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ENTREVISTA
Cineasta

Isabel Coixet: “Si no estrenamos películas la gente acabará por no ir al cine”

La directora de cine, Isabel Coixet

Ángel Villascusa

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Probablemente ningún cineasta ha retratado Benidorm con la belleza sutil con la que Isabel Coixet lo hace en su última película. Nieva en Benidorm cuenta la historia de dos personas solitarias que se encuentran un invierno en la capital del ocio veraniego.

Un banquero prejubilado con una vida anodina en Mánchester (Timothy Spall) se marcha a la ciudad levantina en busca de su hermano al que lleva sin ver diez años y que ha desaparecido sin dejar rastro. Allí coincide con una misteriosa y atractiva cincuentona, interpretada por Sarita Choudhury. Los dos, como peces fuera de sitio, se hacen compañía, se abren y se descubren en un relato a caballo entre el thriller y el retrato intimista.

La última película de Coixet abrió este sábado la Seminci, la Semana Internacional de Cine de Valladolid, aunque no llegará a las salas hasta el próximo 13 de noviembre. En la presentación del film, la catalana no ocultaba su preocupación por el recorrido que tendrá en las salas debido a la pandemia de COVID-19 y a las nuevas restricciones que se puedan ir aplicando en las próximas semanas. “No somos inocentes, sabemos y vemos cada día todas las dificultades que hay, pero si no estrenamos películas la gente acabará por no ir al cine”.

No es la primera vez que Coixet inaugura la Seminci. La última vez, en 2017, con La Librería. Y no le fue mal del todo: se llevó tres premios Goya, entre ellos el de mejor guion adaptado, mejor película y mejor dirección. “Siempre me lo he pasado muy bien aquí, que es importante, y Valladolid me ha dado suerte. Otros festivales no y los procuro evitar”, comenta la directora entre risas.

La decisión de la distribuidora BTeam Pictures y de la productora de los hermanos Almodóvar, El Deseo, de lanzarse a las salas a pesar de la pandemia es para la directora un ejemplo de “militancia cultural gustosa”. A pesar de las dudas, las ganas de contar historias pueden. Isabel Coixet atiende a elDiario.es tras la rueda de prensa de presentación, ocho horas antes de que entre en vigor el toque de queda decretado en Castilla y León, que ha obligado a adelantar la gala de inauguración de la Seminci.

¿Por qué eligió Benidorm para contar esta historia?

Mis obsesiones se suman al parque temático que es Benidorm en sí mismo, con acróbatas vaginales, hombres perdidos, viajes del Imserso… Es una tierra de promisión de contradicciones y de paradojas. De repente, a las doce de la mañana puedes entrar en un club y ver un concurso de imitadores de Elvis. Eso no tiene precio. Estaba grabando un documental medioambiental que no salió y la ciudad me sorprendió.

¿Qué le atrajo?

En parte me llamó la atención porque fui en invierno y me gustan los lugares fuera de temporada. Nunca he estado en verano, pero reconozco que a Benidorm ya le he cogido cariño. También influyó haber recordado que cuando leí los diarios de Sylvia Plath, con 15 años, encontré algo que pensé que era un error. Ella había estado en Benidorm después de su boda. Un personaje tan ajeno a esa ciudad, allí… Me pareció interesante mezclarlo con la atmósfera de la ciudad.

Utiliza una ciudad que levanta prejuicios, y sorprende mostrándola con una profundidad nueva

Es una obligación del cineasta sorprender. Esto nace de una cosa que me pasa mucho como espectador y de la que estoy un poco cansada. No me gusta que, incluso en las buenas películas, me lo den todo muy mascado. Es todo tan claro y tan evidente…

Pasa lo mismo con los personajes

Me gusta trabajar con la ambigüedad, encontrar a una tipa que tiene cincuenta años, que no se sabe bien de dónde viene y que trabaja haciendo un número particular de acrobacia vaginal. Piensas que tiene que ser de una manera, pero no es así: es alguien que tiene sus razones para estar allí, razones que nunca sabemos.

Con Peter, el protagonista, sucede un poco lo mismo. He conocido a muchos hombres corrientes como él. Personas anodinas, aparentemente, pero que esconden una capacidad de ternura tremenda. Y no solo él, ya lo he dicho otras veces, me interesan esas mujeres de la limpieza que están detrás, en las que no nos fijamos y que también tienen pulsiones y sentimientos.  

También el personaje de Carmen Machi, una policía que cita a Sylvia Plath con profusión...

Nunca he conocido a un policía al que le guste Sylvia Plath, pero sí a un mosso que era un entendido en poesía alemana (risas). También ahí quería salir del arquetipo porque, como digo, me aburren un poco.

Los dos protagonistas viven como esperando a que pase algo que cambie sus vidas, pero que no termina de suceder ¿es una historia feliz?

Esperan a que pase algo y, contra todo pronóstico, pasa. Una referencia que le di a Timothy Spall para preparar el papel era el protagonista de un cuento de Henry James que se llama 'La bestia en la jungla'. Es alguien que se pasa la vida con la sensación de que le va a suceder algo super importante, pero que está tan obsesionado esperándolo que no se da cuenta de que la vida le pasa delante de las narices.

¿Vivimos esperando a que pasen cosas que nunca llegan?

Hay que tener paciencia. En todo caso, al menos la esperanza de que vayan a pasar cosas también es un motor para vivir.

¿Para ser feliz?

Bueno, la felicidad está sobrevalorada, yo creo que la felicidad es un momento de conexión, de fulgor, donde miras a alguien y sientes algo sin saber muy bien por qué ni cómo. La felicidad es poco fotogénica.

Vamos a las preguntas de rigor. La Seminci se celebra presencial pero también ha colgado una parte en Filmin ¿es el futuro?

No lo sé, es posible. Yo misma durante la pandemia vi las películas del Atlántida Film Fest en Filmin. Sin embargo me pasa algo, nostalgias aparte, que tiene que ver con mi generación. Aunque veo cine en casa, a mí el delivery no me gusta, y las plataformas son un poco eso. Aunque la comida sea la misma, el restaurante implica el salir de casa y encontrarte con personas, se disfruta de otra manera. Con el cine sucede lo mismo.

¿El cine en casa (o en sala) es una válvula de escape como se dice?

A mí la casa se me cae encima. Estaba un poco cansada de ver películas en el salón con la manta. Lo primero que hice el día que abrieron los cines fue ir a ver una película. Pensé: “Vale, el mundo es un caos, no entiendo muchas veces lo que pasa. Pero voy a desconectar. Aquí hay una historia y aquí estoy yo. Eso es lo único que importa”.

¿Se disfruta un festival?

Siendo sincera yo me lo pasaba mucho mejor cuando me iba con cuatro amigos con un coche a mendigar entradas. Ahora cuando vienes a presentar un trabajo no te queda tiempo para ver películas. Pero no me voy a quejar. Aunque sí, donde mejor me lo paso es en los festivales a los que voy sin presentar nada.

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