Santander estudiará soluciones a largo plazo para que las inundaciones no sean recurrentes en Nueva Montaña, Peñacastillo y Raos

Las recientes inundaciones en barrios de Santander, como el de Santiago el Mayor, van a convertirse en una estampa recurrente en la capital cántabra por el efecto cada vez más visible del cambio climático. Que llueva en Santander nunca ha sido noticia, pero cada vez las lluvias tienen un carácter más torrencial con grandes aportes de agua en un breve lapso de tiempo como ha ocurrido durante el pasado puente de la Inmaculada, y sobre todo el martes pasado, lo que ha llevado a la inundación de áreas de Nueva Montaña.

El 8 de diciembre, la estación meteorológica del aeropuerto de Santander registró más de 60 litros por metro cuadrado de precipitaciones lo que produjo efectos devastadores cuando coincidió con la pleamar.

Esta situación que desespera a los habitantes de estos barrios no coge de nuevas a los expertos. Es el cambio climático.

En 2019, la revista 'Nature Communications' publicó un estudio de ámbito mundial en el que, por medio de una herramienta de observación, evaluaba cómo quedarán las costas del mundo dentro de 30 años a consecuencia de la elevación del nivel del mar al fundirse los grandes masas de hielo polares. En aquel informe, Santander no salía bien parada y la ciudad y el área costera de su bahía se encuadraban en una zona de alto riesgo de inundación: el Paseo de Pereda, Castilla-Hermida, Nueva Montaña, el área de Peñacastillo, todo el puerto comercial de Raos, el aeropuerto y amplias zonas de Maliaño y El Astillero.

La urbanización de las zonas de marismas del entorno de la ría de Raos, en donde se han construido barrios y centros comerciales e instalado empresas en las últimas décadas, no ha hecho más que agravar el problema al convertirlas en zonas sensibles y con un impacto radical en cuanto se producen grandes descargas de agua y este hecho confluye con la marea alta. El régimen de esclusas de la ría de Raos, precisamente, se ha revelado estos días como insuficiente cuando han hecho acto de aparición la pleamar y precipitaciones por encima de los 60 litros por metro cuadrado.

Sin embargo, no hay previsiones públicas de actuación a largo plazo por lo que los vecinos de estas áreas y los servicios de prevención tendrán que acostumbrarse al achique periódico de agua en unos barrios que se convertirán periódicamente en pequeñas 'venecias'.

Respuesta municipal

Desde el Ayuntamiento de Santander se entiende cuál es el alcance real del problema, pero se reconoce tácitamente que ahora mismo no hay una respuesta a largo plazo.

El portavoz del equipo de Gobierno del Ayuntamiento de Santander, Javier Ceruti, ha opinado este jueves que “no podemos resignarnos a que haya inundaciones en zonas” de la ciudad ante episodios no excepcionales de lluvias y ha confiado que las que se han producido el miércoles en viviendas y garajes de Nueva Montaña sirvan para “animar a estudiar” de qué manera pueden evitarse.

Ceruti se ha pronunciado así a preguntas de la prensa sobre las inundaciones que se produjeron en la noche del martes y madrugada del miércoles en el barrio Santiago el Mayor, que afectaron a varias viviendas de baja altura y a garajes de las nuevas edificaciones. El concejal ha señalado que “el problema que pueden haber ocasionado las compuertas”, que algunos vecinos apuntan como causa de las inundaciones, no es de gestión municipal.

El edil ha indicado que se ha dado una “circunstancia excepcional” de marea alta, una gran granizada y la acumulación de agua de varios días de lluvia permanente. Pero ha confiado en que “los hechos de ayer animarán a estudiar de qué manera se pueden evitar estas inundaciones”.

“Es decir, no podemos resignarnos a que haya inundaciones en zonas de Santander cuando, no voy a decir que caen cuatro gotas, pero tampoco es un episodio excepcional, histórico meteorológico de Santander”, ha subrayado.