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El catálogo de los horrores de los 'bous al carrer'

Un festejo de 'bous al carrer' en la localidad de Paiporta

Laura Martínez

Las cuestiones taurinas tienen al Gobierno del Botánico dividido. Un premio a firguras del mundo de los toros que José María Ángel, director de la Agencia Valenciana Seguridad y respuesta a las Emergencias, decidió recuperar de la época del PP, evidenció desde un principio ta división entre el ala animalista de cada formación -las tres formciones, el PSPV-PSOE, Compromís y Podemos, las tienen- y los sectores protaurinos, a los que se pliegan a menudo los partidos de izquierda en el ámbito municipal y provincial. Una rueda de prensa del responsable de Emergencias con los presidentes de las federaciones de bous al carrer tampoco apaciguó el panorama.

Con la temporada de festejos a punto de terminar, el panorama se asemeja más a un catálogo de los horrores que a una temporada festiva. Verbigracia: en Paiporta, un conocido recortador resbaló y fue embestido por un astado y falleció en el hospital; en Jérica, un hombre de 71 años fue embestido por un toro embolado cerca de las 2 de la madrugada; en Aielo de Malferit, un adolescente de 15 años sufrió una cogida durante los 'bous al carrer'; en Meliana, dos hombres resultaron heridos por asta de toro en un festejo en la calle; en Chiva, el 'bou amb corda' embistió a varios asistentes -después de que estos le dieran una palmada- y en Ademuz, la misma semana, un hombre pasó varios días en la UCI por una cogida de madrugada en el toro embolado. En 2017, más de un millar de heridos, el doble que el año anterior, y los mismos muertos: dos. 

A mediados de septiembre, una juez condenó por coacciones y lesiones a tres taurinos por agredir a una fotoperiodista que fotografió a un herido en Petrés. Uno de los integrantes del grupo agredió al acompañante de la trabajadora y la muchedumbre le destrozó el coche. En lo que va de año, la Agencia de Emergencias ha recibido 56 denuncias,  de las que se han admitido a trámite siete y se ha interpuesto una sanción.  La mayoría de denuncias vienen por incumplimientos de las medidas de seguridad, explican desde Emergencias. El balance total de heridos se hará a final de temporada. 

En otros casos, es el animal el que acaba sin vida en la calle. En Moncofa, una vecina grabó la agonía de un toro antes de morir, mientras algunos asistentes se regodeaban y otros increpaban a quien portaba el móvil. En Benitatxell, un toro se desplomó durante un encierro y, según los veterinarios, murió de un infarto en la carrera.

Curiosamente, con el gobierno progresista en la Generalitat se han dado más festejos taurinos que con el conservador que llevaba en su programa a los toros como una de las señas de identidad a proteger. Según la propia información de la Agencia Valenciana de Seguridad y Respuesta a las Emergencias, en 2017 se celebraron 9.715 festejos de 'bous al carrer' en 270 municipios valencianos. Una de las cifras más altas de los últimos años y notablemente superior a la de 2007, cuando se celebraban 6.024. Las peñas taurinas se han dejado más de 10 millones de euros en ganaderías y organizar estos actos callejeros ha costado 36 millones de euros a nivel autonómico; mientras, las novilladas, corridas y otros actos celebrados con toreros profesionales dentro del ruedo han descendido más de un 50% en una década, según un estudio de la Universitat de València. 

El nuevo reglamento de los bous al carrer está en manos de la Abogacía de la Generalitat Valenciana, pasado el periodo de alegaciones. Desde las federaciones de peñas taurinas se vanaglorian de haber conseguido que se aplace hasta 2019, según el Consell para buscar mayor acuerdo. El pleno de las Corts Valencianes aprobó la moratoria hasta 2020. Uno de los principales puntos de conflicto es la obligatoriedad de incluir un segundo médico en los festejos, a lo que se oponen radicalmente los taurinos.

División en los municipios

En Valencia, la mayoría de Compromís suprimió el 'bou embolat' en las pedanías que dependen de la ciudad, mientras que en Xàtiva, el alcalde socialista acabó con las corridas de toros después de un referéndum. En Paiporta, un consistorio gobernado por los valencianistas, la muerte de un recortador fue el punto de inflexión en la celebración de actos taurinos en la calle. Al principio del mandato, el Ayuntamiento dejó de subvencionar estos actos y pasó el gasto a las peñas, para finalmente denegar los permisos por tiempo indefinido. Las protestas de los taurinos no tardaron en llegar y después de pasar un verano sin toros organizaron una manifestación contra el gobierno local a la que quiso sumarse la organización de ultraderecha España 2000. En Algemesí, el PACMA, como cada año protestó contra los festejos celebrados esta semana y abrió una batalla jurídica respecto a los celebrados en anteriores años. 

La Agencia de Emergencias, en la modificación del reglamento, pretende incluir nuevas modalidades de espectáculos taurinos, como el 'grand prix' o la “moto torera” -saltar al toro con la moto-, que ya se celebran en algunos municipios como Mislata, además de las clases prácticas de toreo. Los taurinos piden además que los enciefestejos tengan espacio en la televisión pública, algo que va contra los principios de À Punt, que establece en su libro de estilo la no exhibición del maltrato animal.  

El balance a final de temporada queda pues con más festejos taurinos, los mismos muertos, un número de heridos por determinar, una sanción y un reglamento pendiente. 

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