Los socialistas de Barcelona estrenan una nueva “ejecutiva de unidad” para recuperar la ciudad
Eran las 22:38 h de la noche de ayer lunes cuando Jaume Collboni tomó la palabra entre aplausos. “Hoy comienza el cambio. Es un gran día para el socialismo catalán, pero sobre todo para el barcelonés”. Algunos ya habían marchado tras cinco espesas horas de congreso, aunque la mayoría de los delegados, concejales y militantes seguían en la sede de la calle Nicaragua presenciando un nuevo punto y aparte de su formación. “Hoy empieza la cuenta atrás de los 365 días que faltan para librar la gran batalla”, dijo el ganador de las primarias abiertas que fue ratificado como nuevo presidente ejecutivo y también como el próximo candidato socialista a la alcaldía de la ciudad.
Para que Barcelona deje de tener las dos velocidades que ha impuesto CiU —“donde muchos ciudadanos se quedan por el camino”, dijo Collboni—, el nuevo líder no estará solo. “Esto va a ser más que nunca un trabajo de equipo”, insistió en su discurso de clausura. Y es que ayer se despedía una cúpula y se daba pasó a otra transitoria, que será la que liderará la federación socialista de Barcelona, como mínimo, hasta los comicios municipales de la primavera de 2015. Al frente de la nueva ejecutiva, acompañará a Collboni el joven diputado autonómico Ferran Pedret, que relevará a Carles Martí como primer secretario.
El Congreso extraordinario, que se alargó extraordinariamente –empezó a las 18:15 y no acabó hasta poco antes de medianoche—, aprobó sin sobresaltos de última hora la nueva ejecutiva barcelonesa por 179 votos a favor (89,05%), 18 abstenciones (8,96%) y cuatro votos nulos (1,99). Como datos relevantes de la nueva junta, cabe destacar una media de edad muy joven, de 41 años, la apuesta por la paridad y la integración de todas las sensibilidades del partido. Al menos, eso sostienen los socialistas a pesar de que los que pudieran ser más críticos, como es el caso de los cercanos a la candidatura de Jordi Martí, hasta hace poco jefe de filas del grupo municipal socialista, ya no están en la formación y a penas fueron mencionados a lo largo del acto.
El núcleo duro estará formado también por la que fuera rival de Collboni en la segunda vuelta de las primarias abiertas, la concejala Carmen Andrés, que ocupará el cargo de viceprimera secretaria. “Lo más destacable es la apuesta por la unidad”, decía Andrés a este medio, una edil que ve aumentado su peso en la federación tras unas primarias abiertas en las que fue, sin duda, la mayor revelación. Otro de los que gana notoriedad es Carles Prieto, escogido como secretario de Organización y Albert Soler, actual coordinador de los diputados y senadores del PSC en las Cortes, que será responsable de Acción Parlamentaria.
Ascenso de Pedret, líder de los ‘barbuts’
El acto de ayer hay que contextualizarlo como la estación siguiente de las primarias y la anterior a las elecciones de 2015, el gran reto de la federación ahora en adelante. Tras los resultados había que resolver el siempre comprometido crucigrama de nombres y, de todos ellos, quizás el más interesante en destacar sea el del hasta ahora diputado del PSC en el Parlament, Ferran Pedret, que ayer se consolidó como un valor emergente en la nueva ejecutiva.
De hecho, y como confirmaron a este medio algunos de los asistentes, es uno de los activos más influyentes en la victoria de Collboni en las primarias. Pedret, de 35 años, y líder de los llamados barbuts, los primeros secretarios de las agrupaciones que controlan el partido en los distritos, fue el que trazó el discurso menos previsible. Hizo un recorrido por Europa hasta recalar en Barcelona, acordándose de la conmemoración de la liberación del campo de Mathaussen y alertando sobre los peligros de fascismo.
Con la irrupción de Pedret queda atrás el trabajo, ayer reconocido por todas las agrupaciones, de Carles Martí, ahora senador, exteniente de alcalde del Ayuntamiento de Barcelona y que ha liderado la federación desde 2008. El hasta ahora primer secretario de la Federación del PSC de Barcelona puso en valor la labor realizada citando la innovación en la política, como el partido abierto, el partido en red y, sobre todo, el proceso de primarias abiertas. “Las polémicas sobre las primarias fueron básicamente interesadas”, dijo Martí que destacó la “inmensa movilización interna y externa” que, según él, ha permitido al PSC aparecer a ojos de todo el mundo como una fuerza que cree en la democracia participativa.
