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La lucha de la Vall de la Gallinera por preservar los caminos de piedra en seco que son patrimonio de la humanidad

Uno de los caminos tradicionales confeccionados únicamente con piedras del entorno.

Toni Cuquerella

30 de julio de 2023 21:39 h

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La Vall de la Gallinera, en el interior de la comarca valenciana de La Marina Alta, ofrece el paisaje de un valle estrecho y arisco, con unas comunicaciones y una economía agrícola luchadas durante siglos. De su necesidad y circunstancias ha hecho su gente un modo de vida y de virtud, como en la construcción con la técnica de la piedra seca, una cultura que ha sido declarada Patrimonio de la Humanidad por la Unesco.

Sus paisajes han sido modelados por una agricultura de subsistencia luchada palmo a palmo construyendo bancales, además de otras edificaciones rurales como pozos, cisternas, corrales para ganado, hornos de cal o caminos de herradura con el único material de la piedra encajada, piedra extraída del mismo entorno, con diversidad de tipologías.

La piedra seca es una técnica constructiva respetuosa con la naturaleza, que convive y se adapta perfectamente a todos los ecosistemas, facilita la infiltración del agua de lluvia y frena la erosión. Pero además los espacios vacíos entre las piedras son aprovechados por insectos, reptiles, aves y pequeños mamíferos; y al mismo tiempo son el hábitat de algunas plantas rupícolas, endémicas de estas tierras.

Esta cultura ha dejado huella en la personalidad de la zona, y pese a su carácter recio el tiempo no pasa en balde y la falta de mantenimiento repercute en la conservación de este patrimonio etnológico. Ante esta situación la Vall de la Gallinera colabora con el Grup d'Acció Local Muntanya d'Alacant para arreglar diversos caminos en seco de su territorio y para ello hay que entender su morfología.

La Vall de la Galinera es un municipio de 557 habitantes compuesto por ocho núcleos de población de origen islámico intercomunicados y comunicados a su vez con sus campos. Los caminos que se han restaurado son las subidas a la Foradà desde los diferentes núcleos de Benissivà-Benitaia, de la Carroja, desde Alpatró, y el Passet de Benirrama.

El coste total asciende a 122.000 euros, de los que el 70% ha sido subvencionado por el Grup d'Acció Local Muntanya d'Alacant y el resto por el propio Ayuntamiento. Desde el consistorio se señala que “se tiene que mantener el patrimonio cultural que han forjado durante siglos nuestros antepasados y concienciar a todo el vecindario para que mantenga este patrimonio tan especial”.

Esta restauración de caminos se integra dentro del trabajo que realiza el ayuntamiento de divulgación de su patrimonio a través del turismo, para lo que se enfoca a un senderismo sostenible a través de rutas señaladas por sus recorridos de piedra seca en las que se puede contemplar tanto su patrimonio etnológico como su biodiversidad y la gastronomía elaborada a partir de sus cultivos e incluso la vegetación silvestre.

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