto de reflotar uno de los sectores más golpeados por la crisis del coronavirus. El turismo, principal sostén de la economía española y cántabra, necesita reactivarse para volver a generar riqueza. Así pues, la directora general de Turismo de Cantabria asegura que, además de los clásicos atractivos de la comunidad, como Cabárceno, Fuente Dé o Altamira, han buscado “nuevos incentivos para que la gente se plantee sustituir este año sus vacaciones fuera por unas en la región”.
Y es que, tal y como reconoce esta experimentada dirigente en su tercera legislatura al frente de este cargo (2003-2007, 2015-2019 y 2019-actualidad), “el año había empezado maravillosamente” para el turismo, pero dadas las circunstancias el objetivo actual es “intentar salvar los trastos”. Para ello, reclama que en Europa “se den cuenta de la necesidad de proteger” este sector porque “a nosotros nos recupera”.
La crisis sanitaria está teniendo y tendrá consecuencias en todos los ámbitos sociales, también en el turismo, como es lógico, y Cantabria es una comunidad para la que el turismo es un sector de suma importancia. ¿Qué planes tiene para afrontar la conocida como 'nueva normalidad' cuando llegue y tratar de mitigar el impacto de la pandemia?
Bueno, desde el principio, aparte de hacer las cosas urgentes, como era conocer cuánta gente estaba todavía alojada en los establecimientos antes de que los cerraran, hacer el listado de los establecimientos que podrían ser sanitarios para medicalizarlos o el listado de los alojamientos esenciales para la gente que todavía tenía movilidad o incluso gente que vive en bungalows, en posadas o en pensiones. Eso fue la locura del principio.
Inmediatamente después nos pusimos a trabajar para adaptar lo que nosotros teníamos previsto en nuestro plan de marketing a las circunstancias porque el escenario cambia completamente. Aquí predomina la incertidumbre y de las pocas cosas claras que teníamos era que la incorporación a una vida normal y, sobre todo, a una movilidad, que es lo que nos interesa a nosotros, iba a ser progresiva, que iba a llevar tiempo y que nos tendríamos que fijar distintas etapas. La primera sería incentivar la movilidad dentro de Cantabria para un consumo doméstico de los servicios turísticos, tanto de alojamientos como fundamentalmente de hostelería.
Concretamente, en lo referente al turismo dentro de la propia comunidad, ¿qué estrategia se puede llevar a cabo para favorecer que se dé ese movimiento de los propios ciudadanos de Cantabria en el territorio?
La oferta que teníamos que presentar estaba claro que debía de ser diferente. No tiene ningún sentido que vayamos al mercado nacional sin ofrecer los clásicos, las referencias, como pueden ser Cabárceno, Fuente Dé, Altamira, El Soplao... Lo característico. Pero es que eso en el mercado doméstico es también atractivo, pero para conseguir que hubiera un flujo de gente de Cantabria dentro de Cantabria necesitábamos buscar más atractivos y más incentivos. El objetivo es que la gente, por razones económicas, de seguridad sanitaria o de miedo, en lugar de salir de vacaciones a otro sitio, incluso cuando se pueda, se plantee sustituirlo por unas vacaciones en Cantabria, los fines de semanas o incluso excursiones de día. Así que hemos hecho un censo de experiencias en el que ya estábamos trabajando porque es un tipo de actividad que cada vez usa más la gente. Cada vez le gustan más a los turistas. Son, por ejemplo, visitas guiadas a un viñedo o a una destilería, a un obrador, a una granja… Una serie de actividades que cada vez son más demandadas por el público porque son experiencias muy peculiares, muy de la tierra y que te hacen conocer el territorio muy bien. Y eso, aunque lo estábamos haciendo, vimos que era absolutamente imprescindible en el caso del mercado doméstico. También hemos hecho un censo de instalaciones culturales de los ayuntamientos, que también tienen mucho atractivo y que no son lo clásico que se vende en las campañas publicitarias.
Estamos preparando un vídeo que intente animar a la gente a que conozca un poquito más a la Cantabria que tenemos tan cerca y que a veces resulta todavía por descubrir. En el momento que ya haya movilidad nacional pasaremos a la siguiente fase, que es la del mercado nacional. Ahí tendremos que destacar aquello que ahora realmente tiene un valor añadido, que es lo que siempre hemos tenido, como la práctica de actividades en la naturaleza. Tenemos un turismo rural que, aparte del entorno, que es una belleza, tiene unas garantías sanitarias que no tienen otros destinos que están más masificados y que están en entornos no tan cuidados como los nuestros. Vamos a hacer hincapié en ello y, por supuesto, en la gastronomía, que siempre es un fijo. Nosotros podemos presentar una oferta riquísima porque tenemos una materia prima extraordinaria y, además, buenos profesionales. Y el resultado es, no solamente las nueve estrellas Michelín que tenemos, sino también que en cualquier sitio hay restaurantes con una relación calidad-precio estupenda. Y todo eso tiene que tener un común denominador, que es la garantía sanitaria.
