La Generalitat plantea un cambio en las oposiciones que aplazaría a 2020 el nombramiento de miles de docentes
Los 5.005 aspirantes que consigan superar las oposiciones a docente en Catalunya este verano no podrán ocupar plaza hasta septiembre de 2020. El Departamento de Enseñanza ha atendido a las demandas de los sindicatos de que las pruebas empiecen en junio y no en abril, como sucedió este 2018, y que incorporen algunos cambios metodológicos, pero con una contrapartida: no llegarán a la adjudicación de plazas para septiembre de 2019 y tendrán que esperarse un año.
La modificación no es definitiva –lo será cuando se convoquen oficialmente las oposiciones, antes de que acabe el año–, pero es la que planteó Enseñanza en la Mesa Sectorial del pasado viernes. Los sindicatos no quieren que se aplacen los nombramientos de los funcionarios, por lo que exigirán más recursos para que se pueda solucionar en 2019, pero de entrada consideran más importante que se incorporen los cambios en las pruebas que ellos mismos plantearon.
En primer lugar, pidieron que el proceso empezara en junio y no en abril, para favorecer a los docentes que están dando clase en la actualidad. Esto hará que los exámenes acaben a finales de julio, en vez de junio, como ocurrió este año. Sobre las pruebas propiamente, se invertirán las partes para que primero se someta a los aspirantes a la exposición de un proyecto educativo y luego a la parte teórica del temario. Así, creen también que se da más posibilidades a quienes ya ejercen la docencia, porque lo primero tiene que ver más con la experiencia.
Por todo ello, la última parte, la del concurso, en la que se valoran los méritos de los aspirantes, deberá dejarse para septiembre y octubre. Pero para entonces las vacantes ya estarán cubiertas, porque los nombramientos se hacen en verano. Con lo que deberán esperar al verano siguiente. Así lo confirman fuentes presentes en la Mesa Sectorial, aunque desde el Departamento de Enseñanza descartan hacer ningún comentario hasta que esté todo cerrado. “Forma parte de un planteamiento cualitativo de las oposiciones”, valoran.
Si los sindicatos (CCOO, UGT, USTEC y ASPEPC) no han puesto el grito en el cielo con este aplazamiento es porque entienden que tampoco conllevará grandes afectaciones en las condiciones de los docentes. La gran mayoría de los que superan las oposiciones son ya profesores de la escuela pública, con lo que seguirían durante un año más como interinos, con horario y sueldo parecidos, antes de que se les adjudique su plaza como funcionarios en prácticas.
Este perfil supone alrededor del 90% de los aspirantes, según datos internos de CCOO. Pero luego están los que vienen de fuera, sobre todo de la concertada pero también de otros trabajos. Estos podrían ver perjudicada su situación al tener que decidir entre permanecer un año más en su puesto actual, sabiendo sus superiores que marcharán, o entrar en la bolsa de interinos, aunque en este caso sí con condiciones laborales inferiores (cuando entras en la bolsa los primeros trabajos suelen ser sustituciones y jornadas partidas).
Según las estimaciones del sindicato, unas 500 personas podrían encontrarse en esta situación. “El Departamento de Enseñanza nos ha dicho que si esto supone algún perjuicio para algún trabajador, que lo denunciemos y que lo tendrán en cuenta”, explica Marta Tejedor, de Educación Pública de CCOO. Desde USTEC, su portavoz Ramon Font considera que deberían destinar más recursos para abrir más tribunales y hacer menos complejo el proceso de adjudicación de puestos.
El curso que viene será el segundo consecutivo que la Generalitat convoque oposiciones a docente. En la anterior convocatoria, de 2.000 plazas en 2018, se hizo bajo la batuta del Ministerio de Educación con el 155. Del total de plazas que se convocarán ahora, 3.604 corresponden al cuerpo de maestros y 1.401 al de profesores Secundaria y de Formación Profesional.