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Rivera y Punset, dos formas de entender Ciudadanos

Carolina Punset, con Albert Rivera.

Laura Martínez

La distancia entre las dos sensibilidades de Ciudadanos va creciendo a medida que se acerca el congreso para elegir a la nueva dirección. La formación naranja celebra en febrero el cónclave en el que la militancia elegirá cuál es el nuevo equipo que la lidere -o si repite el mismo- y establecerá la hoja de ruta de cara a los próximos años. Por el momento, la única propuesta formal es la de Albert Rivera, pero quien parecía líder indiscutible de Ciudadanos parece haber encontrado una piedra en su zapato. Una piedra de origen valenciano.

En la Comunidad Valenciana, Ciudadanos surgió de una mezcla de exmiembros de UPyD y de dirigentes del PP de Alicante, pertenecientes a la rama 'ripollista' del partido, integrada por los afines a José Joaquín Ripoll, que fue a la vez afín a Eduardo Zaplana. El más sonado de este sector es Emigdio Tormo, que fue suspendido de militancia durante 3 años antes de pasar a Ciudadanos. Diferentes corrientes se unían bajo la figura de Carolina Punset, quien fue portavoz de la formación durante los primeros años, que además le aportaba un toque 'verde' en línea con las corrientes ecologistas europeas. Las ideas de Punset chirriaban un poco con las de la dirección de Barcelona, pero en les Corts Valencianes sí funcionaban, pactando algunas iniciativas con el PSOE y con Podemos.

Sin embargo, tras la entrada en las instituciones en la primavera de 2015, las diferentes corrientes tardaron poco en empezar a chocar. El sector más próximo a la derecha, liderado por Fernando Giner, quedó en el grupo municipal del Ayuntamiento de Valencia, mientras en les Corts Carolina Punset asumió la portavocía, acompañada de Alexis Marí, procedente de UPyD, que más tarde pasaría a ocupar su asiento. En la Diputación de Alicante, con un solo diputado que pactó con el PP, permanecían los 'ripollistas' en las instituciones provinciales. Más tarde, en verano de este año, el diputado Fernando Sepulcre abandonaría la formación pero se quedaría en su asiento, siendo el primer tránsfuga en la Diputación y dejando a C's sin representación.

Este mismo año, alrededor del mes de febrero y tras varios meses de rumores, Carolina Punset dejaba la portavocía del grupo tanto en les Corts como en el partido para ir a Bruselas como eurodiputada. Se abría entonces el debate de sucesión entre Alexis Marí y Emigdio Tormo, ambos portavoces adjuntos, uno de cada corriente. La decisión final fue una partición casi salomónica: el sector que seguía a Punset se quedaría con la portavocía en les Corts, pero el control orgánico lo asumiría Giner, por orden de Barcelona. Sin embargo, a Marí no se le dejó libertad total en el Parlamento autonómico, ya que Juan Córdoba, ex del PP, ascendió a coordinador del grupo de 13 diputados, en los que se refleja la pluralidad de la formación.

Tras esta remodelación en la autonomía, la formación continuó su actividad con normalidad y con cierta calma entre las dos facciones. Al menos, hasta el pasado octubre, cuando regresó el revuelo. El 9 d'Octubre, mientras Giner portaba la Senyera en un desfile cívico tradicional, Punset escribía un par de tuits restándole peso al simbolismo de las banderas y abogando por otro concepto de patria. Que Punset se refiriera a la bandera como un “trozo de tela” enfadó a la formación, que emitió un comunicado loando la senyera y las fiestas valencianas. Precisamente la cuestión de las señas de identidad ha sido una de las que más ha enfrentado a la formación.

Esto pareció ser la gota que colmó el vaso, ya que cinco días después Punset abandonó la Ejecutiva con un escrito en el que, al margen de las diferencias con Rivera, explicaba que “salvo honrosas excepciones -en la Comunidad Valenciana- la dirección del partido no ha sabido favorecer unas estructuras orgánicas propicias para fomentar valores como la desarticulación de cualquier tipo de nacionalismo, incluyendo el regionalismo no independentista”. Y aquí volvió a entrar Barcelona. La dirección nacional respondió que eran conscientes de que en la Comunidad Valenciana Punset “ha defendido posturas que han chocado con el sentir mayoritario de los afiliados de Ciudadanos respecto a la utilización de los símbolos constitucionales y las lenguas cooficiales”.

Tras la salida de Punset comenzó a alimentarse así otra clase de rumor: si la eurodiputada plantea presentar un proyecto alternativo al de Rivera. Hasta la fecha, la líder no ha confirmado que vaya a presentarse a las primarias, pero ha dejado la puerta abierta. “Estaré allí donde haya reformas” , ha dicho. “En nuestra mente está la posibilidad de mejora, digo nuestra porque formo parte de un equipo”, añadió. Lo que sí dejó claro es que existe una corriente en Ciudadanos que quiere una formación más progresista, transparente y democrática, alejada de la ingeniería de partido.

Al líder de la formación no debió sentarle bien que se discutiera su mandato, puesto que durante su gira por Valencia esta semana ha dejado al margen al sector próximo a Punset. La llegada de Rivera parecer haber agravado más la situación en lugar de calmarla. “Ahora ya sé que vienes, presidente”, escribía en Twitter Alexis Marí ante el anuncio de los actos, a los que no ha asistido pese a ser el portavoz parlamentario.

Por su parte, el líder nacional de Ciudadanos niega toda clase de divisiones internas, de almas, corrientes o cualquier sinónimo de discrepancias en la formación. “Ciudadanos sólo tiene un alma y se decidirá en el Congreso”, sentenció Rivera el viernes en Valencia. Además, retó a que “si alguien piensa que puede hacerlo mejor que la Ejecutiva, que se presente. Hay que mojarse en política, no hay excusas”

El equipo de Rivera ha presentado ya su ponencia para el cónclave ciudadano, en el que aboga por entrar en los gobiernos autonómicos en 2019, eliminar el concepto “socialdemocracia” de su ideario y consolidarse en el centro. Un giro a la derecha de la formación que, además, aumenta -en la propuesta- la disciplina de partido. Una de de las causas para expulsar a un afiliado sería “la manifestación pública de discrepancia grave con la ideología, principios, o fines del partido, realizada durante actos de propaganda, reuniones públicas o a través de cualquier medio de comunicación que garantice la publicidad del hecho”.

Hace un mes, en una entrevista, Punset criticó que a C's “se han incorporado los despojos que representan a las corrientes más rancias”, sin citar nombres. Una frase similar utilizó Alexis Marí, síndic en les Corts, tras la pelea interna por el candidato al Consell Jurídic Consultiu: “Con Martínez -candidato de Podemos- me puede pasar como con gente de otras fundaciones como FAES, que no me gusten, o como con los desechos del ripollismo más rancio”. Si se aprobara la propuesta del equipo de Rivera, una declaración como esa sería motivo de expulsión y el actual dirigente eliminaría a su sector crítico.

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