Los funcionarios catalanes mantienen protestas en dos cárceles y unos 1.200 internos están confinados y sin visitas

La segunda jornada de protestas en las cárceles catalanas ha aliviado la tensión en algunos centros, pero en otros siguen los bloqueos y hay cientos de internos que continúan confinados en sus celdas y sin perspectiva de visitas familiares este fin de semana. Al medio día de este sábado, las protestas se mantienen en la prisión de Quatre Camins y Joves, en la Roca del Vallès, y en la de Mujeres en Barcelona. 

El pulso entre los funcionarios y el Departamento de Justicia de la Generalitat tras el asesinato de una cocinera a manos de un interno ha obligado al Ejecutivo catalán a crear un gabinete de crisis después de que el viernes las manifestaciones bloquearan los accesos y alteraran la normalidad y los cambios de turno en hasta seis centros catalanes. Casi 5.000 internos tuvieron que permanecer en sus celdas sin salir. 

La consellera de Justicia, Gemma Ubasart, a la que los sindicatos piden la dimisión, ha comparecido este sábado junto al secretario de Medidas Penales, Armand Calderó, para ofrecerse a negociar mejoras con los trabajadores y, al mismo tiempo, para pedirles que permitan recuperar la normalidad para los presos. Según ha detallado, unos 1.200 siguen afectados por las protestas en esas dos cárceles, un 15% de la población reclusa catalana, y la mayoría están a estas horas confinados en las celdas.

La situación es especialmente “grave” en la cárcel de Mujeres de Wad-Ras, en Barcelona, donde un centenar de internas no salen de sus celdas desde el jueves por la noche. “Es el que más nos preocupa”, ha valorado Ubasart en la rueda de prensa. 

La consellera ha recordado que los fines de semana en las cárceles son un momento clave para los internos y para sus familiares, porque son los días en que se permiten visitas y comunicaciones. “Es urgente recuperar la normalidad del servicio tanto para los internos como para los trabajadores que llevan a cabo tareas dentro”, ha recalcado. 

Ubasart y Calderó no han entrado a valorar las exigencias de dimisión y han dado por hecho que tampoco hará falta la intervención de los Mossos d’Esquadra para disolver las protestas. Pero aun así han querido insistir en las consecuencias de este bloqueo para los cientos de reclusos. “No son cortes de carretera ni los inconvenientes que causan determinadas protestas a la población, es que son personas encerradas en celdas”, ha abundado Ubasart, que ha advertido del “peligro” que supone alargar una situación como esta. 

Desde Justicia han pedido a los trabajadores que se sienten a negociar medidas como el compromiso de aumentar en 800 dotaciones la plantilla. 

La chispa que hizo prender las protestas de los funcionarios de prisiones fue el asesinato a manos de un interno de una cocinera en la cárcel de Mas d’Enric, en la localidad tarraconense de El Catllar. Se trata de uno de los incidentes más graves en una cárcel catalana desde la Generalitat ostenta las competencias de política penitenciaria.

Sobre el asesinato, Justicia ha comunicado que están elaborando un informe, en paralelo a la investigación de los Mossos d’Esquadra. Sin embargo, una voz del Govern, el viceconseller Sergi Sabrià, ha reconocido en Catalunya Ràdio que “fallaron cosas” para que el asesino, que posteriormente se suicidó, estuviese trabajando en la cocina con acceso a cuchillos. 

Preguntada por ello, Ubasart se ha remitido a la investigación en curso y ha recordado que para acceder a un puesto de trabajo dentro de la cárcel hay que someterse a una serie de procesos. Entre ellos, recibir el aval de la Junta de Tratamiento y pasar por una formación del Centro de Iniciativas de Reinserción (CIRE).