¿Cómo se consigue?
Para eso hemos contado con las guías de procedimientos higiénico-sanitarios que nos ha facilitado el Instituto para la Calidad Turística Española (ICTE). Uno de los asuntos que hablamos desde el principio con la Secretaría de Estado era la necesidad de que los empresarios tuvieran unos procedimientos claros de cómo tenían que hacer la limpieza porque se tiene que hacer mucho más en profundidad de lo que se hacía. Y para que no hubiera una profusión de marcas, de estudios, de guías y de procedimientos se acordó en una sectorial que se hicieran unos únicos procedimientos para toda España que se iban a facilitar a través de las direcciones generales de Turismo a los empresarios y que se encargaron al ICTE.
Además de facilitar estas guías, para ayudar un poquito más, vamos a poner a disposición de los empresarios que así lo quieran unos cursos online que les ayuden a implantar todos los procedimientos, que se los expliquen y que les resuelvan todas las dudas que puedan tener.
Todo ello ahora, con el suficiente margen para que les dé tiempo a adaptar sus establecimientos de cara al verano.
Efectivamente, ahora prácticamente la totalidad de los alojamientos están todavía cerrados. Solamente siguen abiertos los que ya estaban abiertos como alojamientos esenciales, porque mientras no haya una movilidad entre las comunidades, o por lo menos entre las provincias en la misma fase, lo tenemos difícil. Ahora es prácticamente imposible que un hotel tenga clientes porque en Cantabria somos una región pequeña. Los fines de semana puede haber gente que vaya a Liébana o a la zona del Asón, pero no es lo habitual y desde luego no compensa al empresario abrir el establecimiento.
Y yo calculo que hasta que no haya esa movilidad, que la tendremos cuando las comunidades estemos más o menos todas en la misma fase epidemiológica, no va a haber apertura. Así que daremos 10 días naturales a los empresarios para que se inscriban en el formulario y con los que lo hagan iniciaremos estos cursos online, para que cuando ya haya movilidad, que calculamos que será para finales de junio, ya hayan tenido tiempo de mirar los procedimientos y de saber qué dudas tienen que consultar.
Además de esto, ¿qué otras preocupaciones les han trasladado los empresarios y los diferentes agentes del sector?
Nos han trasladado muchísimas preocupaciones y es normal que las tengan. Hay muchas de ellas que se han ido resolviendo desde el primer momento, como la necesidad de que todos los empresarios turísticos pudieran acudir a las ayudas públicas, porque al principio parecía que había dudas con los guías de turismo o con las agencias de viaje, porque no venían expresamente señaladas como actividades prohibidas, y eso les ponían un poco como en tierra de nadie. Eso se resolvió.
Al margen de eso, van a tener la línea de ayudas que nosotros hemos estamos preparando para que cuando termine el estado de alarma podamos ir complementando un poco lo que ahora se está haciendo desde Sodercan. Cuando empiece la actividad será una ayuda hasta donde nosotros podemos llegar que les servirá para tener algo con lo que arrancar.
Otra de las cuestiones que siempre nos han trasladado ha sido la de que los ERTE fueran un poco más allá del estado de alarma, que también se ha conseguido. Nosotros hemos sido el hilo conductor y hemos trasladado todas las demandas del sector a la Secretaría de Estado, y la Secretaría de Estado a quien correspondiera, en unos casos a Sanidad, en otros a Hacienda o a Trabajo. Los ERTE estarán hasta el 30 de junio, igual no insuficiente, pero es que en esta situación todo es insuficiente. Nosotros seguiremos reivindicando y seremos la voz de los empresarios con nuestros interlocutores.
Yo espero que la información que nos llega de Europa realmente se convierta en una realidad. Parece que los miembros de la Unión Europea son conscientes de la importancia del turismo, que parece que nunca se le ha concedido y realmente la tiene. Yo entiendo que es estacional, pero la recogida de la aceituna también lo es, o la venta de juguetes, que solamente se venden en Navidad, pero nadie discute la importancia de esos sectores. Sin embargo, parece que para nosotros la estacionalidad es un lastre que tenemos que estar ahí luchando y pidiendo perdón por ello. Creo que ahora se están dando cuenta. En Europa es el 10%, pero además de ese 10% en Europa o del 12% en España y en Cantabria, es que tiene un efecto en otros sectores, y es imputable al turismo, pero en realidad no computa a efectos de PIB turístico. A nadie se le escapa que los turistas que vienen consumen transporte, comercio y materia prima de alimentación.
