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Un testigo corrobora ante el juez que cuatro policías apalizaron a un interno en el CIE de València que se quejó de un dolor de muelas

Y.B. presentaba lesiones en el ojo que aseguró fueron causadas por una patada propinada por un agente de policía en el CIE de Zapadores.

Miguel Giménez

València —

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Un testigo ha corroborado que un interno del CIE de Zapadores sufrió una paliza a manos de policías policías al reclamar ayuda “porque sentía un fuerte dolor de muelas”, según la denuncia que presentó esta persona ante el juzgado de guardia este lunes, 8 de agosto. Este testimonio ratifica la denuncia que interpuso la presunta víctima de la agresión, también en el juzgado de guardia, el 25 de julio. En ambas denuncias se expone que los agentes le golpearon en el suelo, llegándole a propinar una patada en un ojo. El informe médico de la exploración que le realizaron un día después constató “múltiples excoriaciones superficiales longitudinales en tórax y miembro superior izquierdo” y “hematoma peritobitario izquierdo”.

A. W. asegura que el 21 de julio, entre las 23.30 y las 00.00 horas, un compañero de la celda 16, donde estaba encerrado, llamó al timbre “mientras gritaba que se le prestara asistencia sanitaria porque sentía un fuerte dolor de muelas”. Minutos después entraron los policías y uno le dio un empujón al chico que les había avisado, “que hizo que se cayera al suelo”, recuerda el testigo. A. W. prosigue en su denuncia ante el juzgado explicando que los agentes le dieron patadas y, aunque el chico trataba de protegerse, un golpe le alcanzó en un ojo. Luego, los agentes le levantaron, le agarraron violentamente y le sacaron, describe el denunciante, quien además confirma que el resto de compañeros de celda también presenciaron la agresión.

La víctima denunció que no le llevaron al médico del CIE tras la agresión, sino que a “empujones” le bajaron al piso inferior donde le encerraron durante una hora. Durante ese tiempo asegura que padeció fuertes dolores por los golpes recibidos, se negaron a darle agua y vio, a través de la ventana del cuarto, “cómo los policías se reían mientras me miraban”. Esta situación le llevó a realizarse “una serie de cortes en el cuerpo con un metal que pude extraer de la persiana (…) llegando a tener ganas de suicidarme por haber vivido una situación tan difícil sin que nadie prestara atención a mis quejas y dolores”. 

Tanto la víctima como el testigo han solicitado al juzgado que se suspendan cautelarmente sus expulsiones hasta que se esclarezcan los hechos. Desde la Campaña por el Cierre de los CIE y el Fin de las Deportaciones también exigen la paralización de los procesos de expulsión para que se garantice “una investigación judicial que determine las responsabilidades y el castigo a los culpables. Reclamamos que este caso no quede impune, como ha ocurrido en casos similares al ser expulsadas las víctimas y testigos”.

Puesta en libertad para evitar suicidio

La Campaña ha puesto en conocimiento del juzgado de instrucción número 3 de València, en función de control del CIE de Zapadores, un informe de Psicólogas y Psicólogos sin Fronteras (PSF) en el que se solicita la puesta en libertad para evitar el riesgo de suicidio inminente del testigo de la agresión. Tras un intento de suicidio, A. W. fue visitado por una psicóloga el pasado 6 de agosto, quien elaboró un informe psicosocial en el que determina que “mantiene ideación suicida con un nivel de riesgo que evaluamos alto”.

La experta determina que tiene “mucha angustia derivada de su presente situación en el centro. Entre sus preocupaciones principales, el riesgo de agresión física que pueda sufrir tras su deportación a Marruecos”. El informe concluye que, “considerando el grado de letalidad del método previamente usado, la falta de evaluación y seguimiento (en su idioma) según el protocolo de suicidios de la Comunitat Valenciana, y sin ningún cambio a su situación actual, se evalúa el riesgo suicida como inminente”. Por tanto, recomienda que sea “puesto en libertad inmediatamente, para que pueda volver a tener contacto con sus redes de apoyo principales e iniciar un tratamiento psiquiátrico y psicológico con la mayor inmediatez posible” y que mientras siga en el CIE “nunca se encuentre solo, por el riesgo que implica para su vida”.

Sin protocolo antisuicidios

En el CIE de Zapadores, apuntan, no existe un protocolo antisuicidios, según el último informe el Mecanismo Nacional de Prevención de la Tortura (MNP) del Defensor del Pueblo, elaborado tras una visita al centro a finales del año pasado. Más de dos años después del suicidio en Zapadores de Marouane Abouobaida, en el que la policía sólo intervino cuando ya se había quitado la vida, “no existe un Protocolo de Prevención del Suicidio propiamente dicho, ni una valoración específica del estado de salud mental o afectación emocional por el internamiento en el CIE, así como tampoco se valora el riesgo suicida, ni siquiera la historia clínica tiene un apartado para la exploración psicopatológica”, se afirma en el informe del Defensor.

La carencia de asistencia psicológica o psiquiátrica en Zapadores es especialmente grave ante la “presión mental” que sufren los internos por la falta de actividades y que “desencadena emociones de rabia, frustración, apatía, etcétera”, según pone en evidencia el Defensor. Por eso, se pide que se cree una consulta de asistencia psicológica y psiquiátrica, pero la dirección del CIE no ha hecho caso a la solicitud del Defensor. Además, cuando se producen casos de agresiones no existe un procedimiento sobre cómo actuar ya que en Zapadores “se carece de libro de quejas de malos tratos y de protocolo de tramitación de quejas y denuncias por malos tratos”, se denuncia en el informe.

Desde elDiario.es hemos intentado contactar sin éxito con algún portavoz de la Policía para recabar su versión de los hechos.

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