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2015, el año de Mónica Oltra, Ximo Puig y el fin del 'absolutismo' del PP

Mónica Oltra y Antonio Montiel junto al president Ximo Puig en las Corts

Miguel Giménez

Valencia —

Acaba 2015, el año que ha supuesto una revolución institucional en la Comunitat Valenciana, en el que se ha puesto fin a más de dos décadas de 'absolutismo' del Partido Popular, que ha copado la práctica totalidad de las instituciones valencianas -con la Generalitat, las tres Diputaciones provinciales y los Ayuntamientos de Valencia, Alicante y Castellón a la cabeza- sin apenas oposición. Los nombres que han marcado el año que ahora termina son:

Mónica Oltra: La gran triunfadora del año. Oltra -la política mejor valorada por los ciudadanos- se ha erigido en la líder indiscutible de Compromís, y por extensión de la izquierda valenciana. La vicepresidenta del Consell, hasta hace nada el azote del PP desde la oposición, se ha situado como referente, llevando a Compromís a ubicarse como tercera fuerza parlamentaria en las Corts primero y posteriormente, tras ser la principal valedora del acuerdo con Podemos -venciendo la batalla a sus socios del Bloc- de cara a las elecciones generales del pasado 20 de mayo, situando a la coalición que lidera como la principal opción de la izquierda muy por delante del PSPV y con opciones de disputarle la hegemonía al PP.

Ximo Puig: El primer president de la Generalitat socialista desde Joan Lerma y después de 20 años de dirigentes populares (Eduardo Zaplana, José Luis Olivas, Francisco Camps y Alberto Fabra). El exalcalde de Morella llegó al Consell de la mano de Compromís y gracias al apoyo de Podemos tras unas intensas negociaciones a tres bandas que acabaron fructificando en un gobierno bicolor con los valencianistas. A pesar del retroceso electoral en los comicios de mayo, Puig es el artífice de recuperar el Palau de la Generalitat para el PSPV. Su gran caballo de batalla hasta el momento es mejorar la financiación.

El Botànic: El pasado 11 de junio, Ximo Puig (PSPV), Mónica Oltra (Compromís) y Antonio Montiel (Podemos) rubricaban el 'Acord del Botànic', un pacto de gobierno de legislatura que marca las líneas maestras del nuevo Consell. Entre los principales puntos de este documento, la regeneración democrática, la potenciación de los servicios sociales, la apuesta por los servicios públicos y la recuperación de las concesiones en Sanidad y Educación, la reapertura de RTVV o la exigencia de una mejora de la financiación, la puesta en marcha de una Agencia Tributaria valenciana y la recuperación del sistema financiero valenciano.

Partido Popular: Los populares son los mayores damnificados de 2015. Salpicados por numerosos escándalos de corrupción, por los recortes y por un desgaste que hasta ahora no les había pasado factura, el PP ha perdido en apenas unos meses prácticamente todo el poder institucional que tenía. Esta situación ha acabado con la figura de un amortizado y abandonado Alberto Fabra, que tras su pírrica victoria en las pasadas elecciones autónomicas acabó cayendo en desgracia definitivamente. Primero perdió la Generalitat y posteriormente abandonó la dirección regional del partido y su escaño en las Corts para 'emigrar' al retiro dorado del Senado. Su sucesora, Isabel Bonig, ha adoptado un papel mucho más duro y un discurso mucho más agresivo que el de un Alberto Fabra que ha acabado diluyéndose hasta prácticamente ser 'invisible' en la pasada campaña electoral.

Rita Barberá: 2015 ha sido el año de la caída de la otrora todopoderosa exalcaldesa de Valencia. El año del 'Caloret' y del 'Ritaleaks' se puede resumir en una expresión, el “¡Qué hostia!” con que Barberá saludó al también caído en desgracia exdelegado del Gobierno, Serafín Castellano, tras conocer los resultados electorales del pasado 24 de mayo. La exprimera edil ha pasado en poco tiempo de ser omnipresente en todos los actos de su partido, una referencia para Mariano Rajoy -incluso en el mitin de la plaza de Toros, con la exalcaldesa ya salpicada por el 'Ritaleaks', el presidente tuvo palabras de ánimo para ella-, al ostracismo más absoluto. Como ejemplo, el nulo protagonismo que ha tenido en la pasada campaña electoral. Barberá ha acabado, como Alberto Fabra, en el Senado.

Joan Ribó: El alcalde de Valencia. Probablemente uno de los grandes símbolos del cambio político que se ha vivido en la Comunitat Valenciana. Pese a no ganar las elecciones municipales -el triunfo en las urnas fue de nuevo para un desgastado PP-, fue el gran vencedor en la capital valenciana, por los magníficos resultados obtenidos -situó a Compromís como segunda fuerza política municipal- y por el acuerdo con València en Comú y PSPV que le aupó a la Alcaldía. Entre sus primeras medidas, abrir el ayuntamiento a los ciudadanos y acabar con los derroches del pasado. Una de sus primeras decisiones polémicas, no permitir que la Real Senyera entrara en la Catedral con motivo de la procesión cívica del 9 d'Octubre.

