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El informe del Consejo de Estado congela la batalla entre los independentistas por la investidura de Puigdemont

Puigdemont, esta semana en Dinamarca

Arturo Puente / Oriol Solé Altimira

Si JxCat y ERC comenzaron la semana con diferencias más que evidentes sobre la investidura de Puigdemont, este jueves la batalla hacia la que avanzaban se ha congelado. El revés que el Consejo de Estado ha propinado a la maniobra del Gobierno para recurrir de forma preventiva la investidura no presencial de Puigdemont ante el Tribunal Constitucional (TC) ha enfriado las ganas de la formación republicana de empezar a introducir en el debate la posibilidad de nombres alternativos para la presidencia. 

Pese a que es consultivo y que el Gobierno ya ha anunciado que no lo tendrá en cuenta, el dictamen del Consejo de Estado se ha convertido en un aliciente de peso para que el bloque independentista se mantenga sin grietas en su voluntad de celebrar una investidura no presencial de Puigdemont. Incluso si esta acaba suspendida preventivamente, esperarán a que el Constitucional la resuelva.

Antes de que los independentistas deban tomar esa decisión han de pasar dos cosas. La primera es que el Gobierno lleve la impugnación de la candidatura de Puigdemont al Constitucional, algo que previsiblemente sucederá este viernes. La segunda, que el TC lo admita, un escenario sobre el que tras el informe del Consejo de Estado se plantean dudas razonables que antes se descartaban. Si esto ocurre, la admisión suspendería el pleno hasta que el Alto Tribunal resuelva el recurso.

El plan de ERC era mantenerse firme en la investidura de Puigdemont hasta que el Constitucional la suspendiese, bien de forma preventiva o bien posteriormente. Una vez aquí, los republicanos calculaban que podrían abrir el debate sobre el candidato alternativo a Puigdemont, uno que estuviese blindado a los recursos del Gobierno. Con Junqueras fuera de juego, ERC no veía con malos ojos llevar a la presidencia a un nombre de la lista de JxCat, como es el de Elsa Artadi.

Pero el informe del Consejo de Estado cambia la percepción en el bloque independentista, que ahora vislumbra que el Constitucional pueda acabar resolviendo la cuestión de la misma forma que el órgano consultivo, es decir, avalando la candidatura de Puigdemont. Eso no significa un aval a la investidura a distancia, pero en ese escenario ERC sí tiene más difícil abrir el debate sobre la candidatura de quien se ha convertido en la opción irrenunciable de JxCat.

El pleno, convocado para el próximo martes

Antes de conocerse el informe del Consejo de Estado, el portavoz de JxCat, Eduard Pujol, marcaba en corto a ERC y al presidente del Parlament, el republicano Roger Torrent, presionándolos para que siguiesen con el plan inicial y permitiesen votar a Puigdemont. Pujol se mostraba convencido de que Torrent mantendría “la dignidad” de su cargo y de la institución y convocaría el pleno de investidura con Puigdemont como candidato.

Así ha sido. El presidente del Parlament ha convocado, imperturbable, el pleno para el próximo martes día 30. El portavoz de ERC, Sergi Sabrià, ha comparecido en el Parlament para acusar en tono duro al Gobierno de “cruzar una línea roja más”. Los republicanos calculaban que una suspensión de la investidura una vez consumada la votación a Puigdemont permitiría al bloque independentista buscar, por fin, candidatos alternativos viables, estrategia que se iba por el desagüe con el recurso preventivo anunciado por la vicepresidenta.

Si ya por la tarde ERC no podía hacer otra cosa que descartar “cualquier plan B” y JxCat se afanaba a afianzar su apuesta única por Puigdemont, tras el informe del Consejo de Estado esta vía única se refuerza. Hasta el punto de que, si el Constitucional rechaza la admisión a trámite del recurso, el independentismo se sentirá legitimado para iniciar y, si cabe, celebrar, la investidura a distancia de Puigdemont. Por contra, si el TC lo admite y suspende previamente el pleno contra la opinión del Consejo de Estado, los grupos se plantearán cómo seguir adelante.

El TC se acabará pronunciando

Decida lo que decida sobre el recurso del Gobierno, el Constitucional tiene igualmente todos los números para acabar pronunciándose sobre la investidura no presencial de Puigdemont. Los grupos de la oposición exigirán al presidente del Parlament que suspenda la sesión de investidura una vez esta haya comenzado si el candidato no está en el pleno. Si Torrent no accede, PSC y C's tienen preparados sus recursos de amparo ante el TC por lo que considerarían una vulneración de sus derechos parlamentarios.

En función de la rapidez del Constitucional a la hora de admitir los recursos y las medidas cautelares que se incluyan en los mismos, el TC podría advertir durante la celebración del pleno a Torrent para que no consumara la investidura de Puigdemont. La otra opción es que el TC suspenda la investidura de Puigdemont una vez el Parlament lo haya votado pero su nombramiento como president todavía no se haya oficializado mediante su publicación en el BOE y la firma del rey.

Si esta suspensión posterior ocurriera, la legislatura catalana quedaría en el limbo tras solo dos semanas de recorrido. Pero también sería entonces cuando JxCat podría aceptar el nombre alternativo que ERC le reclama desde hace semanas, como un último recurso necesario antes de volver a elecciones.

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