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Por Resolución del 21 de julio de 2022, de la Viceconsejería de Cultura y Deportes, se ha otorgado la Medalla al mérito cultural extraordinario de Castilla-La Mancha a Rubí Sanz Gamo, que comparte el premio con la Fundación Antonio Pérez, de Cuenca, y el Grupo Tolmo de Toledo. Merecidísimo reconocimiento en vísperas de la jubilación de la que ha sido directora del Museo de Albacete desde la muerte de su antecesor en el puesto, Samuel de los Santos, en 1983. Identificada siempre con Albacete y con la arqueología, Rubí Sanz nos deja un quehacer profesional ejemplificador que ha transcendido las paredes del museo, tanto por su labor investigadora y divulgativa como de gestión del patrimonio arqueológico. Fundadora del Instituto de Estudios Albacetenses y de la revista Albasit, concejal del Ayuntamiento capitalino y Consejera de Cultura de la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha entre 1999 y 2000, donde puso en marcha los parques arqueológicos en la región, dirigió el Museo Arqueológico Nacional de 2004 a 2010, llevando a cabo una difícil y compleja remodelación de cuyos resultados hoy disfrutamos.
Miembro del Instituto Arqueológico Alemán, de la Real Academia de la Historia y de la de Bellas Artes de San Fernando, es autora de numerosas monografías y artículos sobre arqueología, ha participado en numerosos congresos y seminarios sobre Arqueología y Patrimonio Cultural, dictado conferencias, comisariado exposiciones o dirigido excavaciones y trabajos de investigación.
La última lección de gestión del patrimonio arqueológico la ha dado dirigiendo la exposición celebrada en el Museo de Albacete y que bajo el título “150 años con los íberos. 1871-2021” ha estado abierta desde el 28 de noviembre de 2021 al 27 de marzo de 2022. Como siempre, ha puesto al día los estudios sobre la materia, ha reunido magistralmente piezas extraordinarias y ha concitado el apoyo de instituciones públicas y privadas, así como de su querida Asociación de Amigos del Museo de Albacete. Nos ha hecho recordar exposiciones como las dedicadas a otro icono del museo: Benjamín Palencia; la titulada “Los instrumentos del saber” con piezas del Instituto Bachiller Sabuco y otros institutos históricos de la región; la interesantísima “Mujeres en el mundo” con piezas de la colección Ramírez de Lucas; u otras montadas con fondos cedidos por otros museos nacionales.
Pero, fuera de la poliédrica labor de Rubí en su campo profesional, lo que destacamos en estas líneas es su capacidad de saber rodearse y trabajar con personas de las que sabe extraer lo mejor sin restar protagonismo a la labor de equipo, de su talante creativo y a la vez crítico, que le ha valido ceses y desengaños, y, a pesar de ello, ha seguido a delante con sus proyectos y con una ilusión desbordante que transmite a los que la rodean y en los que quiere seguir trabajando más allá de su jubilación laboral –a pesar de que no existe en Castilla-La Mancha una norma que regule la participación de los eméritos en el servicio público-.
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