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“Los chicos y chicas trans solo quieren tener la libertad de ser quien son”

Las Noticias de Cuenca

Las Noticias de Cuenca / C.I.P

Miedo, angustia, confusión y dudas. Estos fueron algunos de los sentimientos que experimentó Paloma Alberca, madre de una niña transexual, cuando en agosto de 2016 su hija de 8 años le dijo: No soy chico, soy una chica y me llamo Marta. La niña tenía muy clara su identidad y empezó el tránsito de género de forma normalizada. Antes de comunicárselo a su madre ya advirtió a sus compañeros de colegio cuando acabó el curso de que a la vuelta sería niña.

Paloma Alberca (Las Pedroñeras 1981), que actualmente es la presidenta de Familias Transformando Castilla-La Mancha, destaca que en el caso de los niños transexuales el tránsito es más del entorno que los rodea que de ellos, puesto que los niños desarrollan su identidad con plena normalidad siempre que reciban el apoyo y acompañamiento que necesitan. Pueden o no seguir un tratamiento “cada caso lleva lo suyo”. Lo importante, dice, es que sean felices y su situación se normalice.

Las diferencias de personalidad respecto a la sexualidad asignada de nacimiento se perciben desde el primer momento. Por ejemplo, Paloma siempre encontraba sus tacones escondidos en la habitación de su hija, y cuenta que también cogía las camisas de su hermana mayor para usarlas como vestido; también sentía predilección por los juegos con muñecas. “En mi desconocimiento sobre la existencia de transexualidad infantil todo esto me llevaba a pensar que tenía un hijo que sería gay, nada más. Fue mi padre el que me dijo que mi hija no era un niño sino una niña”.

En su caso, reconoce que cuando fue consciente de que tenía una hija trans se asustó “por desconocimiento”, por no saber donde acudir, ni dónde buscar información “Entonces no había ni una asociación en Castilla-La Mancha ni una Unidad como ahora tenemos en Cuenca, ni nada”. Desde entonces hasta ahora las cosas han cambiado, se habla y se conoce más la transexualidad “pero sigue habiendo falta de información”. algo que la presidenta de ‘Familias Transformando Castilla-La Mancha’ considera “fundamental para identificar la identidad y expresión de género, que nada tiene que ver con la orientación sexual”, y sobre todo para avanzar en la defensa de los derechos de los chicos y chicas trans desde una perspectiva despatologizante y de igualdad.

Dar visibilidad a esta realidad, poner sobre la mesa las vivencias de chicos y chicas trans y de sus familias, y contribuir a mejorar la asistencia profesional desde el ámbito sanitario, educativo y social, es el objetivo de las jornadas sobre las identidades transexuales durante la infancia y la adolescencia que se celebran este viernes, 15 de febrero, en el Museo Paleontológico de Cuenca, organizadas por esta asociación, en colaboración con el Gobierno regional y el Instituto de la Mujer de Castilla-La Mancha, y que cuentan con la participación de reconocidos expertos.

En Castilla- La Mancha se están dando pasos muy importantes en la defensa de la igualdad y contra la Igtbifobia, como reconoce Paloma Alberca, quien destaca que fue precisamente en Cuenca donde se celebraron las primeras jornadas de este tipo. A partir de ahí, se han experimentado importantes avances para conseguir que las personas trans puedan desarrollar una vida acorde a su identidad de género. Empezando, dice, por el hecho de que haya más psicólogos y psiquiatras abiertos a entender a estas personas.

“Es un logro muy grande que surgió a raíz de las anteriores jornadas. Lo que no puede ser es que te digan que una niña no lo es porque su forma de sentarse no es femenina, como me llegaron a decir cuando Marta tenía 6 años y, derivada por la pediatra, acudí a una psiquiatra a Madrid –en Cuenca la Unidad Trans aún no estaba– Evitaba hablar del tema porque así no existía. Y no, hay que hablar, y mucho”.

Y, sin duda, uno de los avances importantes es el Protocolo de actuación dirigido a menores sobre identidad y expresión de género que en 2017 ponía en funcionamiento el Gobierno regional, con el objetivo de defender los derechos en los ámbitos, el social, educativo y sanitario. En este sentido, Paloma señala que un logro importante ha sido el que se haya facilitado el cambio de nombre en las tarjetas sanitarias de los chicos y chicas trans. “Un tema que nos complicaba mucho las cosas cuando a la hora de ir al medico a nuestros hijos los llamaban con otro nombre”.

“Con el D.N.I. se ha avanzado también. Desde que en octubre se publicó en el BOE ahora es más fácil el cambio de nombre, siempre que los dos progenitores estén de acuerdo. La verdad es que se han dado pasos hacia delante también se conseguido una mayor aceptación”. De hecho, cuenta que su hija es la primera niña trans de la región en haber hecho la Primera Comunión por la iglesia. “Hemos ido dando pasitos que son importantes. Los chicos y chicas trans solo buscan tener la libertad de ser quienes son”, y para ello, dice Paloma, es necesario que tengan un trato y una atención normalizada.

Información, formación y, sobre todo, concienciación y aceptación son las premisas que a su juicio están en el éxito de este propósito, empezando desde la propia escuela. En el caso de su hija, admite que el proceso que comenzó hace dos años está transcurriendo con total normalidad.

“Al principio en el colegio causó un poco de susto, normal, me asusté yo que la conocía. Fue un poco shock pero la verdad es que lo llevaron con mucha naturalidad y normalidad y nos han apoyado en el tránsito en todo momento”. Eso sí antes de que Marta decidiera iniciar el cambio “no encajaba, no le gustaba los juegos de niño y tampoco la aceptaban las niñas. Ahora es una más”.

La ruptura del tabú y la aceptación por parte de los progenitores también es algo que Paloma dice que se ha notado en la asociación que preside, donde cada vez son más los que demandan información. “Nuestro trabajo como padres es acompañar y facilitar al máximo el tránsito. Lo que aquí verdaderamente importa es que nuestros hijos sean felices. Marta lo es y yo como madre no puedo sentirme más orgullosa”.

De todos modos destaca que aún queda un largo camino por recorrer. El rechazo sigue siendo un obstáculo, y en este caso, Paloma dice que el padre de Marta, del que está divorciada, es uno de los casos en los que le cuesta aceptar la realidad de su hija. “Para él fue un jarro de agua fría. Es cierto que está asumiendo muy poco a poco y lentamente pero vamos consiguiendo algo. Por ejemplo, cuando Marta está con él la trata como una chica, pero sin embargo no da su consentimiento para que cambie el nombre del DNI”, apostilla Paloma que, por contra, destaca la normalidad con el que se vive el tránsito de Marta en el seno de en su familia.

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