La Junta niega que autorizase una cacería de aves en peligro de extinción: “No sabíamos que había siete ejemplares”
- La cacería se celebró finalmente a 1,5 kilómetros de la laguna artificial en la que se encuentran las aves, bajo la supervisión de los agentes medioambientales. “Todas las aves están bien y han sido censadas”
No se autorizó la caza en la laguna artificial de la finca 'El Palomar', propiedad del ganadero Samuel Flores del pasado 10 de noviembre y en la que residen actualmente aves en peligro de extinción, sino que dicha autorización se otorgó para hacerlo a 1,5 kilómetros, en un pequeño embalse de la misma finca.
Así ha reaccionado hoy la Delegación Provincial de Desarrollo Sostenible en Albacete ala denuncia de la Sociedad Albacetense de Ornitología (SAO) del pasado fin de semana y que daba la voz de alarma ante “la autorización de una cacería de aves acuáticas” en la Finca El Palomar (Povedilla) donde, entre otras especies, habitan aves en peligro de extinción, en concreto siete ejemplares de porrón pardo.
SAO había advertido días antes a la Administración regional de la presencia de estas aves en la zona. Algo que la Junta castellanomanchega reconoce que desconocía en ese momento.
La delegada provincial del departamento, Llanos Valero, ha explicado que este tipo de fincas dedicadas a la caza tienen una “autorización automática” para estas actividades en virtud del Plan Cinegético supervisado por la Consejería de Desarrollo Sostenible. “Este plan define los días, el tipo de fauna que se puede cazar y tiene una validez de equis años”.
Valero confirma que ya el año pasado la Junta detectó la presencia de un ejemplar del ave en la zona “y aunque yo no estaba, al menos una de las cacerías se paralizó. ¿Qué ha pasado? Que el Plan Cinegético de esta finca no se cambió y está vigente”.
Por eso, este año el promotor de la actividad cinegética ha vuelto a plantearla. “Nosotros no sabíamos que ahora hay siete ejemplares”, reconoce la delegada provincial quien apunta que ahora se cambiará el Plan Cinegético de 'El Palomar'.
Valero asegura que el día 5 de noviembre se envió a los agentes medioambientales a inspeccionar la zona y realizar un censo de las aves acuáticas. “Es una finca privada y no se va todos los días sino antes de la caza”, alega.
La responsable de Medio Natural en la provincia sostiene que la Administración “necesita tiempo” para gestiones de este calibre y que así se hizo a lo largo de la pasada semana. “Nos pusimos en contacto con los agentes medioambientales, con el señor de la finca y con SEO/BirdLife”.
Entre la opción de prohibirla o la de desplazar la actividad cinegética se optó por esto último autorizando una sesión de “caza controlada”, supervisada por los agentes medioambientales y, asegura, “se lo explicamos a SAO. Intentamos solucionarlo porque también hay que entender que el señor tenía allí a sus cazadores, y además una cosa que iba a durar dos horas...”.
Insiste en que “todo salió muy bien, los porrones están bien y han sido censados inmediatamente”. De esta manera, abunda, “se pudo cumplir el plan cinegético que tiene este señor, que tenía a todo el mundo allí, con todo organizado pero que será el último, ya se lo hemos dicho”. De hecho, se volverá a visitar la finca la semana que viene.
Sobre las acusaciones de SAO que apuntaban a que las “presiones del lobby cinegético prevalecen ante la protección de los valores naturales y el cumplimiento de la legislación ambiental”, la delegada provincial es tajante. “Casi me hace gracia. Ni siquiera sabía de quién era la finca (en alusión a Samuel Flores). Si yo acabo de llegar y no conozco a nadie. Es lo que le dije a SAO”.
Reconoce, sin embargo, que “las cosas se podían haber hecho mejor. El cambio a la nueva Consejería ha sido un lío”, concluye y alaba la “total colaboración” de Samuel Flores. “Queremos hacer las cosas bien y que todo el mundo esté implicado”.
Actualmente, el porrón pardo se puede considerar casi extinguido en nuestro territorio, por lo que su conservación en España depende de la situación en otros países, donde hay poblaciones mayores que, sin embargo, se encuentran también en declive como consecuencia, sobre todo, de la pérdida de hábitat.
Está incluida en el Libro Rojo de las aves de España “en peligro crítico” y aparece en la categoría de “en peligro de extinción” en el Catálogo Nacional de Especies Amenazadas.