El brote de peste porcina se mantiene controlado tres semanas después mientras crece la presión sobre su origen

El brote de peste porcina africana, que ha puesto patas arriba al sector del cerdo en España, se mantiene dentro de la zona afectada inicial. Tres semanas después de declararse, el virus no ha saltado fuera del primer perímetro alrededor de Bellaterra ni ha golpeado las granjas. Pero la gran incógnita sigue siendo su origen, con los laboratorios públicos del IRTA-CReSA bajo el foco de distintas investigaciones, entre ellas la que conduce la justicia y que derivó este jueves en un aparatoso registro policial de sus instalaciones que duró 14 horas. 

Una de las novedades más significativas del cerco al virus se conoció este viernes, cuando se abatió un jabalí que resultó estar infectado –el número 27– en el término de Sant Cugat del Vallès, algo más alejado que el resto de cadáveres. Aun así, sigue dentro del perímetro considerado de “alto riesgo” en el que están restringidos los accesos al medio natural.

El conseller de Agricultura, Òscar Ordeig, acudió este viernes a la sede del CReSA, cerca de donde se hallaron los primeros jabalíes muertos por la peste porcina africana, como muestra de respaldo a sus investigadores y a una institución que depende de la Generalitat. La visita buscaba mitigar la imagen de unos registros en los que participaron hasta 40 agentes entre Mossos d’Esquadra y Guardia Civil. Entre ellos, agentes del Tedax-NRBQ, especializada en la manipulación de agentes biológicos y químicos, que se llevaron muestras de las cepas del virus utilizadas en sus experimentos —además de diversa documentación— para cotejarlas con las de los animales muertos en el medio natural. 

El origen de las sospechas que rodean a los laboratorios de bioseguridad del CReSA se remontan al pasado 5 de diciembre, cuando el Ministerio de Agricultura dio a conocer unos análisis que concluían que el virus encontrado en Catalunya no pertenece a los grupos genéticos 2-28, que son los que circulan por la Unión Europea. Era de un nuevo grupo, 29, muy parecido al número 1, conocido como ‘Georgia 2007’, y que es el que se emplea normalmente en instalaciones científicas. 

También en las del CReSA, que trabaja desde hace años con el virus de la peste porcina africana. Lo hace en su Unidad de Biocontención, con seis laboratorios de bioseguridad nivel 3 –en una escala sobre 4–, pensados para manejar patógenos que pueden causar enfermedades graves y transmitirse por aerosoles.

A la espera de la secuenciación completa

Desde entonces, se han abierto varias investigaciones para aclarar lo ocurrido. Una de ellas es la que instruye con diligencias secretas el Juzgado de Instrucción número 2 de Cerdanyola, por un posible delito contra el medio ambiente. También el ministerio de Agricultura y la Comisión Europea decidieron abrir sendas investigaciones. Y la Generalitat, por su parte, abrió un expediente interno y creó un Comité Auditor con seis expertos en instalaciones de contención biológica –dos de ellos, del propio IRTA-CReSA– para revisar protocolos y procedimientos en busca de posibles grietas. 

Por ahora, se conocen los resultados del informe de la Comisión Europea, que no han encontrado evidencias que respalden una posible fuga. El equipo del Veterinary Emergency Team, que visitó las instalaciones del CReSA los días 11 y 12 de diciembre, no pudo detectar “ninguna vía evidente” por la que se escapara el patógeno.

Además, Ordeig añadió el viernes que los trabajos del Comité Auditor, que se conocerán la próxima semana, apuntan a que las instalaciones y los protocolos cumplen con las exigencias requeridas. “Todo apunta a que se actuó correctamente”, quiso recalcar.

Sin embargo, nada de esto excluye la posibilidad de un escape. Fuentes conocedoras advierten que estas auditorías, que recopilan información sobre protocolos y procedimientos en el manejo del virus y de los residuos, difícilmente pueden detectar un error humano, una negligencia o una acción deliberada.

En este sentido, lo que permitirá estrechar el cerco sobre la posible fuga es la secuenciación completa del genoma del virus, para conocer el grado de similitud entre el de los laboratorios y el de los jabalíes. Ahora mismo hay tres procesos de secuenciación en marcha para ello. La Generalitat, por un lado, y la policía, del otro, han mandado muestras del CReSA al Centro de Investigación en Sanidad Animal (CISA-INIA) de Valdeolmos, en Madrid. Es el laboratorio de referencia de la Unión Europea. Además, la Administración catalana ha enviado también muestras al Institut de Recerca Biomèdica (IRB).

Según ha explicado la conselleria de Agricultura, los resultados deberían tardar entre siete y diez días. Pero algunas fuentes apuntan a que podría alargarse hasta después de las vacaciones navideñas. 

Un respiro para el sector porcino

Mientras avanzan las pesquisas, el sector porcino respira con cierto alivio al constatar que el brote no se ha extendido más allá del radio de “alto riesgo” de seis kilómetros alrededor de la zona de Bellaterra, en el término municipal de Cerdanyola. Los 27 cadáveres de jabalí que han dado positivo estaban dentro de ese perímetro, de unos casi 200 animales analizados, tanto dentro de la zona como fuera. 

El último jabalí infectado confirmado fue abatido en Sant Cugat del Vallès, más lejos que el resto, aunque dentro del primer perímetro. Esto ha obligado modificar ligeramente el área de 20 kilómetros, considerado de “riesgo bajo”, y a añadir en ella las localidades de Begues, Gavà, Olesa de Bonesvalls y Subirats.

Por ahora, la Generalitat mantiene las restricciones más estrictas en el primer perímetro. Por un lado, está completamente cerrado con vallas y pasos de fauna cortados para evitar que salgan de él jabalíes. Y también está prohibido el acceso ciudadano a los bosques. Además, en el radio de 20 kilómetros, en el que ya se han flexibilizado las restricciones, los Agentes Rurales siguen llevando a cabo capturas de jabalíes para monitorizar la enfermedad. 

Esta situación supone un balón de oxígeno para los mercados, en un país como España que es potencia mundial exportadora de cerdo. En primer lugar, da razones al ministerio de Agricultura para negociar con terceros países la reapertura de sus mercados. Y en segundo lugar, se ha notado finalmente en el precio del cerdo por primera vez desde que se declaró la crisis. Tras bajar 26 céntimos en solo dos semanas –un desplome histórico–, Mercolleida, la principal lonja del sector, frenó la caída y mantuvo los precios. 

Los ganaderos catalanes hablan de un cierto regreso a la normalidad, y de que los mataderos han retornado a su actividad habitual salvo para las 55 granjas del perímetro de riesgo. Para estas explotaciones, la Generalitat acordó que podían comenzar a matar sus cerdos y que se podrían comercializar dentro de España, pero desde Unió de Pagesos denuncian que muchos mataderos no los aceptan, con lo que el vaciado de las granjas está siendo muy lento. 

En cuanto a las exportaciones, siguen bloqueados más de un centenar de certificados de unos 40 países distintos. Tras la apertura de mercados como la Unión Europea, Estados Unidos, Reino Unido o Chile o China (esta última, con un veto a la provincia de Barcelona), el sector reconoce que los principales retos ahora son conseguir exportar de nuevo a Filipinas, México y, sobre todo, Japón.