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El nuevo Hospital Valdecilla: sobrecostes, deficiencias y privatización encubierta

Exterior de las Tres Torres del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla.

Laro García

La denuncia pública de 69 trabajadores del Hospital Universitario Marqués de Valdecilla de Santander sobre las “graves carencias” de las recién estrenadas instalaciones de este centro sanitario público ha abierto la espita por la que se escapa la frustración de los cántabros después de casi dos décadas de obras y ha levantado una ola de protestas que parece no tener fin. Y es que Cantabria deberá pagar casi 900 millones de euros en los próximos 20 años por un hospital que el personal sanitario califica de “muy deficiente”.

La sombra de la privatización encubierta, los sobrecostes a los que se enfrentan los nuevos responsables políticos del bipartito PRC-PSOE, la petición de una comisión de investigación por parte de los sindicatos sobre la gestión llevada a cabo por el anterior Gobierno del PP durante la pasada legislatura o el traslado de algunos de los servicios fuera del hospital por falta de espacio son algunos de los detonantes que han provocado que la propia Consejería de Sanidad reconozca que ahora los cántabros “son inquilinos” en una instalación cuyo servicio gestiona una filial de la empresa Ferrovial -en colaboración con Siec- y que requiere de nuevas inversiones meses después de su inauguración.

Los trabajadores, que alertan de las “pésimas condiciones de trabajo” y de la “deficiente atención a los pacientes” en el nuevo centro sanitario, no pueden ser más rotundos en su valoración: 'Valdecilla: el gran fraude', titularon una tribuna publicada en eldiario.es. “El nuevo Valdecilla como instalación hotelera puede alcanzar una buena nota, sin embargo, creemos que Valdecilla debe seguir siendo un hospital y, como tal, está más cerca del muy deficiente que del aprobado”, concluyen en su escrito.

Insisten en que durante una década se ha pedido a los trabajadores “muchos sacrificios” y a los pacientes “buenas dosis de generosidad”. “Hemos estado trabajando en condiciones que rayaban la ilegalidad, sin los mínimos requisitos para atender con dignidad, pero siempre pensábamos que era tiempo de sacrificios hasta que acabasen las obras. Los trabajadores hemos visto muchas cosas y hemos callado otras tantas porque todo era consecuencia del accidente y la situación cambiaría cuando el nuevo Valdecilla estuviese terminado”.

A su juicio, después de todas esas promesas de algo nuevo que iba a satisfacer con creces todo el esfuerzo realizado tanto por el personal como por los enfermos, la sociedad de Cantabria se encuentra con un hospital que “es un fraude”. “Nos encontramos con que no hay espacio para unas consultas. Nos encontramos con situaciones de precariedad casi idénticas a las vividas inmediatamente después de la caída del edificio de Trauma. Eso sí, de todo este desaguisado nadie se va a hacer cargo”.

Sin margen de actuación

Las críticas a la situación en la que se encuentran estas instalaciones han sido una constante en las últimas horas. Desde Comisiones Obreras, por ejemplo, denuncian “la existencia de goteras, techumbres por los pasillos que se caen al suelo, hacinamiento en las habitaciones, almacenes sin mobiliario o laboratorios sin espacio” y una larga lista de deficiencias en el centro sanitario.

Por ello, el sindicato reclama al actual Ejecutivo autonómico liderado por Miguel Ángel Revilla (PRC) y Eva Díaz Tezanos (PSOE) que impulse una comisión de investigación sobre el contrato de colaboración público-privada de Valdecilla en la que se analice la gestión del anterior gerente del hospital y el equipo directivo del Servicio Cántabro de Salud, a los que responsabiliza de las “deficiencias” de las nuevas instalaciones del centro sanitario.

CCOO considera que se están viviendo las “primeras consecuencias” de la privatización encubierta del hospital. “Infraestructuras que nacen sin los espacios y equipamientos necesarios, deficiencias constructivas, materiales endebles y deficientes”, señala el sindicato. “Ahora, para hacer cualquier modificación o cambio hay que pedir permiso a Ferrovial y si se necesita una reforma de espacios, dotación, etcétera, hay que pagárselo, o sea, lo pagaremos dos veces, una por construirlo y otra por corregirlo”, sentencian.

De momento, el Servicio Cántabro de Salud ha estimado en 1,15 millones de euros el coste de las modificaciones a realizar en el edificio de las Tres Torres de Valdecilla, inaugurado por Mariano Rajoy en precampaña electoral -con las obras aún sin finalizar- y cuyo traslado definitivo todavía no ha concluido.

Mientras, los actuales responsables del Gobierno de Cantabria siguen dando rodeos para no reconocer una evidencia que manejan desde mucho tiempo antes de llegar al poder el pasado mes de mayo: el contrato de colaboración público-privada para acabar el Hospital Universitario Marqués de Valdecilla que firmó el PP con las constructoras Ferrovial y Siec por cerca de 900 millones de euros durante los próximos 20 años está blindado legalmente.

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