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De la huerta de Campillo de Altobuey a los comedores de Disney, Ericsson o MasMovil

Huerta de PlenEat

C.I.P. / Las Noticias de Cuenca

Cada día miles de empleados de grandes empresas que buscan mejorar la salud, energía y bienestar de sus plantillas, como por ejemplo Disney, MasMovil, Ericcson, ICEX o Meta4 y coworkings como Spaces o Impact Hub se alimentan de forma saludable con productos conquenses cien por cien ecológicos. Se trata de una innovadora iniciativa que además de suponer un compromiso social y medioambiental pretende impulsar el desarrollo sostenible de La Manchuela conquense.

Así lo pone de manifiesto, Juan Vila, cofundador de PlenEat, un servicio para empresas de menús caseros y equilibrados, que se elaboran con la garantía certificada de utilizar solo productos libres de químicos de síntesis como fertilizantes, plaguicidas, insecticidas o antibióticos (en el caso de los animales) que ha disparado su expansión en el último año.

Lo que empezó casi como un hobby en Campillo de Altobuey, desde donde salen los productos que utiliza en su cocina, PlenEat lleva en su ADN los genes de una gran empresa. “Hace un año que empezamos a pisar el acelerador y el crecimiento es exponencial”, apostilla.

El también cofundador de Meta4 y Bodegas Aalto, destaca que la idea es crear en Campillo de Altobuey, municipio del que es natural, un ‘cluster’ ecológico integral con una red de empresas eco. Un modelo sostenible y “de futuro”, respetuoso con el medio ambiente que además revitalice el medio rural. Y esto es así, dice Vila, porque se favorece la simbiosis campo-ciudad. Es decir, “que el campo alimente a la ciudad y que la ciudad vaya al campo a recargarse las pilas”.

En el año y medio que lleva la empresa en funcionamiento los esfuerzos se han centrado más en la ciudad, generando demanda entre los consumidores. Ahora el momento es del campo.

“Hemos empezado primero asegurándonos de que hay una demanda fuerte que genere una mayor producción ecológica. La idea es que todo lo que demos de comer en Madrid se produzca en La Manchuela conquense, todo lo que se pueda, y lo que no sea posible pues que se pueda procesar aquí”.

De esta forma, señala que ya se está pensando en poner en marcha una granja de huevos, otra de pollos, una quesería, una harinera y también un obrador de pan “porque nos estamos metiendo en el mundo del vending y estamos llegando a acuerdos con grandes empresas para que metan productos ecológicos en las máquinas expendedoras”.

Planta de Alimentos de cuarta gama

Otro de los proyectos que se pretende implantar en Campillo es una planta de alimentos de cuarta gama, es decir hortalizas, verduras y frutas frescas, lavadas y troceadas para facilitar su consumo, que se envasan en condiciones que preservan todas sus propiedades naturales, sin necesidad de utilizar conservantes.

En definitiva, “estamos tratando de organizar un núcleo de producción que debería ser como un ‘cluster’ integral, en el que incluso hubiese formación, es decir un verdadero nucleo de desarrollo ecológico”.

En este sentido destaca que también se está viendo la posibilidad de mantener contactos con las universidades “para que la gente venga aquí a formarse”. Y es que insiste en que la producción y el consumo de alimentos ecológicos es el futuro, “que es ya presente porque es lo que hay que hacer. Yo desde luego lo tengo claro, los pueblos tienen que fijar población y desarrollarse, y eso pasa por un modelo agropecuario ecológico”.

En este punto Vila destaca que el pueblo “siempre ha dado de comer a la ciudad, pero luego han venido estos tiempos tan raros en los que el cordero viene de Nueva Zelanda y los pastores de mi pueblo están desesperados dejando ya las ovejas. Tenemos que darle la vuelta a todo esto y que se vuelva a la despensa que siempre ha sido porque a solo dos horas tenemos a cinco millones de habitantes de los que tres millones comen fuera de casa cada día, y alguien les tiene que dar de comer”.

