La MAT ultima su trazado con la ocupación forzosa de decenas de terrenos
Una veintena de propietarios de la provincia de Girona verán estos días como Red Eléctrica Española ocupa sin su consentimiento algunos de sus terrenos, para que pase en su lugar la llamada MAT, la línea eléctrica aérea de alta tensión (400.000 voltios) que ha de transportar energía entre las localidades de Sentmenat (Barcelona) y Baixàs (Francia). Son vecinos que en la mayoría de casos no han dado su brazo a torcer ante las ofertas de REE para expropiar sus fincas. Pero no tendrán más remedio que claudicar ante la aplicación de la Ley de Expropiaciones Forzosas, de 1956, anunciada ya en el BOE por la Delegación del Gobierno en Cataluña, por la cual la Administración tiene derecho a ocupar los terrenos y a empezar las obras en ellos, aunque todavía se esté negociando el precio de la expropiación, dado que se trata de un proyecto de utilidad pública.
Estas decenas de terrenos todavía no expropiados se concentran en el trazado que une las subestaciones eléctricas de Bescanó y Santa Llogaia d'Àlguema, el llamado tramo 2 de la MAT, que atraviesa la provincia de Girona. Es el último tramo donde empezaron las obras. No fue hasta este mes de septiembre que se empezaron a levantar las primeras torres, y 80 de las 115 que completarán el recorrido -de 44 kilómetros- ya están en pie, según fuentes de Red Eléctrica Española. Con cierre de este tramo, se dará por concluida la línea.
Pero falta ejecutar las ocupaciones forzosas de los terrenos de esta veintena de propietarios, un proceso que se llevará a cabo el 10 y el 12 de diciembre y para el cual ya se han organizado varias mobvilizaciones. La Plataforma No a la MAT ha convocado concentraciones frente a los ayuntamientos de las 14 localidades afectadas, justo a la hora concreta en que está previsto que se levante el acta previa a la ocupación. Este acta permitirá a Red Eléctrica acceder a los terrenos mientras se negocia todavía la expropiación. De hecho, a día de hoy todavía se están cerrando expropaciones de parcelas del tramo 1 -de Sentmenat a Bescanó-, que ya está en funcionamiento desde en julio de 2011.
Según cifras de Red Eléctrica, son menos de un 5% del total los propietarios que todavía no han aceptado un precio por traspasar sus fincas al Estado -20 de 400, aproximadamente-, unos números que avalan su gestión, según la empresa. Desde la plataforma, sin embargo, denuncian que puede que la mayoría de propietarios aceptase el dinero, pero que “hay que tener en cuenta como afecta a los vecinos que tienen una torre al lado, al paisaje, a las granjas, al turismo rural...”, en palabras del portavoz Joan Martí.
El proyecto de la MAT está previsto que entre en funcionamiento a partir del primer semestre de 2015. El tramo de Bescanó a Santa Llogaia habrá costado 45 millones, según Red Eléctrica, y ha de transportar también las líneas de 220 kw entre Vic y Juià y 132 kw entre Juià y Figueres. Su objetivo es robustecer el abastecimiento de energía de Girona y del TAV, algo que la Plataforma No a la MAT pone en duda, al considerar que el tren ya funciona actualmente y que el abastecimiento se podría conseguir con producción local y sostenible.
Cuando la línea pasa por encima de una granja
En su día, la Generalitat se comprometió a que ningún nucleo urbano quedara a menos de 250 metros del trazado de la MAT, y que ninguna vivienda quedara a menos de 100 metros. Pero esto no ocurre en el caso de algunas masías pertenecientes, sobre todo, al municipio de Viladasens. Así lo han admitido incluso fuentes Red Eléctrica, calificándolo de excepción. En el caso de la familia Saus, la línea pasa a 130 metros de su masía, pero casi por encima de algunas de las granjas que tienen en su terreno. Son una de las veinte familias que se resisten a aceptar la expropiación. Confían en la vía judicial que han abierto.
“Pasa a 15 metros de la granja de pollos”, explica Albert Saus, uno de los payeses que vive en la masía -son dos familias-. “Hay estudios que dicen que puede afectar gravemente a la salud, si vives toda la vida tan cerca, aunque Red Eléctrica lo niega”, dice Saus. A este vecino de Viladasens tiene miedo de estas consecuencias no solo por las casi 50.000 cabezas de ganado de su propiedad que se podrían ver afectadas, sino porque hace poco tuvieron dos hijos mellizos. “Nos planteamos marchar, pero no es tan fácil como venderte un piso; de esto vivimos muchos”, lamenta.
En la masía de los Saus no se instalará ninguna torre, pero sí les pasará el cableado por encima, por lo que solo verán expropiadas -si el proceso judicial no les es favorable- una parte de sus tierras, las justas para mantener accesos de seguridad a la línea, el llamado derecho de vuelo. Como los Saus, son tres familias en Viladasens las que se resisten a aceptar la expropiación, aunque asumen que probablemente acabe siendo forzosa.