Ninguna de las cinco capitales de provincia de Castilla-La Mancha tiene refugios climáticos públicos
Solo 16 de las 52 capitales de provincia en España cuentan con una red de refugios climáticos públicos y ninguno de ellos está en las ciudades de Castilla-La Mancha, a pesar de haber registrado este verano temperaturas por encima de los 40 grados en varias de ellas.
Esta es una de las principales conclusiones del informe Ciudades al rojo vivo: refugios climáticos y desprotección frente al calor extremo en España en el que la organización alerta sobre “la falta de refugios públicos y las carencias actuales para que sean realmente efectivos frente a las altas temperaturas”.
“Los refugios climáticos son una de las medidas de adaptación más eficaces y sencillas de implementar a corto plazo por los ayuntamientos para proteger a la población mientras se avanza en otras medidas que transformen todo el municipio y aumenten su resiliencia”, sostiene Greenpeace, sobre todo teniendo en cuenta que las personas que viven en ciudades son más vulnerables al calor extremo, sobre todo en el sur de Europa, debido al aumento de olas de calor, los espacio urbanos con pocas zonas verdes y un intenso efecto de isla de calor.
Según Greenpeace, las carencias actuales en la red de refugios climáticos de España ponen de manifiesto “la falta de adaptación generalizada de las ciudades a las altas temperaturas” y cree urgente que se tomen medidas, no solo relacionadas con la transición energética sino transformando el espacio público. A corto plazo, abunda, los refugios climáticos son una solución.
En lo que va de verano son más de 1.800 las muertes por calor extremo en España según MACE, la aplicación que mide mortalidad atribuible al calor en nuestro país. En Castilla-La Mancha, con datos actualizados a 25 de julio, se habían producido un total de 67 muertes por esta causa.
Según Greenpeace, el mayor impacto de las olas de calor es el agravamiento de otras enfermedades ya existentes, fundamentalmente cardiovasculares y respiratorias. Especialmente vulnerables son las personas mayores, niños, niñas, embarazadas y personas con enfermedades preexistentes. A las condiciones de salud se suman otros factores socioeconómicos que aumentan la vulnerabilidad como la vivienda, los recursos económicos o el tipo de empleo, reflejo de la brecha de desigualdad en los impactos del calor en la población.
Ciudad Real dice que ha instalado tres fuentes de agua fría gratuita
Horas después de conocerse el informe de Greenpeace, el Ayuntamiento de Ciudad Real, gobernado por el PP, anunciaba que ha instalado tres fuentes de agua fría en diferentes puntos de la ciudad “con el objetivo de ofrecer un servicio accesible y saludable a la ciudadanía, al tiempo que se fomenta el uso de botellas reutilizables y la reducción de residuos plásticos”.
Una medida que, añaden, “responde también a la necesidad de ofrecer puntos de hidratación accesibles en espacios públicos de gran tránsito, especialmente durante los meses de altas temperaturas”.
Las nuevas estaciones de llenado de agua fría están ya en funcionamiento en las siguientes ubicaciones:
- Zona de Juegos Infantiles del Prado, una ubicación especialmente pensada para facilitar el acceso al agua a familias y menores en un entorno de ocio al aire libre.
- Exteriores del Ayuntamiento, junto a la Oficina de Turismo, un punto clave por su alta afluencia de vecinos y visitantes.
- Vía Verde, junto a la estación de reparación de bicicletas recientemente instalada, ideal para quienes practican deporte o pasean por esta zona de tránsito peatonal y ciclista.
Estas fuentes, de cuya instalación se ha encargado Aquona, empresa encargada del servicio municipal de aguas en Ciudad Real, están conectadas a la red general de abastecimiento de agua potable y ofrecen agua fría de forma gratuita.
Hace unos días, el Museo Sefardí de Toledo anunciaba la puesta en marcha de espacios en su sede que sirven como refugio climático gratuito hasta el 31 de julio.
¿Qué características deben tener los refugios climáticos?
Greenpeace también ofrece su visión sobre cómo debe ser un refugio climático en una ciudad para que sea efectivo y proteja a las personas. Y es que, alerta, no hay una regulación que defina y garantice unos requisitos mínimos para estos espacios y además los listados de redes de refugios por parte de los ayuntamientos, allí donde los hay, son heterogéneos. En el análisis realizado se han encontrado deficiencias en el cumplimiento de características fundamentales.
En concreto, cree que deben estar abiertos en las horas de mayor calor aunque implique alterar su horario de apertura habitual.
Además, deben estar claramente identificados tanto en el mismo refugio como en otros puntos de información o en las alertas por olas de calor municipales y ser accesibles a personas con movilidad reducida o con alguna discapacidad.
También deben ser cercanos, gratuitos y de libre acceso, especialmente en los barrios o zonas con mayor impacto del calor y/o con menos recursos, y han de contar con una zona de descanso donde las personas que acudan puedan reposar el tiempo necesario.
Después, deben proporcionar agua de grifo de forma gratuita para mantener la hidratación de las personas que acuden a estos espacios.
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