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La hora de los testigos que se salvaron del banquillo

Rita Barberá y Francisco Camps en 2013.

Adolf Beltran

La exalcaldesa de Valencia, Rita Barberá, anunció en rueda de prensa que declararía voluntariamente ante el juez que instruye la pieza por supuesto blanqueo de dinero en el PP de la ciudad y que pretende imputarla a instancias de la Fiscalía Anticorrupción, pero lo que ha hecho finalmente es enviarle un escrito exculpatorio firmado por su abogada. Amparada en su actual escaño de senadora, ha intentado también evitar su comparecencia en el juicio del caso Nóos, que se desarrolla en Palma de Mallorca, y que la interrogaran las partes por videoconferencia. Pero le ha sido denegado.

Así pues, Barberá, en principio el próximo martes, y el expresidente de la Generalitat Valenciana Francisco Camps, probablemente el viernes, desfilarán entre los citados para la fase “valenciana” de declaraciones previstas en Mallorca. Lo hacen como testigos gracias a que el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana evitó en 2013 que se sentaran en el banquillo de los acusados, como pretendía el juez que instruyó la causa, José Castro, y como le ocurre al expresidente balear Jaume Matas por los mismos hechos.

Planteó entonces el juez Castro que Camps y Barberá habían tenido “una decisiva e imputable intervención” en los delitos supuestamente cometidos al adjudicar a Iñaki Urdangarin la organización de tres eventos en 2004, 2005 y 2006 conocidos como Valencia Summit y encargarle el diseño de unos Juegos Europeos que nunca se hicieron, con un coste de 3,5 millones para las arcas del Ayuntamiento de Valencia y de la Generalitat. El TSJ se negó a asumir la parte valenciana de la causa porque, aunque apreció delito en lo que ahora mismo se juzga, no consideró que la imputación a los dos aforados, ambos debido a condición de diputados autonómicos, resultara “inequívoca y relevante”.

La exalcaldesa y el expresidente declararán como testigos en un juicio del que se salvaron de verse involucrados como acusados. Situación en la que sí que se ven el exvicealcalde de Valencia, hoy enfrentado a Barberá, Alfonso Grau, y varios cargos intermedios del Consell que presidía Camps. También los exconsellers Gerardo Camps y Esteban González Pons están llamados a explicar cómo se produjo la maniobra de Nóos y si esta fue posible sin intervención “al más alto nivel político”, como reflejó el instructor del caso. Dada su condición de testigos, no gozarán del privilegio de no declarar contra sus intereses. Tendrán la obligación legal de decir la verdad. Será muy instructivo ver cómo la ejercen.

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