Así que el turismo es 12 por ciento directo y además cuatro o cinco puntitos más que nos corresponden de otros sectores. Y yo espero que ahora sí se den cuenta de la necesidad de que se proteja este sector, porque a nosotros nos recupera. España, después de la primera crisis del año 2008, la recuperación vino en primer lugar por el turismo. Esa es una ventaja. ¿Que es un sector vulnerable? Sin duda alguna, en el momento en el que hay algún cambio, enseguida se nota y trasciende, pero al mismo tiempo también se recupera con rapidez, es decir, en el momento en el que se recupera la demanda ya está activo, reacciona y genera riqueza. Entonces creo que ya empieza a considerarse y a ver de esa manera, por lo que espero que se note a la hora de llegar recursos desde España y Europa.
En Cantabria hay algunos municipios que son especialmente turísticos y reciben un gran número de veraneantes habitualmente. ¿Cree que se podrá encontrar un equilibrio entre seguir manteniendo cierta afluencia turística, aunque no sea como otros veranos, que siga sosteniendo el sector y además cumplir con las normas y ese nuevo modo de vida tras la pandemia?
Es que solamente puede ser así. Lo que tenemos que intentar es salvar los trastos. Ese tiene que ser nuestro objetivo. Ya sabemos que había empezado el año maravillosamente, con crecimientos del veintitantos por ciento en enero, del cuarenta y tantos por ciento en febrero y estábamos todos felices y contentos porque las previsiones eran magníficas. Después llegó esto y se vino todo abajo. Pero yo creo que hay que ser conscientes de que lo que consigamos lo tenemos que conseguir con esfuerzo por muchas razones. Primero, porque los empresarios tienen que hacer un sobreesfuerzo para garantizar que los trabajadores y los turistas tienen seguridad sanitaria. Y segundo, porque nosotros tenemos que hacer un esfuerzo de promoción y de ser capaces de mandar el mensaje adecuado al mercado adecuado en el momento adecuado, y sabiendo que tenemos que competir con toda España porque no estamos en circunstancias normales. Nosotros no teníamos que competir con Baleares o con Canarias porque ellos están destinados y dedicados prácticamente en su totalidad al mercado europeo. Pero ahora ya no, ahora van a buscar a los turistas que antes no buscaban. Y tenemos que competir con ellos, con Andalucía, con Canarias...
Pero por otro lado, tenemos muchas ventajas. Y es que la gente que viene aquí sabe que viene a un destino tranquilo, limpio, seguro y con un turismo rural incomparable. Y otra ventaja que tenemos es que somos conscientes de ello, por lo que la España Verde, que es una marca ya muy consolidada que siempre ha trabajado durante los 30 años de su existencia destinada a la promoción internacional, este año la hemos derivado a la promoción nacional. Así que igual podemos llegar a otros nichos de mercado que solos igual no llegábamos, porque hay gente que lo que le interesa es hacer un combinado de País Vasco y Cantabria o un combinado de Cantabria y Asturias. Vamos a trabajar para hacer intercambio de clientes.
El hecho de que también incentivemos con entradas gratuitas por consumo también puede ser una herramienta que nos sirva para conseguir un cierto éxito. Desde luego que no vamos a dejarnos en el bolsillo nada que no esté en nuestra mano hacer para intentarlo. ¿Que lo consigamos o no lo consigamos? Pues igual hay muchas cosas que se escapan a nuestras posibilidades o que no dependen solo de nosotros. Pero desde luego que lo vamos a intentar. Estamos dejándonos la piel, trabajando muchísimo para conseguirlo.
¿Cree que en estos municipios que comentaba antes puede despertarse un cierto grado de 'turismofobia' entre los vecinos residentes allí por miedo a que se produzcan aglomeraciones a lo largo del verano?
De eso no estamos libres. Aquí, la 'turismofobia' que había empezado a brotar en otros sitios, como en Barcelona, en los cruceros, o en Baleares por los problemas de masificación, no la hemos visto. Si en algún momento ocurre algo de eso aquí no será por la masificación, sino por un sentimiento muy natural y muy comprensible que tenemos todos los humanos de protegernos. Pero si tú te proteges de forma personal y todo el mundo cumple con los requisitos, da lo mismo que el que tengas enfrente, si tiene su mascarilla y tú tienes la tuya, sea de San Roque de Riomiera o de Madrid. Si seguimos escrupulosamente todas las medidas de seguridad nos va a dar lo mismo qué ponga en su carné de identidad. Así que tenemos que intentar racionalizar un poco y ser conscientes de que esta situación en la que nos hemos visto todos envueltos no tiene precedentes, y que tendremos que buscar las armas para convivir con ella en las mejores circunstancias, sin correr riesgos y, sobre todo, siendo responsables en todos los ámbitos desde la mañana a la noche. En nuestro trabajo, en nuestras compras y también en las vacaciones, que se van a convertir en una actividad más que desarrollemos en nuestro día a día. Tenemos que hacerla con las mismas garantías que cuando vamos al supermercado o a comprar unos zapatos. Tenemos que mentalizarnos de que las cosas ahora son así, por lo que vamos a hacerlo con responsabilidad.
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