PlenEat tiene una cocina central en Madrid desde donde cada día salen los menús que distribuye en grandes empresas con un método que está dando muy buenos resultados. “Hasta ahora o bien te ibas a los comedores gigantescos o a los puntos que te dan sandwiches, una pulguita y poco mas. Nosotros hemos implantado un mix, ponemos un corner pero damos menú con comida casera recién hecha y totalmente ecológica”.

El germen de este proyecto comenzó en el hotel rural que Vila tiene en Campillo de Altobuey, su pueblo natal, en el que el menú que se ofrece a los huéspedes procede de la granja y la huerta con certificación ecológica que se encuentra dentro de las propias instalaciones del establecimiento. “De esta experiencia surgió la idea de iniciar un proyecto más ambicioso al que decidimos llamarle Campo-Ciudad”, cuenta.

El siguiente paso fue la apertura de un restaurante en Madrid, aunque no duró. “Al año y medio de su apertura me di cuenta que no era ese el modelo. Yo lo que quería era dar de comer a mucha gente pero no poner un restaurante a ver si se pone de moda. Era otra cosa”. Así, y tras una conversación casual con una de las fundadoras de la red de hoteles con encanto ‘Rusticae’, Carlota Mateos, surgió la idea. Vila dejó el restaurante para embarcarse junto a las empresarias en otro modelo de negocio.

Hoy, desde la cocina central que Madrid, cocinan y distribuyen desayunos, medias mañanas y menús para miles de personas en grandes empresas, además de catering para eventos, y ahora también en máquinas expendedoras y en expositores que facilitan el acceso a comida ecológica en sandwiches y ensaladas a otros colectivos.

El consumo de alimentos ecológicos no deja de crecer. Según los últimos datos publicados por el MAPAMA, su consumo aumenta un 18 por ciento más que los que no son Eco. La superficie de producción ecológica se eleva ya a dos millones de hectáreas en España y la tendencia es seguir creciendo, lo que supone una oportunidad de negocio, pero sobre todo, dice Vila, supone una oportunidad de impulsar “un modelo de desarrollo sostenible de verdad”. Ahora mismo, dice, lo que más está creciendo en España es el mercado ecológico y hay que apostar ahí.

El desarrollo de las industrias de transformación de productos ecológicos también se han disparado de forma notable, con un crecimietno del 9%, según los datos del Ministerio. Los de mayor incremento se centra en los sectores de preparación y manipulación de frutas y hortalizas, vinos, bebidas y aceite.

Lo que está claro, dice Vila es que lo ecológico está en auge y “no como una moda sino como un hábito de consumo”, y eso a su juicio es algo que hay que fomentar no solo por los beneficios para la salud “que son inegables”, si no por ser respetuosos con el medio ambiente y porque ‘fomenta la proximidad del círculo ‘campo-ciudad’, con lo cual se favorece el desarrollo de los pueblos“.

Y es que, destaca, que para abastecer la demanda necesariamente hay que ir a un aumento en la superficie de explotaciones de cultivos ecológico, y eso “es buenísimo porque los productos son más sanos para la sociedad que los consume, son buenos para el pueblo que los produce y son buenos para el planeta, por eso están teniendo mucho éxito”.

Este salto hacia adelante está impulsando un desarrollo en el que a juicio de Vila la provincia de Cuenca no puede quedarse atrás. Además, destaca que precisamente por la demanda que se está generando ahora mismo “hay muchísimo dinero de fondos privados que están mirando el desarrollo ecológico. Es decir, hay una oportunidad tremenda para hacer algo económicamente potente”. Y en esa línea está trabajando PlenEat en Campillo de Altobuey.

“El proyecto ahora mismo está muy incipiente porque aún no tenemos un volumen para asegurarnos una demanda clara, pero también es verdad que estamos creciendo muy deprisa y que nos estamos anticipando a lo que puede venir”, concluye Juan Vila.

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