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Marc Cebolla, rastreador: “Da mucha rabia que alguien se resista a confinarse tras contagiarse en una despedida de soltero”

Marc Cebolla, rastreador en el centro de salud de la Trinitat, en València.

Carlos Navarro Castelló

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“Es frustrante y da mucha rabia cuando alguien se pone a discutirte los protocolos del Ministerio de Sanidad porque no quieren cumplir los 10 días de confinamiento domiciliario después de haberse contagiado en una fiesta en una casa o en una despedida de soltero, es decir, cuestionan las medidas de prevención después de haber cometido la irresponsabilidad de no seguir las recomendaciones o, directamente, de incumplir las normas marcadas en cuanto a fiestas y reuniones”.

Así se pronuncia Marc Cebolla, enfermero de 31 años que desarrolla la función de rastreador en el centro de salud del bario de la Trinitat, en la ciudad de València.

Según explica, le contrataron hace seis meses para cubrir una vacante: “Empecé realizando estas labores de rastreo y a medida que ha ido aumentando la incidencia se han ido incorporando más compañeros y actualmente formamos un equipo de seis personas solo en este centro, entre todos realizamos una gran labor de coordinación y apoyo de unos a otros”.

Su día a día requiere de una enorme paciencia y empatía, puesto que en muchos casos supone una pelea continua para hacer entender a la gente que ha dado positivo que debe permanecer 10 días encerrada en casa.

Según explica, “cada día se anota en una pizarra la lista de positivos de la jornada anterior y se les llama por teléfono para iniciar el protocolo, se les dice que deben aislarse 10 días y que faciliten los datos de las personas con las que han estado en contacto dos días antes de tener síntomas o de hacerse la PCR en el caso de los asintomáticos, para llamarles y que se hagan también la PCR”.

Llegados a este punto, se encuentran con todo tipo de reacciones con las que deben lidiar. Por ejemplo, “muchos se ponen a llorar, otros sienten rabia y no quieren aceptarlo o incluso frustración por el tema laboral, porque hay muchas personas autónomas que durante la cuarentena no pueden trabajar y lo pasan mal”.

En estos casos, es fundamental la labor pedagógica: “Es fundamental explicar a la gente que todos las medidas tienen una base científica, que los 10 días de encierro no es algo arbitrario, sino que es el plazo establecido por estudios de expertos. Cuando explicas el por qué de las cosas, la mayoría de la gente se calma y lo entiende y eso genera una relación de confianza con el afectado”.

En cuanto al incremento de casos registrado, Cebolla calcula que en su centro de salud “en las últimas tres semanas se han multiplicado por tres las llamadas y los positivos” y destaca que ha variado el perfil, ya que “inicialmente la mayoría de afectados eran personas mayores y ahora los contagiados suelen tener entre 20 y 60 años, por ejemplo ahora hay bastantes casos de entre 20 y 30 años que antes eran minoritarios”.

Además, confirma que el grueso viene por reuniones sociales y también aunque en menor medida por contactos laborales: “En la situación actual la gente se debe mentalizar de que no se debe ir a sitios cerrados sin distancia de seguridad ni mascarilla; por ejemplo, nos han llegado casos de gente que se ha contagiado en una despedida de soltero, cosas que piensas que no pueden estar pasando, pero que sí que pasan”.

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