Con nombre de mujer
Con motivo de la conmemoración anual del 8 de marzo, Día de la Mujer, la Concejalía de Igualdad del Ayuntamiento de Torrelavega ha querido llamar la atención sobre la falta de referentes femeninos en el callejero municipal de la ciudad y promover la participación ciudadana en una iniciativa que promueva una mayor equidad ante un hecho ante el que, hasta ahora, hay que reconocer que no habíamos avanzado lo suficiente.
Porque el hecho es que solo once de las más de 300 calles del municipio tienen nombre de mujer. Además, de las 38 instalaciones deportivas y centros cívicos que hay en Torrelavega, tan solo dos llevan el nombre de una mujer; y de los 18 equipamientos culturales y 28 centros educativos, únicamente tres cuentan con nombres femeninos.
La invisibilidad de las mujeres en la historia es un fenómeno persistente que exige una reflexión profunda. A lo largo de los siglos, las contribuciones femeninas han sido subestimadas o ignoradas, creando un desequilibrio en la narrativa histórica. Reconocer y visibilizar las historias de mujeres es esencial para obtener una comprensión completa del pasado y romper con estereotipos arraigados y destacando sus logros podemos construir una historia más equitativa y justa, reflejando la verdadera diversidad social.
La invisibilidad de las mujeres en la historia es un fenómeno persistente que exige una reflexión profunda. A lo largo de los siglos, las contribuciones femeninas han sido subestimadas o ignoradas, creando un desequilibrio en la narrativa histórica
Como una manifestación más de este problema, la ausencia de referentes femeninos en los nombres de las calles no sólo de Torrelavega, sino de la mayoría de nuestras ciudades, refleja una brecha histórica que perpetúa la invisibilidad de las mujeres en el espacio público. Y es que la carencia de nombres femeninos en los espacios públicos urbanos revela una desigualdad arraigada que debe abordarse desde las administraciones públicas de manera urgente.
La omisión de mujeres en los nombres de calles, plazas y monumentos contribuye a la invisibilización de sus contribuciones históricas y culturales. De ahí que reconocer la diversidad de figuras femeninas en nuestros entornos urbanos es esencial para construir ciudades inclusivas y empoderar a las mujeres, brindando a las nuevas generaciones un mosaico completo de referentes que reflejen la verdadera riqueza de nuestra sociedad.
Reconocer los logros de las mujeres que han podido dejar huella en nuestra historia y contribuir al progreso social no solo será un acto de justicia, sino también una manera de inspirar con modelos femeninos destacados a las generaciones futuras.
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