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El escenario de la catástrofe climática: La Magdalena convertida en una isla y barrios de Santander anegados

Península de La Magdalena, en Santander.

Javier Fernández Rubio

Santander lleva meses debatiendo sobre los diques de La Magdalena. En 2050 dará igual lo que se haga, se retiren o no: la Península de La Magdalena será una isla, anegado el istmo que une esta zona tan emblemática con el resto del municipio, y El Sardinero y las playas del interior de la bahía se convertirán en postales del pasado.

También pueden acabar siendo una postal del pasado, si no se toman medidas correctoras, el Puerto de Santander, el Aeropuerto de Parayas, barrios construidos sobre rellenos en la ciudad o zona de marisma (Castilla-Hermida y Nueva Montaña), así como la Virgen del Mar y una franja de Costa Quebrada.

Es el cambio climático. La revista 'Nature Communications' acaba de publicar un estudio de ámbito mundial en el que, por medio de una herramienta de observación, ha evaluado cómo quedarán las costas del mundo dentro de 30 años a consecuencia de la elevación del nivel del mar al fundirse los grandes masas de hielo polares.

En el caso de España, Santander es una de las áreas más afectadas, aunque en el resto de la comunidad también hay importantes zonas de riesgo, principalmente en torno a estuarios y marismas: Laredo, Santoña, Colindres, San Vicente de la Barquera, Comillas, Suances, Miengo, Piélagos y un largo etcétera en distinto grado.

El panorama que dibujan los analistas de Climate Central es más pesimista de lo que se pensaba hasta ahora, entre otras cosas porque se han depurado los análisis y se han eliminado de la observación mediante satélite los elementos que distorsionaban los resultados como edificaciones y zonas arboladas.

El estudio se basa en las cotas costeras y en la previsión de subida del nivel del mar que será de medio metro en lo que queda de siglo, aunque se palíe la emisión de gases de efecto invernadero. El resultado es que amplias franjas costeras en Cantabria tienen distintos grados de vulnerabilidad, con una expectativa de 'solo' una inundación anual como mal menor.

Bahía de Santander

El municipio de Santander es el más expuesto de Cantabria. Ubicado en una península, hace que el cambio climático afecte a toda la franja costera, pero sobre todo a las playas y a los rellenos efectuados en el pasado. Por su extensión en la ciudad habitada han sido calificados como zona de riesgo el Paseo de Pereda, Castilla-Hermida, Nueva Montaña, el área de Peñacastillo, todo el puerto comercial de Raos, el aeropuerto y amplias zonas de Maliaño y El Astillero. Enfrente, el cambio climático anegará el estuario del Miera, Somo, Pedreña, Elechas y Pontejos.

San Vicente de la Barquera

Oyambre y San Vicente de la Barquera se verán gravemente afectados. Con una amplia franja de costa y zona de marisma el municipio está en zona de riesgo, como lo está también todo el litoral hasta Comillas.

Noja, Santoña, Laredo y Oriñón

El istmo que une Santoña con Argoños, en donde está enclavado también El Dueso y el Faro del Caballo, desaparecerá. Las zonas de riesgo por inundación afectan al Parque Natural de las Marismas de Santoña, Victoria y Joyel, el entorno de Montehano, Cicero, Colindres y Laredo. Especial mención merece la desaparición de El Puntal de Laredo. No muy lejos de allí, Oriñón y toda la desembocadura del río Agüera están en zona roja.

Suances y ría de Mogro

Piélagos es uno de los municipios más afectados. En especial todo el área de la ría de Mogro, incluido el Parque Natural de las Dunas de Liencres. El ámbito en peligro alcanza hasta la Urbanización La Mina. Miengo es también una zona expuesta.

En las proximidades, otra zona en riesgo es Suances, en las proximidades de la desembocadura de la ría, y afectando amplias franjas de Cudón y Cuchía.

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