Alfonso Rus: Otro de los barones populares caído en desgracia. El todopoderoso presidente provincial del PP en Valencia, que rivalizaba incluso con el president de la Generalitat y líder del Partido Popular, Alberto Fabra, también se ha visto implicado en 2015 en un escándalo de corrupción, el 'Dipugate'. Las grabaciones del exgerente de la empresa pública Imelsa, Marcos Benavent, que supuestamente le implican con la trama de cobro de comisiones han acabado políticamente con uno de los personajes más poderosos dentro del Partido Popular. Como consecuencia de ello, Rus perdió el poder interno y la alcaldía de Xàtiva, y el PP la Diputación de Valencia.

Compromís: La coalición que lideran Mónica Oltra y el cuestionado -en el seno de su partido, el Bloc- Enric Morera se ha erigido en la gran revelación electoral del año. Infravalorado, como siempre, en las encuestas, ha ido superando expectativas hasta convertirse -junto a Podemos en las elecciones generales del pasado 20 de diciembre- en la segunda fuerza electoral de la Comunitat Valenciana, por delante de un PSPV que no acaba de aprovechar la crisis del PP. Compromís ha entrado con fuerza en todas las instituciones para quedarse. Forma parte del Gobierno de la Generalitat junto a los socialistas y lo mismo en la Diputación de Valencia, además de hacerse con la alcaldía de la capital. Sus 19 diputados en Corts y sus 9 diputados -junto a Podemos- en el Congreso, además de sus dos senadores (uno por designación autonómica y otra tras el 20D), son una clara muestra de esta pujanza. Y todo ello a pesar de la crisis interna que provocaron las negociaciones con Podemos, que supusieron la ruptura en el partido mayoritario de la coalición, el Bloc, entre quienes abogaban por la confluencia, con Morera a la cabeza, y quienes no querían esta opción, con el eurodiputado Jordi Sebastià como abanderado. Una vez pasadas las elecciones, Compromís -y principalmente el Bloc- tendrán que ver qué hacen para que cicatricen las heridas.

Esquerra Unida: Si Compromís ha sido el gran triunfador del año, Esquerra Unida ha sido la gran derrotada. Ha pasado de estar representada en todas las instituciones a desaparecer -al menos de las importantes. El pasado mes de mayo supuso un varapalo para la formación de Marga Sanz (coordinadora general) e Ignacio Blanco (candidato a la Generalitat). El partido se veía arrasado por el tsunami de Podemos y perdía la representación en el Ayuntamiento de Valencia y en las Corts, después de una activa legislatura en la que había denunciado importantes escándalos de corrupción, como Valmor o el 'Dipugate'. El desastre se consumaba este mismo mes de diciembre cuando, después de fracasar las controvertidas negociaciones para confluir junto a Compromís y Podemos a las elecciones generales, también perdía el escaño del que disponía en el Congreso.

Toni Cantó: Otro de los personajes de 2015, año que comenzó en las filas de UPyD como oposición -junto a Irene Lozano- a Rosa Díez y que va a acabar en Ciudadanos. El actor valenciano fue diputado en el Congreso la pasada legislatura del partido magenta y lo va a ser en la que ahora comienza de la mano de Albert Rivera. De momento, Cantó no tiene ni el peso ni el protagonismo que ha tenido en el pasado reciente, pero a buen seguro que volverá a situarse en el espacio en la política nacional que ocupaba hace apenas unos meses.

Víctimas del metro: El 3 de julio de 2006 se producía el accidente de metro que acababa con la vida de 43 personas y causaba heridas a otras 47 en Valencia y nueve años después, el 3 de julio de 2015, se producía la última concentración de las víctimas y familiares para exigir justicia. Apenas unas horas antes, las Corts les habían devuelto la “dignidad” -intervención de su presidenta, Beatriz Garrote, incluida- al aprobar la creación de una nueva comisión parlamentaria que investigara lo sucedido y la posterior gestión que el gobierno de Francisco Camps había realizado del accidente. Tras el cambio de gobierno en el Consell, los representantes de la asociación de víctimas (AVM3J) fueron recibidos en la Generalitat por el president Ximo Puig y la vicepresidenta, Mónica Oltra. El 10 de diciembre se constituía la comisión de investigación en el parlamento valenciano en una bronca sesión.

RTVV: El 9 de octubre de 2015, coincidiendo con la festividad de la Comunitat Valenciana, era la fecha anunciada en campaña electoral por los actuales miembros del ejecutivo valenciano (PSPV y Compromís) para la reapertura de Canal 9. Sin embargo, finalmente no fue así. La compleja situación jurídica de RTVV ha impedido la reapertura del ente público este año y el propio president Ximo Puig -hace apenas unos días en una entrevista en Radio Valencia- no se atrevió a dar una fecha para el reinicio de las emisiones. No obstante, las Corts aprobaron hace unas semanas el inicio del proceso hacia la reapertura de la radio y la televisión públicas valencianas. Si se cumplen los plazos establecidos, el próximo verano debe estar aprobada la ley que permita la puesta en marcha del ente público casi tres años después del fundido a negro de las emisiones.

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