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'Better call Beut' (Mejor llama a Beut)

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Un spin-off es una serie nueva que surge de una ya existente, tomando como punto de partida uno o más personajes de la original. 

Uno de los ejemplos paradigmáticos es 'Better call Saul' (Mejor llama a Saúl) que surgió a raíz de la exitosa 'Breaking Bad'.

En Corts Valencianes, cuyo hemiciclo, por desgracia, en ocasiones más bien parece un set de rodaje con grandilocuentes actuaciones, también se protagonizan series, algunas de las cuales dan lugar a un spin-off que pudiera dar más juego incluso que el original.

Durante las pocas semanas que transcurrieron desde el 21 de marzo, día en el que se presentaron las denominadas cinco leyes de la infamia, hasta la aprobación de la última de ellas, la mal llamada “Concordia” (el pasado 11 de julio), tuvimos que asistir durante la tramitación legislativa a la representación de una saga de miniseries en las que, a los partidos de la oposición, nos tocó el papel de actores de reparto. Necesarios para las tramas, sí, pero poco más, puesto que los finales estaban ya escritos de antemano.

Quien les suscribe desempeñó dicho papel en la “miniserie” sobre la modificación de la ley antifraude, que concluyó el pasado 27 de junio con su aprobación gracias a los votos de la ultraderecha y la derecha ultra.

Ninguna sorpresa. Todo sobre el guion previsto. Una modificación por vía urgente que coincidía en el tiempo, casualmente, con la elección para la Agencia de Prevención y Lucha contra el Fraude y la Corrupción de la Comunitat Valenciana de su nuevo director para los próximos siete años. De ahí el trámite de urgencia, y no porque hubiera ninguna urgencia en el trámite, si me permiten el juego de palabras.

Las coincidencias, en política suelen ser difíciles de encontrar. Y, si por medio se encuentra el Partido Popular, directamente se convierten en un unicornio. Que avise quien haya visto uno.

Una vez que el Partido Popular se aseguró la elección del futuro director de Antifraude sin la necesidad del concurso de la oposición, cercenando cualquier conato de diálogo o consenso, puso en marcha la llamada a la persona que tenían en mente desde el principio para desempeñar dicho papel: el señor Beut. 

Con él, se da inicio al spin-off, la nueva serie que cuenta con un único protagonista y una trama, por desgracia, muy previsible: los mismos de siempre haciendo lo de siempre.

Nada importó que la candidatura de nuestro nuevo intérprete, el señor Beut, fuera excluida por la Mesa de les Corts en base a un informe en contra de los Letrados de la Cámara al no haber sido propuesto por una entidad relacionada con la lucha contra la corrupción, tal y como exige la ley.

¿La ley? Poco freno para populares. El rodillo del PP no se detuvo y registró de nuevo la misma propuesta, esta vez como su propio candidato de partido, al filo del cierre del plazo para registrar candidatos. Nada debía frenar la senda prevista hacia el asalto y control de Antifraude.

Tampoco afectó lo más mínimo que circularan sombras de sospecha alrededor del señor Beut de ser una persona cercana al PP y con una vinculación directa profesional y de amistad con el expresidente de la Generalitat Eduardo Zaplana y su ex jefe de gabinete Juan Francisco García (quien recientemente se ha declarado culpable de haber recibido sobornos de la familia Cotino a cambio de amañar contratos de las ITV y el plan eólico valenciano en el juicio que ha sentado también a Zaplana en el banquillo del caso Erial) 

Menos aún interesó que en el proceso de elección del nuevo director hubiera otra candidatura, la del señor Segura, conocedor de la Agencia por ser en aquel momento su director de Análisis e Investigación, una candidatura además avalada por entidades relacionadas con la lucha contra la corrupción (como exige la ley) y con el respaldo del anterior director, señor Llinares.

Nada de todo ello importó. Una mañana de julio, en la Comisión de Economía, el PP, junto a Vox, sus cooperadores necesarios que se estrenaban ese día ya fuera del Consell (cambiar todo para que nada cambie), escogieron a nuestro nuevo protagonista como único candidato, siendo posteriormente ratificado en el último Pleno del periodo de sesiones. 

Acababan de firmar al señor Beut un cheque en blanco. Aún no sabemos cuánto acabará costándonos a todos los valencianos y valencianas, pero a la vista de sus primeros pasos, todo apunta a que la factura será muy cara. 

Y es que desde su estreno, está protagonizando acalorados episodios.

El contenido de los primeros capítulos de este spin-off cuenta con todos los ingredientes del género drama criminal:

Venganza. Tras unas inmerecidas vacaciones, nuestro protagonista se puso manos a la obra y cesó a quien fuera su rival para dirigir la Agencia Antifraude, señor Segura, y de paso a la directora adjunta. Números dos y tres eliminados de una tacada.

Trapos sucios. Intentó una investigación prospectiva de los siete años anteriores de la Agencia pagada, eso sí, con dinero de todos los valencianos y valencianas.

Eliminación de testigos y juego sucio. ¿Qué hay un Código y un Comité de Ética en la Agencia? Ojos que no ven, corazón que no siente. Eliminados.

Mentiras. Excusatio non petita, accusatio manifesta. Les Corts desmienten la excusa utilizada por el señor Beut para la eliminación tanto del Código como del Comité de Ética.

No me negarán que la serie poco tiene que envidiar a las producciones de drama político que inundan las plataformas televisivas.

Y drama, sin duda es. Porque si el Partido Popular un día pensó que la Agencia Antifraude le molestaba en su camino para reverdecer “viejos laureles”, ahora han evolucionado hacia una opción que se les antoja más productiva: controlarla desde dentro. 

Y para ello, Better call Beut (Mejor llama a Beut) 

Atentos a sus pantallas. Nosotros lo estaremos.

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