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La presencia policial reduce la asistencia al gimnasio de la Barceloneta: “Idos a otro sitio que esto ha salido en el Telediario”

Esterillas en la hierba este lunes por la tarde en la Barceloneta

Oriol Solé Altimira

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“¡Qué os van a multar, qué os van a multar!”. La advertencia de dos adolescentes montados en sus skates es recibida con una mueca de indiferencia por los cuatro hombres que hacen ejercicio en la hierba. Al final llega un coche de la Policía Portuaria. El agente, sin bajar del vehículo, les pide que se entrenen individualmente y que si no, se busquen alternativas: “Idos a otro sitio que esta mañana esto estaba a tope y ha salido en el Telediario y en todos los lados”.

La presencia de la Policía Portuaria ha reducido la asistencia al gimnasio de la Barceloneta. Un vídeo del periodista Raul Gallego en la mañana de este lunes con deportistas ejercitándose en grupo sin respetar la distancia de seguridad –uno de ellos casi reptando por el suelo– se ha convertido en viral.

En el turno de tarde, la mayoría de personas que corría o iba en bicicleta por el final del paseo Mare Nostrum, al lado del hotel W, lo hacía en soledad, tal y como obliga la fase 0 del desconfinamiento en la que permanece Barcelona. Unos pocos sí hacían músculos –previa ingesta de pastillas que no parecían precisamente paracetamol–, practicaban yoga o se pasaban el balón sin disimulo en la hierba, y tras recibir el toque de atención policial, continuaban como si nada.

Una de las pocas que intentaba hacer yoga en solitario obviando el barullo de transeúntes era Cristina. “Desde hace días que esto estaba a tope. Hoy la Policía sí está más proactiva, pero antes pasaban y nada”, relata. Este diario pudo corroborar este domingo que sobre las 21:00h. había mucha más gente haciendo ejercicio en grupo en la zona, sin presencia policial alguna. Este lunes había tres coches de la Policía Portuaria.

Unos metros más arriba, casi tocando a la rampa que conduce al nuevo paseo del rompeolas, Javi y Esteban, adolescentes ambos, presenciaban la estampa montados en sus bicis. “Pues no me parece tan mal que puedan hacer ejercicio juntos, también les debe venir bien para no rayarse en casa”, señalaba el primero, ajeno a la polémica de Twitter.

No todos eran tan comprensivos como este joven. No han faltado los comentarios de 'policía de paseo' entre los que caminaban más cerca de la playa. Varios se paraban a observar a los dos grupos de cuatro y seis hombres que hacía pesas y trabajaba sus músculos, con música a todo trapo. Pero era reggae, no la música máquina que habitualmente copa las listas de reproducción de los gimnasios, ahora cerrados. “Es para que los encierren a todos”, sentenciaba una señora de mediana edad mientras se recolocaba la mascarilla. Desgraciadamente para ella el gimnasio de la Barceloneta todavía no está tipificado en el Código Penal.

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