Otra de las incógnitas resueltas ayer era saber quién relevaría la hasta ahora Secretariad de Organización, Lourdes Muñoz, responsable de todo el proceso de primaras. Finalmente, el escogido fue Carles Prieto, de 38 años, gran conocedor del aparato socialista y que ha coordinado las últimas campañas electorales. Además de estos nombres, que a partir de ahora serán los que conducirán la federación, Collboni ha integrado en su ejecutiva a dirigentes que formaban parte de otras candidaturas que concurrieron a las primarias, como Félix Ortega (responsable de Planificación Estratégica), Oriol Bartomeus (Análisis) y Jesús Jiménez (Partido Abierto), quienes formaban parte de las candidaturas de Martínez-Sampere, Jordi Martí y Bonet, respectivamente.
Pocos o más bien ningún reproche entre los asistentes. Todos aprobaron el informe de gestión presentado por la ejecutiva, así como la memoría económica. Las voces más disonantes ayer en Nicaragua fueron, quizás, las de las Juventudes Socialistas, que detectaron lagunas en las primarias y reclamaron su papel en la toma de decisiones de la federación. Por su parte, el Consejo Asesor de la candidatura del PSC estará presidido por el exalcalde Jordi Hereu –que se llevó algunas de las ovaciones de la tarde-noche, pese a estar de viaje a EUA—, tendrá a Albert Soler como secretario general y contará con nombres como Antoni Siurana, Caterina Mieras, Francesc Narváez, Dani Mòdol, Marta Continente o Joan Torres, presidente de la Comisión de Garantías del PSC.
Navarro: “tengo la certeza de que Collboni será alcalde”
El primer secretario de los socialistas catalanes, Pere Navarro, llegó a Nicaragua en el tramo final del Congreso extraordinario. Se le veía distendido, algo más seguro que de costumbre, quizás por los últimos cambios en su equipo de comunicación y estrategia política, ahora comandado por Verónica Fumanal. Sea como sea, su discurso de apoyo a Collboni, el candidato preferido por la dirección del PSC, giró alrededor de una intuición que ahora se ha convertido en certeza: “Jaume Collboni, será el próximo alcalde de la capital catalana derrotando al actual gobierno municipal, liderado por Trias”, dijo.
Navarro quiso hacer un paralelismo entre la entrada del PSC en los ayuntamientos tras la recuperación de la democracia con el actual panorama de los socialistas, que han ido perdiendo representación en todos los ámbitos. “Tenemos que recuperar el espíritu de aquella del campanya del 79 ‘entra amb nosaltres a l’Ajuntament’, y con Collboni diremos que ‘vuelvan’ a entrar con nosotros en el Ajuntament”, dijó Navarro que destacó Barcelona como la cuidad que mejor habla del socialismo.
El parlamento de Navarro dio paso al de Collboni, que cerraría el acto. Antes de que sonara la internacional y que los socialistas allí presentes levantaran el puño, el nuevo presidente ejecutivo agradeció al que fuera alcalde de Barcelona, Jordi Hereu, sus paseos nocturnos que, dijo, le han servido para entender mejor la ciudad. Entre aplausos, la voz del nuevo líder decía: “Es desde Barcelona que volveremos a escribir una etapa gloriosa del partido, el principal motor de transformación social”, y llamaba a la apertura, “que significa abrir la mente, no cerrarla”.
Con una sede Nicaragua bolcada con su nueva ejecutiva, se cerró un Congreso inaugurado por la presidenta de la Mesa del Tercer Sector, Àngels Guiteras. Entre lo mucho que se dijo, algunas cosas que no se comentaron: ninguna o muy pocas menciones al proceso soberanista que abrió una brecha importante en el grupo municpal socialista, y ninguna mención, o solo una y de rebote, al que fuera el principal valor de los socialistas catalanes y barceloneses: Pascual Maragall. En una dilatada tarde de homenajes y aplausos con todo el mundo de pie, quizás no hubiera estado de más.