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Una filial de Cabify despide a un delegado sindical en Valencia: “Se había planteado una huelga”

El conductor despedido, Hassan Ávalos.

Lucas Marco

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Hassan Ávalos, padre de un retoño de tres años, trabajaba por las noches para una filial de Cabify, hasta su despido el pasado 24 de enero. El conductor nocturno, que contaba con una reducción de jornada para pode cuidar de su hijo y era además sindicalista, ha presentado una demanda contra la libertad sindical a la conocida firma de VTC. “Mi intención es reincorporarme a mi puesto de trabajo e intentar organizar unas nuevas elecciones sindicales sin ningún miramiento con la empresa”, declara Hassan Ávalos a elDiario.es.

El hombre, de 30 años y que llevaba cuatro trabajando en la empresa, salió elegido como delegado del Sindicato Libre de Transportes. Se encargaba de mediar entre los trabajadores y la empresa cuando surgían problemas laborales, especialmente relativos a los férreos horarios de los conductores. Una nueva subcontrata se encargó de la gestión de las licencias y la filial de Cabify “empezó a reducir gastos”, asegura Ávalos.

El resultado de las elecciones, según el relato del conductor despedido, no agradó a la empresa. El proceso electoral fue impugnado y el Sindicato Libre de Transportes, por su parte, recurrió la decisión, manteniendo a sus delegados en una suerte de tierra de nadie. Hassan Ávalos siguió ejerciendo sus funciones de delegado sindical (“se supone que éramos delegados sindicales de pleno derecho”, dice) y notó un aumento de las quejas de sus compañeros: “Empezaron a apretar a todos los trabajadores, a conductores que ya tenían horarios de trabajo los obligaban a cambiar todo”. “Todo el mundo empezó a quejarse”, recuerda.

El conductor intentó como pudo seguir ayudando a sus compañeros como delegado sindical “de manera extraoficial”, a la espera que se resolviera el recurso contra la impugnación de las elecciones sindicales. La situación de descontento —“en plan dictadura”, asegura— degeneró hasta tal punto que “se había planteado una huelga”, relata.

Los delegados del Sindicato Libre de Transportes se habían negado a firmar un convenio que consideraban una “cortina de humo”. El hombre asegura que los trabajadores se veían obligados a trabajar hasta 12 horas, una situación similar a la que denunciaron un grupo de conductores despedidos, tal como informó este diario.

Tengo un hijo de tres años, mi turno era nocturno y trabajaba hasta las siete de la mañana”, relata. Para poder llevar a su hijo a la guardería, “solo dormía una hora y pico” con el consiguiente “peligro para conducir”. El conductor, escudándose en el Estatuto de los Trabajadores, solicitó una reducción de jornada hasta el 1 de marzo que fue aceptada por la empresa. Con un “80% de la plantilla descontenta” y su actividad sindical de por medio, Hassan Ávalos recibió la notificación del despido el 24 de febrero, días antes de que acabara su periodo de reducción de jornada.

La empresa alega bajo rendimiento por parte del delegado sindical. “Con la reducción de jornada tienes una especie de blindaje del contrato y la empresa no te puede tirar por ningún motivo”, recuerda el hombre, que denuncia que la filial de Cabify obliga sus trabajadores a acumular “horas muertas” en las que trabajan “pero no las cuentan”.  

El caso de Hassan Ávalos comparte algunos rasgos con los trabajadores que denunciaron a la empresa de VTC por los despidos por parte de una operadora de Cabify (unas demandas que acabaron ganando en los tribunales). Ávalos, por su parte, remarca el papel como delegado sindical que jugaba hasta su despido.

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